XXIII

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[Punto de Vista Judith]

Los dos días siguientes fueron bastante tranquilos.

Alba nos contó que llevaba hablando varios días con un chico de clase, Mike, y que parecía que había cierto… Tonteo. Finalmente quedaron el lunes por la tarde y pasó lo que tenía que pasar. Volvió emocionada diciéndonos que quería estudiar para ser policía. Parecía que la cosa prometía.

Ese día Rosa durmió en casa de Harry y Louis, otra vez. Con Harry, claro. Entre ellos todo seguía igual y, según nos decía, sus encuentros sexuales eran cada vez más… Placenteros. Nunca había visto a Rosa estar tan a gusto con un chico y, lo mejor de todo, sin quebraderos de cabeza. Ambos tenían claro lo que había entre ellos, sexo y amistad. Lo segundo, además, también se iba reforzando. El martes vino Harry a nuestra casa, cenó con nosotras y se quedó a dormir; después de suplicarle que no hicieran mucho ruido y conseguir que Rosa se pusiera roja como un tomatito. Harry era encantador, podías hablar con él de cualquier cosa y su voz pausada y tranquila hacía que todo pareciera cien mil veces mejor de lo que realmente era. Resultaba evidente que había mucha química entre ellos, y me acabé preguntando si no llegarían a nada más…

Por mi parte, llevaba sin ver a Louis desde el domingo. Como siempre, habíamos estado escribiéndonos casi constantemente. La verdad es que alejarme un poco de él no me permitió ver las cosas con un poco de claridad, sólo me hizo echarle de menos. El lunes invité a Max a cenar con nosotras para demostrarlas a las chicas que, pese a todo, seguía siendo el chico divertido y simpático que habíamos conocido al llegar a Londres. No le tragaban, pero por mí hicieron un esfuerzo. El martes, cuando salí de trabajar, vino a buscarme y estuvimos un rato juntos. Le dije que Harry venía a cenar a casa y le pareció, sorprendentemente, bien. Eso me alegró. Parecía que las cosas se estaban calmando y me gustaba, me gustaba mucho. Cuando no pensaba en Louis, todo era perfecto con él.

Lo malo es que pensaba mucho en él. Sentía que la atracción hacia él era cada vez mayor y la conversación que tuvimos acerca de mis miedos me había generado muchas dudas. ¿Estaba haciendo lo correcto? Llegué a plantearme en un par de ocasiones cómo sería mi vida si le diera esa oportunidad a Louis; y me lo negué a mí misma. Sería demasiado conflictiva, y yo siempre había buscado huir de los problemas. Finalmente decidí apartar todo eso de mi cabeza y seguir con mi vida; tarde o temprano aprendería a verle sólo como un amigo, y reprimiría esos impulsos que tenía de besarle casi a cada momento.

A primera hora de la mañana de ese miércoles, Liam me escribió un mensaje; Niall le escribió a Alba y Zayn a Rosa. Era divertido ver cómo se turnaban para contactar con nosotras. Todos decían lo mismo: “Cena esta noche en casa de Harry y Tommo, a las nueve. Vamos a ser ruidosos, escandalosos y sucios, para que mañana tengan que limpiar. Habrá pizza y cerveza. No se acepta un no”.

- ¡¡Por cierto!! –Exclamó Rosa, de pronto, haciendo que Alba y yo levantáramos la cabeza de la pantalla y la miráramos-. ¿Qué mensaje le mandó Louis a Niall el domingo? Como se me había podido olvidar…

Se miraron entre ellas.

- ¿Por qué? –Preguntó Alba.

- Porque Niall fue a leerlo en voz alta y de repente se calló… Y me resultó extraño. ¿Sabéis algo?

- El capullo de Lou –dije, guardándome el móvil en el bolsillo-. Le dijo textualmente “deja de tontear con las chicas de tus hermanos, que está muy mal. A no ser que Rosita se haya ganado tu corazoncito...”. Y que cómo iba el fútbol, eso también.

- Lo de Rosita se lo escribí yo, para darle un toque español al mensaje –dijo Alba orgullosa.

- Joder, ya le vale a Louis… -Dije mosqueada.

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora