All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

XXIV

[Punto de Vista Harry]

Rosa se despidió de mí con un cálido beso y se marchó a clase. Sus ojazos azules estaban rodeados de unas marcadas ojeras, pero decía no importarle. Habíamos pasado otra noche increíble; y ni ella ni yo nos cansábamos de que eso ocurriera. A pesar de las ojeras, incluso de las agujetas.

Nuestra relación no había variado en absoluto desde el primer día. Físicamente, me resultaba irresistible. No podía tenerla muy cerca demasiado tiempo sin lanzarme a devorarla; me volvía loco en ese sentido. Ahora teníamos mucha más confianza y eso era aún mejor.

Fuera de esto, éramos amigos. Hablábamos, nos contábamos las cosas, nos reíamos. Pero nada más allá de eso.

No era común en mí acostarme con la misma chica tantas veces, así que a estas alturas ya tenía claro que Rosa era diferente; era especial.

Me levanté poco antes de la hora de comer y me encontré a Tommo cocinando.

- La próxima vez que deis esos gritos voy a entrar en la habitación y os pondré un bozal a cada uno –dijo cuando entré, colocándome a su lado.

- ¿Qué cocinas? Huele bien.

- Pues no lo sé, porque como no he dormido mucho durante la noche lo mismo he puesto a cocer tierra y no me he dado ni cuenta –me dijo fingiendo enfado. Sabía que no lo estaba.

- No tenemos tierra en casa, así que despreocúpate.

Me senté en una silla, apoyando el codo en la mesa y cargando el peso de mi cabeza en él. Se me abrió la boca.

- No sé si estoy para muchas fiestas hoy –admití-. Estoy muy cansado.

- No me extraña, ¿cuántas noches seguidas llevas durmiendo con Rosa? Y cuando digo dormir… -sonrió.

- Muchas. De eso sí que no me canso.

- Eres un machote. ¿Habéis vuelto a hablar de esto? –Me miró y fruncí el ceño-. De lo que tenéis.

- Que va, está más que claro. Ni ella quiere más ni yo tampoco.

- ¿Pero no empiezas a sentir algo por ella? –Preguntó.

Lo pensé durante unos instantes.

- La estoy cogiendo mucho cariño, es una chica increíble. Pero sabes que ahora mismo no me planteo…

- Ya, vamos, que no ha cambiado nada –me cortó-. Mientras los dos estéis a gusto, me parece bien.

- Y tú qué, te veo muy tranquilo.

- ¿Por qué no tendría que estarlo? –Caminó hasta el frigorífico y sacó el agua-. Está casi listo, saca los platos.

Hice lo que me dijo y cogí los cubiertos, colocándolos en la mesa.

- Vas a conocer a Max, colega.

- Max me va a conocer a mí, él sí que debería estar nervioso –rió.

- ¿Vas a hacer algo? –Pregunté intrigado.

- Claro –contestó al instante.

Hasta ese momento no había caído en ello, y no entiendo cómo pude ser tan bobo. Claro que Louis tendría algo preparado para cuando conociera a Max; era un genio del mal.

- Judith se enfadará…

- Voy a hacer lo más simple que se puede hacer: comportarme tal y como me comporto siempre con ella. Quizá lo exagere, pero voy a estar en mi línea. Max es un celoso, no aguantará ni media hora. Esto caerá por su propio peso –dijo con total tranquilidad.