All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

LII

[Punto de Vista Rosa]

Niall me estaba poniendo mala. Muy mala. Malísima. Estábamos todos en un mismo espacio, bailando al ritmo de la música que nos iba poniendo Zayn, riéndonos, hablando de cualquier chorrada, bebiendo, algo que no podríamos seguir haciendo mucho más tiempo porque se nos estaba acabando… Cualquier cosa, todos juntos.

Pero entonces Niall se acercaba. Con disimulo. A veces se colocaba frente a mí, apoyaba sus manos en la parte de arriba de mis piernas y me recogía el vestido lentamente y de forma casi imperceptible para los demás. Pero yo le sentía deslizarse y, aún más, sentía el fuego en la mirada de Niall. Otras veces se ponía justo detrás, sosteniéndome las caderas y pegándose a mí. Sabía que sonreía incluso sin poder verle. Y hacía exactamente la misma acción, aferraba la tela de mi vestido y tiraba de ella hacia arriba sin que nadie nos viera. O eso quería pensar; sino estábamos haciendo el ridículo más absoluto.

Pero hacía ya rato que había dejado de importarme. Sólo quería que me devorara entera, que me arrancara el vestido tal y como me había asegurado que iba a hacer.

- Es que de verdad estás preciosa… -Susurró mientras me mordía el lóbulo de la oreja. Notaba su presencia a mi derecha pero no quería mirarle, tratando de contenerme las ganas crecientes de besarlo.

- Niall…

- Es que lo estás, Rosa. No sé qué me pasa –me besó en la mejilla e incluso ahí pude notar su pasión-. Chicos –dijo de pronto, sorprendiéndome-, Rosa está un poco mareada. Vamos a salir al jardín a que la de el aire.

Lo miré estupefacta, pero asentí, sin entender muy bien de qué estaba hablando. O, más bien, sin querer entenderlo… ¿Sería capaz?

Aferró mi mano y salimos a experimentar el frío invierno en Bath. Tirité en cuanto di dos pasos por el jardín y me abrazó.

- Dentro de poco dejarás de tener frío…

Comenzó a correr, sin soltar mi mano, hasta que llegamos al muro que marcaba el fin del jardín y el inicio de la calle. Seguía tiritando, pero ahora tenía cosas más importantes en las que pensar. Sostuvo mis hombros e hizo chocar mi espalda contra la fría pared, mientras se mordía los labios.

- No aguanto más –murmuró lanzándose directo a mi cuello.

Elevó una de mis piernas hacia arriba y la enroscó en su cintura para recorrerla con su mano, provocándome mil y un escalofríos. En cinco segundos tenía sus dedos jugueteando en el centro de mi deseo y reprimí un gemido con sus besos.

- Rosa, te deseo, aquí y ahora.

Depositó mi pierna en el suelo, buscó la goma de mi ropa interior y tiró de ella hacia abajo, sin previo aviso. Subió con urgencia mi vestido mientras me miraba con la respiración entrecortada. Vi cómo él mismo se bajaba ligeramente los pantalones y los boxer, dejándome ver cuánto me deseaba. Eso lo había provocado yo… Sonreí.

Me cogió de nuevo en volandas y se introdujo en mí con una fuerza que nunca me había mostrado. Se movió rápido sobre mí, mientras arañaba su espalda, cargada de un deseo que no recordaba haber sentido antes. Hundió su cabeza en mi cuello mientras gemía, y el contacto de su aliento con mi piel fue algo sensacional.

De pronto ya no hacía frío.

Alcancé el éxtasis en seguida, zambullida en un torbellino de emociones que jamás sabría describir.

Niall nos vistió a ambos con rapidez y apresó con sus manos mi cara, besándome con lentitud.

- Nunca había conocido a nadie como tú, Rosa –me besó nuevamente y, sosteniendo mi mano, comenzó a andar. Me veía incapaz de articular una sola palabra-. Dime qué piensas.