Amor por el fútbol 〈Yannick Carrasco〉

"Capítulo 48" (4/5)

Carrasco's POV

Sonó la alarma para levantarme a entrenar. La apagué rápidamente, no quería despertar a Silvia.

Puse la alarma a las once. Me levanté en la cama lentamente y bajé a hacerme el desayuno.

A los quince minutos, ya había terminado de desayunar. Subí a ducharme, y cuando terminé, me puse la ropa y me peiné.

Coloqué la bolsa deportiva y bajé abajo. Ya me iba a entrenar. La verdad es que me daba tiempo a dar una vuelta por el barrio. Cogí las llaves, mi móvil y dinero y salí de casa lentamente.

Cuando bajé, dejé la bolsa deportiva en el coche y comencé a caminar.

Las personas me miraban sorprendidos. Algunas personas se me acercaban para que les firmaran, o simplemente fotos. Llegué hasta la final de la calle y había un quiosco. Encima del mostrador, había una revista. La cogí y la ojeé.

En una hoja, aparecía Silvia con un chico. Los celos subieron. Apreté los puños, arrugando la revista.

Leí el texto que ponía sobre ella. Ya estaba enfadado. Cerré la revista y la dejé donde estaba.

Miré la hora en mi móvil y ya eran las ocho. Esta vez entrenaba antes, a las ocho y media. Tardaría 20 minutos en llegar a Majadahonda. Pero tardaría media hora por ser la hora punta.

Caminé hasta el coche de mal humor. Me monté en él y comencé a conducir.

Como dije, tardé media hora. Caminé hasta el vestuario después de aparcar el coche y me cambié.

Cuando llegué al campo de entrenamiento, ya estaban todos.

Me saludaron, pero yo no. Comenzó el entrenamiento. Era entrenamiento práctico, ataque y defensa. No daba ni una.

No podía concentrarme con el tema de Silvia y el chico ese. Me ha estado engañando.

—¿Qué te pasa? —me preguntó Koke. Él era mi pareja en el ejercicio que estábamos haciendo.

—Creo que Silvia me está engañando —dije con odio.

Me miró sorprendido.

—Eso no puede ser —dijo inseguro.

—Lo he leído en una revista. Decía que ella se despedido de un chico con un beso en los labios. Se dieron la mano en la discoteca, y no de cualquier forma, sino entrelazadas —ya me he relajado un poco.

—¡Chicos, vamos! ¡Sin hablar! —gritó el profe Ortega mirándonos.

Suspiré y volví al ejercicio.

*****

Estábamos en un descanso de quince minutos. Me senté en el banquillo y bebí agua. No podía dejar de pensar en eso. Es como si me taladraba la cabeza.

Mi móvil sonó y lo cogí. Era un mensaje de Silvia: "Hola amor 💖". Sonreí sarcásticamente: esta vez no iba a caer en su estúpido juego.

La dejé en leído.

—¡Vamos chicos! —dijo el Cholo.

Dejé el móvil en el asiento de al lado y volvimos a entrenar.

*****

Volvimos a tener otro descanso, pero esta vez era el último. Era la una menos cuarto, y como siempre, terminábamos a la una.

—¿Estás bien? —preguntó Antoine.

—No. Silvia me está engañando —dije mirándole.

Abrió sus ojos.