Capítulo 34-"Maldito Austin."

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Sophie.

-Mamá, ¿cuándo vamos a volver a casa? -le pregunté, acomodándome en la silla del restaurante.

-Quiero tardar todo lo posible. Necesito relajarme con Phoebe estos días y pensar mucho sobre tu padre. -suspiró.

-¿Vas a divorciarte? -pregunté. No era que quisiera que se separasen, pero 'pensar mucho sobre tu padre', deja mucho que pensar, desde mi punto de vista.

-No cariño. Si me divorciara de él, toda la familia me odiaría, sobre todo la abuela y el abuelo.

-Existe la posibilidad de separarse, ¿no? -pregunté esperanzada.

-Por supuesto, pero tú te quedarías sin dinero, y te verías muerta de hambre.

-Mamá, no quiero casarme con Austin.

Suspiró, y le dirigió la mirada al mesero, que se acercaba a nosotras con una sonrisa y con la pequeña libreta en la mano.

-Hola, ¿qué desean?

-Hola, yo quiero un café con leche, y mi hija un zumo de naranja. -le sonrió mi madre.

-Muy bien, en unos minutos tendrán su pedido. Muchas gracias.

El mesero se retiró, y volví a sacarle el tema a mi madre.

-Mamá, sigo sin querer casarme. -me apoyé en la mesa.

Ella no quería escuchar eso, miraba a todos lados menos a mí. Seguí, mirándola, pero siguió negándose a mirarme.

-¡Mamá!-exclamé, y entonces si me miró por mi tono de voz elevado.

-No puedo hacer nada Sophie. Tienes que casarte con él sí o sí. -rodé los ojos-. Intenta conocerlo, no puede ser tan malo como dicen por ahí.

-No. -respondí rotundamente-. No voy a salir con él.

-Hoy quiero que salgas con él. Aunque sea un rato.

Negué con la cabeza.

-Sophie, solo un rato.

-No. -negué.

-Por favor, hazlo por mí.


(...)

El restaurante que había en Palace's, mi hotel, era muy amplio, lujoso y público. Mi madre me había sugerido que quedara ahí con Austin. Me parecía un sitio público, pero no lo suficiente. Así que decidí quedar con él en Starbucks. Él no estaba de acuerdo completamente, pero a mí la idea se me hacía maravillosa.

Era invierno, y en Manhattan, los Starbucks siempre estaban a reventar de gente.

Quedé con él sobre las seis de la tarde. Y allí me lo encontré puntualmente, sentado en una mesa con su móvil. Me acerqué a él sigilosamente, y me senté en la silla, haciendo el suficiente ruido como para que me mirara.

-¿Por qué me has traído aquí? Hay mucha gente, me agobio.

Sus ojos trasmitían el aburrimiento de la situación, y la prepotencia y chulería que tenía. Era un maldito niño pijo. Incluso más que yo.

-No quería quedar contigo en un sitio más privado. -sonreí irónicamente. No sabía si había pillado el doble sentido de mis palabras, pareció que no, porque seguía teniendo la misma cara.

-Como sea, ¿de qué quieres hablar? -me preguntó, cruzándose de brazos y dejando su móvil encima de la mesa.

-Yo no quiero hablar de nada contigo. Mi madre me ha obligado a quedar, y bueno, aquí estoy. -me señalé a mí misma, bufando.

¿De verdad tenía que aguantarle?

-¿Cuándo vais a volver a vuestra casa? Alan está destrozado. -habló como si conociera de toda la vida a mi padre.

-¿Alan?, ¿de verdad? -arqueé una ceja-. ¿Desde cuándo tenéis esa confianza de llamaros por el nombre de pila?

-Simplemente estoy conociendo a mi suegro. -se encogió de hombros. Parecía como si él fuera la cosa más inocente. ¡Conocer al suegro! ¡Es lo normal!, pero no. Él jamás me ganaría como persona, pero parece que mi padre se deja vender por cualquier chaval que le haga un poco la pelota.

-No es tu suegro. -gruñí-. Sería tu suegro si nos quisiéramos, pero como nada de eso va a suceder, no es tu suegro.

Me miró con una sonrisa burlona, al igual que sus ojos. Su prepotencia, su actitud chulesca, su pasotismo me provocaba náuseas. Era tan despreciable.

-Mira, muñeca. -chasqueó la lengua, sonriendo de lado-. Ahora tu papi es mi segundo papi. Alan me va a proporcionar mucho dinero, y ninguna perra como tú lo va a impedir.

Las últimas palabras las echó de su boca con asco, el mismo asco que él me daba a mí. Pero si él sabía jugar sus cartas, yo sabía hacerlas mejor.

-Mi papi. -sonreí maliciosa-, Lo daría todo por mí, y si se enterase de que me engañaste y me violaste, creo que no le va ha hacer mucha gracia- fingí una cara de pena-. Y mucho menos a tus papis, ¿qué clase de hijo han tenido? ¿violando a su prometida?

Su cara pareció cambiar de cachondeo a cabreo. El que ríe el último, ríe mejor. Sabias y verdaderas palabras. Puede que en su momento se aprovechara de mí, pero ahora me iba a aprovechar yo de él.

-¿Cómo se llamaba este chico, al que te follas? -arrugó el ceño, como si estuviera pensando-, ¿Justin Bieber?-sonrío con malicia-, Pensaba que tenías mejor gusto y no te liabas con una escoria del Bronx. Encima tiene cargos por pasar droga, peleas callejeras y robo. -mi cara padeció-. Si se enterase tu papi.

Maldito cabrón. Le miré de la peor manera que había, quería matarlo con mis propias manos por meterse en asuntos donde no le incumben. La rabia que tenía contra este chico no era normal. Vaya, quien diría que Sophie dice todas esas vulgaridades. Claro subconsciente, se me había pegado todo de Justin.

Se rió, solo para fastidiarme. Lo odiaba. Lo odiaba con todo mi ser, con toda mi alma.

-Quiero llevarte a un sitio muy especial.

Nota: Eeeey mis girls❤️ Os agradezco a todas que comentáis cualquier tontería, como tamarachecaa belieber-grey_1994 y muchas más🙄 (no puedo nombrarlas a todas pero ellas son las que más comentaron en mi último capítulo)

¿Fallos sobre esta Fic? 🙀

Las amo💙

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dangerous ♤ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora