Capitulo 2

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No había mejor manera de iniciar un lunes que con matematicas a primera hora, me la pase fantástico, en especial cuando la profe me llamo adelante a hacer un ejercicio.
Cuando Penny dijo que no era la mejor socializando no se si se refería en que en realidad si soy la personas mas tímida que conozco, me llevo muchísimo tiempo agarrarle la confianza a mis amigos, y mas aun a mi misma. Me quede 5 minutos en el pisaron, pensando en la raíz de 5 para darme cuenta que no tenia, luego de que un chico (alma bondadosa) de la esquina de la sala se paro para botar algo en el basurero de un lado mío, y me lo susurro despistadamente.

Tome asiento y trate de olvidar esa sensación de haberme parado desnuda frente la clase y trate de disimular que no sabia lo rojas que estaban mis mejillas.

No solo odio las matematicas, odio el publico, o cualquier clase de exposición.

En Realidad odio muchísimas cosas, siempre me he considerando como una persona rencorosa y todo el cuento. Pero resulta que hay veces donde no se diferenciar el odio del miedo.

Matematicas termino por fin, un alivio hasta que llegar el miércoles donde retomaba la tortura, me quedan unas cuantas horas sin números en mi vida lo cual hacia que se me destensara la espalda y respirara con tranquilidad.

Educación fisica y Filosofías se me pasaron volando, cosa que no podía decir todos los días. Filosofías en una mano se me daba bien siempre sacaba buenas calificaciones en esa asignatura no significaba que me gustara, implicaba mucho de conversar y leer en voz alta, pero cuando llegaban los ensayos devoraba las paginas como sin de una hamburguesa se tratase. En cambio educación fisica no me hacia sentir cómoda. Ese momento donde debes estirarte para alongar los músculos y se te sube un poco la polera, o das un par de vueltas a la cancha y se te olvida traer sostén deportivo... Me incomodaba y punto. Casi siempre me cerraba el polar hasta arriba, todo el día, para llegar a mi casa y recibir un sermón de mi madre, de que afuera se "estaban cayendo los patos asados" y yo seguía con el chaleco hasta arriba. Yo solo me encogía de hombros la mayoría de las veces y seguía mi día como cualquier otros.

Durante el almuerzo Kenna se acerco a mi.

Me abrazo como si su vida dependiera de ello.

Kenna es una chica un poco morena unos cuantos centímetros mas alta que yo (aunque en realidad todos eran unos cuantos centímetros mas altos que yo, y sin embargo seguía siendo reconocida como la enanita del grupo) tenia el cabello cafe y le llegaba un poco mas abajo que el ombro con unas bonitas curvas, sus ojos son como de caramelo y siempre he insitido en que se tiña las puntas del mismo color. No era costumbre que ella me abrazara a mi, normalmente yo la abrazaba a ella, o yo la buscaba a ella. Soy de esa clase de gente que piensa que si amas a alguien lo demuestras fisicamente, o simplemente lo demuestras, con cada quien era distinto. Por ejemplo con Penny es a travez de un juego de insultos (amistosos) con Kenna es a través de abrazos. Con mi ex novio era a través de besos.

Se acerco a mi y me contó como había pasado en un crucero al cual había viajado durante las vacaciones, yo le agradecí un llavero que me había traído y nos despedimos con otro abrazo (esta vez dado por mi) antes de irnos para nuestras clases nuevamente.

La siguiente clase era la peor de todas; lenguas. No por la asignatura en si, me habían dejado casi completamente sola en la sala. Dos de mis amigas habían quedado conmigo pero claramente se habían coordinado previamente en sentarse juntas para no quedar en mi posición: sola. Me senté delante de ellas, casi pegada al escritorio del profesor. Gaston se sentó amablemente a mi lado cuando vio mi rostro deprimido, pero tenía claro que esa no se convertiría en rutina que viniera a quedarse conmigo. Los hombres tienen que estar con hombres, me había dicho una vez, excepto cuando estan calientes, se había corregido. Yo solo me reía de las caras que ponía y los gestos que hacia para hacerme sentir mejor. Nadie le decía Gaston a Gaston, normalmente lo llamaban por su apellido o por sobrenombres personales.
El profesor llego 10 minutos atrasados en los cuales disfrute de la compañía de mi amigo. Era impresionante como tenia la capacidad de hacerme reír, a pesar de que cuando el se enojaba en realidad era casi imposible hablarle.

- No entiendo como pudiste pasar todo el verano en la ciudad, eres de lo mas aburrido

- Claro, si tu sonrisa pegada en la cara demuestra lo aburrido que soy ¿No cierto? - volví a reír

- Solo digo que la escuela nos ata a quedarnos en la ciudad durante casi todo el año, porque te quedarías el resto de tu tiempo libre acá...

- Quizá porque...

El profesor interrumpió la conversación de todos con un alto tono de voz; grave y rasposa.

- luego te cuento... - susurro antes de guardar silencio y dejar paso al profesor en la clase.

Solo entonces me fije en la figura corpulenta que estaba situada frente a la clase, en ese minuto agradecía estar tan adelante. Tenia hombros y espalda amplia, la camisa se le abultaba un poco en la zona de los brazos lo cual revelaba unos músculos grandes pero no demasiado como para que pareciera exagerado, llevaba pantalones y zapatos oscuros con una camisa celeste que combinaba con sus ojos claros. Labios contornados y de color fuerte junto con una pequeña barba adornaban su también fuerte mentón, tenia cejas gruesas y su cabello era cafe oscuro. Completamente atractivo. Se puso unos lentes semi transparentes y paso la lista de curso.

Cuando dijo mi nombre por extraño que pareciera ni siquiera me alarmé, descubrí de mi misma que el físico no era lo suficiente como para llamar mi atención.
En lo que se convirtió fue lo que me hizo que no pudiera parar de pensar en el.

Solo por mi Profesor (#1) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora