Capitulo 26

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Desperte la mañana siguiente en el sofá de Alan con la resaca mas grande que había experimentado en mi vida.
Estaba mareada por el dolor y apenas si lograba sentarme.
Alan no estaba mejor que yo, arrojado de panza sobre la alfombra gris que adornaba el suelo de madera. Solo en calzoncillos. Aun medio inconsciente se veía muy sexy, y yo, aun medio inconsciente, me daba la molestia de admitirmelo.
Con el dolor de mi corazón me fije en la hora. 7.23am. Mi alarma no paraba de gritarme que moviera el culo. Apague ese tono irritante y me senté en un movimiento abdominal que jamas me había costado tanto realizar. 
Hoy tenia clases. Y anoche debería haber dormido en casa de mama. Me atreví a volver a ojear mi celular. 5 llamadas perdidas 3 buzones de voz y 8 mensajes de mama. Genial.

Sin embargo parecía como si el efecto del Vodka siguiera allí, no me importo tanto como debería que mi madre estuviera por desheredarme ni que el rector no me permitiera entrar al instituto por perderme probablemente la primera hora del día de clases.

No conseguía armarme de fuerzas como para acercarme a despertar a Alan, así que estire un poco la pierna izquierda y con la punta de los dedos de mi pie comencé a agitar su brazo y luego con un poco mas de esfuerzo su espalda para que reaccionara.

Un sorteo de balbuceos salió de sus labios, estaba despeinado y su cabello caía en su frente enmarañado.

Me aproximé a abrir un poco las cortinas caídas y un rallo de luz viajó directo a sus párpados semi abiertos.

- Demonios. - maldijo el antes de echarse un brazo encima de los ojos y darse vuelta por completo dándome nuevamente la espalda.

- Tienes 10 minutos para bañarte y vestirte. Necesito que me lleves a casa a por ropa para la escuela. - ignoro por completo mis palabras. - Y también necesito llegar a tiempo antes de que el rector nos corte los cojones a ambos! - volvió a balbucear.

Suspire irritada y comencé a amarrar mi cabello mientras me paraba con furia y me avanzaba sobre el cuerpo caído de Alan.

El gruño de manera sonora y me acomodo encima de el viéndome directo a los ojos para luego de un segundo a otro moverme con agilidad y cambiar de posición dejándome, bruscamente pero no de manera bruta abajo de el. Mi cabello se desenvolvió de su amarre y se esparció sobre la alfombra, provocando el cambio repentino que por costumbre mis piernas se enrollaran alrededor de sus caderas y que sus manos se instalaran en mi culo.

- Esa no es la forma en que me gusta que me despierten por las mañanas. Esta si lo es...- ya no me miraba, parecía que estuviera hablando dormido. Arrastraba las palabras y tenia la voz mas ronca que de costumbre. Antes de que me diera cuenta sus labios y lengua comenzaban a succionar la piel de mi cuello con lentitud.

Una sensación de placer me invadió de pronto silenciando todas las demás necesidades y solo aumentando la de sus manos sobre mi.

- Alan.. - entre cosquillas provocadas por su barba media mal rasurada y gruñidos profundos de mi garganta. - No tengo tiempo para esto. Vamos mas que atrasados.

- Entonces no abra daño en unos minutos mas. Ya estamos en el peor escenario. - susurro el, bajando por mi clavícula hasta el contorno de mi pecho.

- Ah! - grite cuando mordió sin piedad mi pezon. - No. Alan. Saldremos de aquí en 10 minutos no me importa si tengo que robar tu carro en el intento o si te las tienes que arreglar para llegar en bóxers a la escuela. Mueve el culo o juro que te arranco esa cara bonita de una bofetada.

Su cara de asombro reflejo que mi sermón había echo un mejor trabajo que mi despertador en mantenerlo lucido. Jamas había sido tan directa ni tan... Mandona.

... Y es que Alan saca lo peor y lo mejor de mi...

Alan's POV

Así que hice lo que me mando a hacer. "Moví mi culo" de mal humor hasta mi habitación y me acerque al lava manos. Abrí un par de cajones y tome una aspirina antes de lavarme los dientes. Tome otra aspirina y la deje en el velador del lado de Alisson junto con un vaso de agua para que no le doliera tanto la cabeza tampoco a ella.

Solo por mi Profesor (#1) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora