Solo por mi Profesor (#1) TERMINADA

Capítulo 37 (maratón 3/5)

Mama había mentido, y no había tocado el timbre como había supuesto que haría para poder ir a abrirle y así, al mismo tiempo, tener un limite claro de tiempo. Sino que de golpe, escuché el sonido de las llaves tintinear al golpear la pared de la entrada donde las colgábamos para que no se perdieran.

- Oh por Dios! - susurré.

- Lo se. Espérame ya estoy a punto. - Contesto Alan.

- Shh! Cállate. - toda neurona de mi cabeza había perdido el hilo del ambiente. Tomé a Alan por lo cachetes atrayendo su atención. - Reacciona. Mama esta en casa.

El ritmo constante que me había hecho temblar, se detuvo de golpe, su corazón seguía latiendo acelerado y su mirada dilatada me prestaba total atención.

- Pero es que estoy tan cerca... - dijo con un puchero intentando de insistir. Con el impulso de mi espalda, di vuelta la posición quedando yo encima.

- No. - con ambas manos a sus costados me impulsé hacia arriba pero el me atrapó en un abrazo. Lo mire mal.

- Ok, esta bien.

Me levanté y Alan desapareció en el baño, honestamente no quería saber que estaba haciendo. Escuché los pasos de mama por la escalera.

Olía mal y abrí la ventana, tomé el bolso de Alan y escondí todas sus cosas bajo mi cama, estiré mis sabanas y el cubre cama, amarré mi cabello y me vestí con mi bata

- No salgas de allí hasta que yo venga de vuelta... - dije susurrando contra la puerta del baño - ...Ah!... - retrocedí recordando otra cosa, y pegue el oído nuevamente a la madera. - .. Y no metas demasiado ruido.

- Lo... Lo intentaré. - reí, y traté de comportarme. Bajé a buscar a mama. Pero cuando cerré la puerta de mi habitación tras mi espalda, ella ya estaba allí.

- ¡Mama! - grite sorprendida. - me tomaste por sorpresa. - dije llevando una mano a mi corazón y tratando de clamar mi respiración.

- Lo siento, hijita.

Trató de abrirse paso a mi pieza, pero justo a tiempo la tomé por el brazo como si la abrazara y le dije.

- Que bueno que llegas mas temprano, podemos...¡Cocinemos juntas la cena! Vamos, será entretenido. - no alcancé a dar dos pasos sin que ella se detuviera en seguida, no demasiado convencida.

- ¿Tu profesor..?

Alan.

- El profesor Wall. - contesté.

- ¿...ya se fue?

- Un rato antes de que llegaras. Se a disculpado de no poder despedirse de ti.- mama me miro dudosa.

- Esta bien, pero solo para estar segura. - y abrió mi puerta de golpe.

Un brisa fresca nos golpeo el rostro, el olor se había esfumado reemplazado por el frío de la noche exterior. La cama no se veía tan ordenada pero mama no pareció notarlo fuera de lo común.

- ¿Puedes explicar este desastre? - dijo señalando mi ropa esparcida por el suelo.

Mis cachetes se tornaron de un rosa pálido pero la iluminación no era suficiente para que mama se diera cuenta, sin embargo, sentí mi rostro completo arder en llamas.

- Lo siento, mama. La verdad es que me bañé de prisa, y no tuve tiempo de recoger mi ropa sucia y echarla al canasto. - miré mi bata lo que ella también pareció fijarse. - la ordeno de enseguida.

Y me arrodillé a recolectar mi uniforme esparcido por toda mi pieza.

- Te espero en la cocina para la cena. Hoy comemos tortilla de espinacas.

Y por fin me dejo sola.

Con toda mi ropa echa un ovillo entre mis brazos, me apoyé contra la puerta del baño y suspiré.

- ¿Ya se fue? - preguntó una voz tímida y de no haber sabido quien se escondía en ese cuarto, probablemente no habría adivinado que era Alan.

- No hay moros en la costa. - susurré. Sin embargo ninguno de los dos se paró a abrir el cerrojo de la puerta. Sospeché que el estaba igual de cansado que yo, y probablemente recostado con la espalda apoyada en la puerta igual que yo.

- Vas a tener que irte.

- Lo se. - un silencio cómodo y tranquilo transcurrió por unos segundos. - lo bueno es que, pasado este año, ya no tendremos que fingir mas.

Quise sonreír. Pero no pude. Me había costado un mundo contarle a Penny (el ser humano a quien mas confianza guardo) que me gustaba un hombre bastante mayor que yo, bastante mayor que yo. No sabia si guardaba el valor para llevarlo frente al resto de las personas de mi vida.

- Esta bien, no pensemos en eso ahora. - dije yo.

- Podríamos hablar de la curiosa reacción que tuviste ante la noticia de que tendríamos que trabajar. En que tu tendrías que escribir. - un nudo en mi estomago me hizo atragantarme. Tampoco quería hablar de eso.

- ¿Porque quieres mi ayuda, de todos modos? Has tenido la oportunidad de leer solo un papel que haya escrito yo. No puedes tomar eso como conclusión de que tengo alguna clase de especialidad o conocimiento que no tenga otro alumno de instituto. - no sabia como convencerlo de que yo no aplicaba para lo que el quería que hiciera.

- No te menos precies. Se que.. En realidad si as a estar dispuesta a ayudarme. - suspiré. No era cierto. Eso no iba a pasar. - En todo caso, si lo que te preocupa es publicarlo, es tan fácil como mencionarte "Anónimo" y nadie tiene que saber que eres tu la del talento oculto.

- Ja! - dije divertida. - y dejarte a ti con todos los créditos, suuuper justo.

Lo escuche reír.

- Alisson. - no lo miraba a la cara, ni siquiera sabia que expresión tenia en el rostro. Pero fue simple, la forma en que dijo mi nombre. Sabia lo que iba a pasar. Todo mi cuerpo se tensó, no sentía la punta de mis dedos, y mis vías respiratorias parecían no estar funcionando del todo bien. No podía respirar. - ¿Tienes... El sábado por la noche libre? Quizá.. Podríamos conversar ciertos temas que.. Tu sabes.

- No, en realidad no lo se. - no sabia de donde había surgido esa respuesta, pero mi corazón palpitaba emocionado ante esa respuesta.

- Pues, no lo se. No se que me pasa... Solo se que te conozco hace poco mas de un mes y no puedo parar de pensar en ti. Quiero conocerte mejor, quiero tener mas excusas para pasar mas tiempo contigo. - mi boca se abrió de par en par, mi mente se nubló y mis manos apretaron con nerviosismo los extremos de mi bata.- Quiero llevarte a una cita. - se aclaró la garganta. - quiero saber si no soy el único sintiendo cosas extrañas por aquí.