Capitulo 11

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El agua estaba fría, y se me endurecieron los pechos debido a eso, una escalofrío recorrió mi cuerpo y cambie drásticamente la temperatura del agua. Mi cuerpo se relajó y deje que el calor inundara mi cuerpo y me limpiara. Estaba cansada. Mucho.

Reposé la cabeza bajo el grifo y deje que mi mundo se concentrará solo en mi cuerpo inundado por la regadera de agua caliente.

Me encanta el agua muy caliente.

Entonces escuché como la tapa del inodoro crujía al recibir el peso de otra persona encima.

Mire en vano detrás de la cortina de baño con una mueca en el rostro.

- ¿Estarás por casualidad cagando mientras que me baño? - dije, tomando el shampoo entre mis manos y exparciendolo por todo mi cabello.

- ¿Te molestaría? - dijo riendo, Alan tenia un tono relajado. Parecía como si hubiese recién vuelto de las mejores vacaciones de su vida y siguiera allí mentalmente.

- Depende, ¿Vienes solo a cagar o a hacerme compañía también? - dije un poco aburrida

- Ding ding ding!! - dijo el imitando una maquina expendedora de moneda que emitían esa clase de sonidos cuando ganas. Solté un suspiro mitad risa. - Solo has tenido mitad de respuesta correcta. Cagar frente a la chica con la quien tuve recientemente sexo y planeo seguir teniendo, seria un tanto mata pasiones para mi gusto.

Reí. Era cierto, en parte.

- Genial, ¿Entonces el trato es no cagar en presencia del otro?

- Y sexo casual. - complemento el, reí con superioridad.

No estaba pensando lo que decía, es mas, mi boca había adquirido un nuevo sistema de funcionamiento. El hablaba, y yo respondía lo primero que pensaba, sin filtro.

- ¿Que te hace creer que volverás a tener la suerte de si quiera volver a estar a solas conmigo? - lo cuestioné

- Planeo ganarme esa suerte.

En ese momento, me quede sin palabras. Ni siquiera fui capaz de imitar un sonrisa, ni cerca.

- Así que ¿Una caja de condones en tu habitación? - dijo cambiando de tema. - Te será muy útil, imagino. - dijo con un tono extraño, fruncí el ceño y comencé a enjuagar mi cabello.

- Demasiado, diría yo.

El río. Me gustaba hacerlo reír.

- ¿Así que así van a funcionar nuestras conversaciones desde ahora? ¿Tenemos sexo un vez, y resulta que no eres capaz de darle vueltas al tema?

Lo dije en broma, y añadí una risa al final para hacerlo claro. Sin embargo el demoró en responder, mas de lo normal. Lo cual en cierto modo me hizo sentir culpable.

- Fue un hecho impactante, la verdad. ¿Quien eres y que hiciste con la señorita Peters del primer día de clase?

Recordé ese día, como me había caído tropezando con la silla, y como había despertado entre las piernas de mi profesor. Que torpe. Sentí que la vergüenza se colaba por mis poros.

- Lo mismo podría decir yo, maestro "No doy segundas oportunidades". Parecías un hombre inteligente en ese entonces.

- ¿Ya no? - dijo incrédulo. Podía imaginar su rostro con una sonrisa provocativa en los labios.

- Tu dignidad e inteligencia viajaron directo al bote de basura en el segundo después en que tuviste el coraje de preguntar por la caja de condones de una chica.

- Auch! - yo reí. - no es la primera vez. De todas formas me sorprendiste.

- ¿A si? - ahora me tocaba a mi sorprenderme.

- Claro, es mas común que el hombre aporte los condones, pero no es un fenómeno que la chica también tenga algunos. - dijo un poco aburrido.

- Claro.. Y me imagino que usted, hombre de la decencia, ¿Iba a venir a la casa de su alumna con un cargamento de condones listos para estrenarse?

- Buen punto. Supongo que es ese caso, la alumna supera al maestro.

Eso me hizo carcajear muchísimo.

Seguimos así durante un rato, me hallé en la situación de que el agua caliente se había acabado y tuve que terminar de lavarme el cabello con agua fría. Alan se río toda la noche por esa situación. Por extraño que pareciera, me hubiese quedado horas hablando con el, en la bañera, en clases, en mi habitación o en la suya. Eso me llevo a pensar como seria su habitación.

...

Abrí las cortinas a medias y tomé mi bata que estaba colgada al lado izquierdo de la bañera. La alcancé antes del intento de Alan por quitármela. Sonreí victoriosa y me la puse dentro de la bañera apagada y con las cortinas tapándome.

Salí del baño con Alan pisándome los talones.

- ¿Que hora es? - pregunté, me fije en el y me di cuenta de que llevaba sus boxer puestos. Su camisa no.

- 11:47pm - respondió mirando su reloj de muñeca.

- Tienes que irte. Mañana tengo.. Tenemos escuela, - me auto corregí. - ademas mama puede llegar en cualquier minuto desde ahora.

- Supongo. - dijo el sin oponer resistencia.

Me hubiese gustado pasar el resto de la noche en vela con el. Quizá no solo burlándonos el uno del otro, o llendonos directamente al sexo. Quizá solo dormir o ver una película.

Desvanecí esa fantasía de mi cabeza.

...

Esa noche me costó un mundo consilar el sueño luego de que Alan se fuera con su cacheta en mano. Me habia dejado su telefono. Estaba feliz. O quizá solo complacida, ¿Como habría de no estarlo?

Me gusta el sexo, y hacia Drake que no lo practicaba. Osea estaba media fuera de practica. Fue sensacional volver a sentirlo. La verdad es que para las chicas que guardan o no su virginidad, las va a llegar a todas saber, que el sexo y el deseo del sexo, nos hace hacer cosas locas. Por ejemplo estoy yo: quien llego a tener sexo con su propio profesor a base del deseo. Incluso peor, no pude para de pensar en eso todas la noches que siguieron a esa.

Solo por mi Profesor (#1) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora