"Capítulo 7"

574 19 9
                                    

Carrasco's POV

Se oyó un disparo, y seguí peleando con Sergio. Se creía que iba a ganar. Cogí el arma, y él se disparó en la mandíbula. Cerró los ojos al instante y salía sangre de su mandíbula. En ese momento no me importaba él. 

Miré hacia atrás, y Silvia estaba con sangre en el estómago. Le había disparado ese idiota. Me acerqué a ella, me arrodillé y le cogí la mano.

—Vas a estar bien —susurré acariciando su mejilla. 

Estaba más pálida de lo normal. Tenía que llamar a una ambulancia. Cogí el teléfono y llamé a emergencias. 

Buenos días, ¿qué desea? —preguntó la señorita amable.

Pedí una ambulancia. A los minutos colgué. Venía una ambulancia dentro, según ella, de cinco minutos. Miré a Silvia. Estaba con la boca abierta y respirando a bocanadas. 

—Todo va a estar bien —susurró cerrando los ojos. 

Mis ojos se llenaron de lágrimas. No la quería perder como le perdí a él. 

—No cierres los ojos, por favor —dije acercándome y soltando una lágrima.

Alargó la mano, y me limpió la lágrimas con su mano. Estaba fría. Miré su cara, y tenía una pequeña sonrisa. Se incorporó un poco y besó mi mejilla.

—Te quiero —me susurró al oído. 

Volvió a tumbarse.

—Y yo Silvia —susurré acariciando su mano. 

Fue cerrando los ojos y yo comencé a echar lágrimas. Sentía como un vacío en mi pecho, en mi corazón. Como si me hubieran arrancado un pedacito. Tocaron el timbre y me levanté rápidamente. Corrí despacio para el telefonillo y lo cogí.

—Ambulancia.

Los abrí y a los minutos ya estaban en mi puerta. Les abrí la puerta y entraron dos enfermeros con una camilla. Cogieron a Sergio y se lo llevaron. Entraron otros enfermeros con otra camilla y se llevaron a Silvia. Miré alrededor, y había sangre en el suelo y en el sofá. Suspiré y cogí mi teléfono móvil, las llaves de casa y las del coche. Llevaba puesta un polo rojo con el escudo del Atleti y unos pantalones de chándal. No necesitaba nada más. 

Salí de casa y cerré la puerta con llave. Bajé corriendo mientras me quitaba las lágrimas. En frente de mi calle, había dos ambulancias. Los enfermeros se montaron en sus respectivas ambulancias y yo me en mi coche. Las ambulancias impartieron camino. Seguramente irían al Hospital 12 de Octubre, porque era el que quedaba más cerca. 

Tardamos como diez minutos o más, yo les seguí. Ellos entraron por la glorieta y salieron por una salida, que era para Urgencias. Les seguí por ahí, y seguí mi camino hasta que aparqué en frente de la entrada. Suspiré y tragué saliva. 

Salí del coche y lo cerré. Entré al hospital, y todo era amplio. El suelo era baldosas y las paredes pintadas de un verde claro. Al fondo a la izquierda, estaba recepción. A mi izquierda, un pasillo que llevaba a la otra entrada. Al lado del pasillo, una máquina expendedora y en frente de recepción, sillas para esperar. 

Caminé hasta recepción y llamé la atención de la enfermera. Me miró y sonrió amable. Tenía un brillo especial en los ojos. 

—¿Un jugador del Atlético de Madrid? ¿Qué hace aquí? —preguntó. 

—Necesito información. Acaba de entrar en Urgencias, la dispararon en el estómago, la chica se llama Silvia Corberó —dije desesperado.

La enfermera llevaba el uniforme rosa. Ella tenía el pelo rubio y unos ojos verdes. Era guapa, había que admitirlo. Tendría como 25 años o así. 

Amor por el fútbol   〈Yannick Carrasco〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora