LXXXI

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[Punto de Vista Louis]
Amanecí con un mensaje de Niall.
"La he cagado".
Me restregué la cara con las manos y guardé de nuevo el móvil bajo la almohada para girarme a abrazar a Judith.
- ¿Estás despierto? -Preguntó, con su voz de recién levantada.
- Sí -me incliné para darla un beso en el pelo y se colocó de lado para poder mirarme-. Niall me ha mandado un mensaje y... Creo que él y Rosa discutieron anoche.
- Era de esperar -cogió el móvil que tenía sobre la mesa y a los pocos segundos movió  la cabeza de arriba a abajo-. Sí. Discutieron. El mensaje de Rosa es claro y conciso. "Niall es idiota" -resoplamos a la vez y volvimos a mirarnos-. Si me hubieras dejado hacerlo a mí... -Lo dejé en el aire.
- Si Rosa se lo hubiera contado a Niall antes de hacerlo... -me imitó.
- Si Niall no fuera tan celoso... ¿Por qué tiene que desconfiar tanto de ella y Harry? ¿Cómo tiene que sentirse Harry ahora? ¿No va a dejar nunca de pensar así de ellos?
- Eh, eh, para el carro. Acabo de despertarme, son demasiadas preguntas y en realidad yo no puedo responderte a ninguna de ellas -besé sus labios y, cuando me separé, volvió a mirar el móvil.
- Me ha escrito Alex. Dice que si comemos juntos, ¿qué hora es? Mmm... Bueno, no es tarde, me da tiempo a llegar a casa.
- ¿Vais a comer en casa?
- Hay que ahorrar -sonrió-. Además, así le conocen las chicas.
Permanecí un rato callado pensando de qué manera podía decirle que quería ir a esa comida. Quería conocer a Alex y quería saber si los supuestos de Rosa eran verdad o no. Si a Alex le gustaba, lo notaría.
- Yo también quiero conocerle -dije al fin, sin rodeos.
Dejó de escribir y me miró.
- ¿Quieres venir?
- ¿Me invitas?
Rió.
- Si quieres, sí.
- Si quieres que vaya...
Puso los ojos en blanco.
- Ven si quieres.
- ¿Eso es que no quieres?
- ¡Louis!
Reí.
- Vale, vale... -Volví a abrazarla mientras comenzaba a escribir de nuevo-. ¿Entonces voy o no?
- Algún día voy a ponerte esparadrapo en la boca para que dejes de darme guerra.
- Ya lo intentaron y no funcionó -dejé una serie de minúsculos besos por su cuello y al cabo de un par de minutos dejó el móvil-. ¿Quieres más?
- ¿Más qué?
- Besos.
- Siempre.
Sonreímos.

[Punto de Vista Rosa]
No había pegado ojo en toda la noche y sólo me levanté de la cama cuando Judith me dijo que ella y Louis venían a comer y que, además, venía el famoso Alex.
- Buenos días -caminé arrastrando los pies hasta el salón, donde estaban Alba y Jud, y las conté todo lo que había pasado anoche.
En realidad, ni siquiera sabía en qué punto se había quedado mi situación con Niall. Después de la estupenda frase que me soltó no le veía ningún sentido a seguir con esto. Ya no es que no confiara en mí, es que no sabía por qué estaba con él. Viva.
Judith y Louis llegaron a la media hora y él se sentó a mi lado. Me cogió por el cuello y me estrujó contra él.
- ¿Quieres hablar? -Preguntó.
Suspiré. Resoplé. Bufé.
- Quiero morirme.
- ¡¡Rosa!! -Chilló Judith, en frente de mí.
- Niall iba borracho -dijo Louis.
- Niall es estúpido.
- También -aceptó-, pero iba borracho. Seguro que hoy se arrepiente de la mayoría de cosas que pudo hacer o decir.
- A ver, si yo entiendo que algo enfadado estuviera teniendo en cuenta mis antecedentes con Harry. Pero, joder, en lugar de ponerse como se puso, qué menos que preguntarme primero. Incluso estando enfadado, pregunta y luego me hablas como me quieras -miré a Louis-. Me dijo que no sabía por qué estaba con él.
Entreabrió la boca y tomó aire.
- Te diría que no se lo tengas en cuenta, pero todos tendríamos en cuenta algo así... -Agachó la cabeza-. Yo sólo sé que se siente muy bien contigo, y cuando eso pasa... Todos tenemos miedo de perder a esa persona que nos importa. Y te vuelves estúpido a veces. Dentro de cinco minutos, o de veinte, o de dos horas, vendrá aquí y te pedirá perdón. De rodillas si hace falta. Va a hacer cualquier cosa por no perderte y espero que puedas valorar eso, aunque estés enfadada, incluso decepcionada.
Apoyé la cabeza en su hombro y me la acarició. Era un auténtico amigo.
El timbre sonó en unos diez minutos y Judith se levantó a abrir casi corriendo. Vi cómo Louis la seguía con la mirada y sonreí. No había conocido nunca a nadie que mirara a otra persona tal y como él la miraba a ella.
Bueno, puede... Puede que Niall también me mirara a veces así.
Cogí el móvil. Ni una llamada. Ni un mensaje. Si se arrepentía de lo que había dicho, desde luego no lo estaba demostrando.

[Punto de Vista Judith]
Le di a Alex uno de los abrazos más grandes que había dado a nadie en mi vida. Estaba exactamente igual que le recordaba. Moreno, con su pelo cortito, y esos ojos que decían mucho de él. Y esa sonrisa tan sincera, siempre esa sonrisa.
- Estás guapísima.
- Tú si que estás guapo -me volví a abrazar a él y le hice pasar.
- ¿Así que te has echado novio? -Preguntó en voz baja, antes de llegar al salón. Le había dicho que vendría a comer con nosotros un amigo especial.
- Es una larga historia, ya te la contaré.
- Estoy deseando oírla.
Pasó un brazo por mi cuello y me acercó a él. Entramos al salón todavía agarrados y todos se levantaron en seguida.
- Este es Alex. Alex, ellas son Alba, Jud, Rosa y Ana. Y él es Louis.
- Joder, yo a ti te he visto en la tele -dijo mientras le estrechaba la mano.
- Sí, soy un gran futbolista -comentó Louis haciéndonos reír a todos.
- Que no, que sé quien eres, hombre... Eres... Esto... ¿El hombre del tiempo? -Reímos con más fuerza.
- Mira qué gracioso -la cara de Louis no fue de diversión y le miré extrañada, pero lo cierto es que en seguida me despreocupé.
Las dio dos besos a cada una.
- ¿Qué me has preparado de comer? ¿Macarrones, como siempre? -Preguntó, mirándome.
- Ja, ja. Sigues igual de gracioso.
- ¿A vosotros también os hace macarrones? Siempre que me invitaba a comer me hacía macarrones. A veces les echaba tomate, otras...
- ¡¡Cállate y deja de mentir!!
- Pero si sabes que es verdad -me abrazó de nuevo y nos miramos.
Le había echado de menos.
- Sentaos, anda, que voy a por la comida.
Rocé el brazo de Louis cuando pasé por su lado y vino detrás de mí.
- ¿Te ayudo?
- No, tranquilo, sólo tengo que llevar una cazuela.
- Pues voy contigo para mirarte como lo haces.
Reí.
Cuando entramos en la cocina me cogió por la cintura, me giró y me besó con fuerza. Le cogí la cara y le devolví el beso pero en seguida nos separé.
- Vamos, anda.

[Punto de Vista Louis]
Envidiaba la relación de Judith y Alex. Mucho. Habían compartido tantos momentos juntos... Sabía que a mí con ella me quedaban otros tantos; una vida entera da para mucho y ese es el tiempo exacto que pensaba estar con ella.
Pero aun así lo envidiaba. Yo la conocía bien, pero él lo hacía más. Al menos, de otra manera.
Estuvieron toda la comida contando anécdotas que hicieron que las chicas se rieran largo y tendido, incluso Rosa, que al principio estaba decaída. Después Rosita y yo intercambiamos los papeles; al principio yo estaba divertido y terminé por estar desanimado.
- He comprado tarta de queso, colega.
Alex extendió los brazos.
- Eres un ángel caído del cielo.
Judith rio y se levantó.
- Voy a por ella. Louis, ¿vienes y me ayudas con los platos?
- Sí, claro.
Cerró la puerta cuando entramos y se dirigió al frigorífico, mientras yo sacaba los platos.
- Estás muy callado.
- Estais los dos hablando todo el rato, no tengo nada que decir -dejé los platos sobre la encimera y la miré. Me miraba con gesto serio y me acerqué a ella.
- ¿Pasa algo?
- No -respondí con una sonrisa. La besé y apoyó sus manos en mi rostro-. ¿Quién le has dicho que soy?
- Un... Amigo especial -respondió al instante aunque pareció dudar
- ¿Le has hablado algo de mí?
- ¿Qué te pasa? -Preguntó mientras reía.
- Nada.
Se separó algo de mí.
- Louis... ¿Estás celoso?
- No.
¿No?
- Vale, porque no tienes que estarlo -cogió mi cara con una mano y me besó de nuevo-. Ha sido muy bonito lo que has dicho antes.
- ¿El qué?
- Que todos tenemos miedo de perder a esa persona que nos importa -asentí-. Pero, Louis, tú no deberías tener miedo. Nunca. De nada.
- Tengo miedo de perderte -dije sin pensármelo, acercándome más a ella, juntando nuestros rostros pero permitiéndome seguir mirándola.
- No lo vas a hacer -respondió con rapidez.
Nos besamos de nuevo.
Probablemente ese miedo seguiría aumentado con los días; igual que aumentaba lo que sentía por ella.

[Punto de Vista Rosa]
Me descubrí a mí misma llorando de la risa al lado de Alex. Eso era justo lo que necesitaba, algo nuevo, algo diferente a todo lo que me rodeaba últimamente.
Conocer a los chicos había sido lo más genial que me había pasado en la vida pero, para que engañarnos, también había sido difícil en muchos aspectos. Merecía la pena, sí, pero en ese momento comprendí que también necesitaba alejarme en ciertas ocasiones de ese mundo en el que me había sumergido con ellos.
Riendo al lado de Alex me di cuenta de lo fácil que estaba siendo aquello, tan fácil como abrir la boca y reír. Sin más. Sin más preocupaciones después. Hasta entonces no me había dado cuenta, pero necesitaba algo así. Algo que después no implicara pensar, comerse la cabeza.
Se quedó con nosotras bastante rato más después de comer. Si había algo que no me gustaba de aquello era ver, en cierto modo, cohibido a Louis. Imaginé qué estaba pasando por su cabeza porque Judith y Alex no dejaban de contarnos historias y de mirarse el uno al otro demostrando lo mucho que se habían echado de menos. Después hablaría con él porque, sin ninguna duda, no tenía de qué preocuparse.
El timbre sonó y Alba se levantó a abrir. Por primera vez en un buen rato pensé en Niall y me di cuenta de lo mucho que me importaba cuando, en el fondo, deseé que fuera él.
Efectivamente. Entró en el salón con expresión seria, una mano en el bolsillo y la otra en su cabeza.
- Hola -saludó frunciendo los labios. Al principio no dirigió su mirada hacia mí pero en vista de que nadie decía nada, finalmente sus ojos se posaron en los míos-. ¿Podemos hablar?
Tragué saliva. Y asentí.
Me levanté del sofá y escuché un "¿más famosos en tu casa?" cuando pasé por el lado de Alex. Me hizo sonreír levemente.
Cerré la puerta de mi habitación cuando entramos y se giró con su mirada puesta en el suelo.
- No sé qué decirte -comenzó-. No me atrevía a escribirte, ni a llamarte, no sé de dónde he sacado valor para venir hasta aquí. Sé que lo que te dije ayer te dolió mucho, y lo entiendo -me miró. Sus ojos brillaban-. Pero, Rosa, yo... Cuando pienso en perderte me vuelvo loco.
Le miré con la boca entreabierta. Me dolía verle así.
Me dolía mucho.
Porque le quería.
Le quería.
- Sigo sin poder creer que dijeras eso -dije, cogiendo aire-. ¿No sabes por qué estoy contigo? ¿De verdad, Niall?
- Perdóname -avanzó un paso hasta mí-. No volveré a decir algo así.
- ¿De verdad no sabes por qué estoy contigo? -Insistí.
- Rosa, sé que te importo. Y sé lo que te hago sentir.
- ¿Y por qué dudas?
- Porque... Porque tengo miedo a que esto se termine.
Recordé a Louis diciéndome eso. Todos tenemos ese miedo... Yo también lo tenía, claro. Y yo también había dudado de él hacía apenas cuatro días...
- A veces me vuelvo imbécil cuando ese miedo se hace más fuerte que yo y no puedo controlarlo, pero te prometo que a partir de ahora lo haré. Te lo prometo. Por ti -cogió mi mano cuando estuvo cerca de mí. Jamás le había visto tan triste-. Ahora lo pienso friamente y... -Resopló-. He ido a hablar con Harry. También le he pedido perdón a él. No volveré a dudar de vosotros.
- Eso ya lo dijiste. ¿Cómo sé que esta es la definitiva?
- No puedes saberlo, sólo... Puedes creerme o no.
Busqué su mano libre con la mirada y la entrelacé con la mía.
- No vuelvas a hablarme así, ni vuelvas a dudar de mí de esa manera. Ni a decirme algo de ese estilo, por favor.
- Nunca más -rodeé su cintura y me abrazó con mucha fuerza-. Rosa -nos separamos y le miré-, me importas más que nadie.

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@LookAfterYou28

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora