LXXVI

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[Punto de Vista Liam]
Me di la vuelta y comprendí que había alguien durmiendo conmigo.
Mi primer pensamiento fue para Sophia, pero en seguida me di cuenta de que no era así y me fustigué a mí mismo por seguir pensando en ella.
Abrí los ojos queriendo ver a la persona que, realmente, estaba mi lado, y sonreí al observar cómo seguía durmiendo plácidamente. Lo cierto es que con Ana lo pasaba muy bien, incluso aunque nunca llegáramos a ser nada más.
Espera profundamente que ella no empezara a sentir nada por mí; no quería tener que dejar de verla.
No tardó demasiado en despertarse y cuando la vi moverse... La verdad es que muchas partes de mí se despertaron también. Era preciosa. Y ansiaba darla los buenos días tal y como la había dado las buenas noches. Comiéndomela.
Acaricié su brazo y dejé un reguero de besos por su hombro y su cuello. Ella, sin decir una palabra, rodeó mi cuello y buscó mi boca con la suya.
Y la di los buenos días.

[Punto de Vista Ana]
Liam se tumbó, exhausto, a mi lado, mientras yo trataba de ordenarle a mi corazón que detuviera ese ritmo tan frenético. ¿Cuánto llevaba despierta? ¿Tres cuartos de hora? Y ya estábamos así...
Me encantaba, para qué mentir.
Si alguna vez había estado enfadada con él, se me había olvidado.
- ¿Qué tal has dormido, morena? -Se colocó de lado e hice lo propio para quedarnos frente a frente.
- Increíblemente bien teniendo en cuenta que he dormido contigo.
Me taladró con la mirada.
- ¿Tú también vas a decir que me muevo mucho?
- Mmm... Sí... Pero no durmiendo.
Rió a carcajadas y me cogió la cara para besarme.
- Eres genial, Ana.
- ¿Sí?
- ¡¡Sí!! Claro. Sino no estaría aquí, contigo. Nunca había tenido algo así.
"Algo".
La pregunta que llevaba tiempo queriéndole hacer revoloteaba ahora incansablemente por mi cabeza y sabía que, quisiera o no, iba a terminar saliendo de mi boca.
- ¿Tenemos algo, entonces?
Frunció el ceño.
- ¿A qué te refieres?
- No sé... Has dicho "tener" y "algo" en la misma frase.
- Bueno... Tenemos... Esto. ¿No? Nos acostamos -asentí sonriente. Eso implicaba que tenía asumido que teníamos una especie de relación, aunque sólo fuera sexual-. ¿Qué pensabas?
- No sé... Nunca habíamos hablado de ello.
- No creía que hiciera falta, la verdad. Creo que te he demostrado que cuando estoy cerca de ti sólo quiero... Estar más cerca -reí y él también lo hizo. Provocar eso en Liam me hacía muy feliz-. Y tú también me lo has demostrado.
- No tengo ninguna forma de ocultarte eso, Payne.
Sonrió y acarició mis mejillas.
- No quiero que lo hagas.
Nos quedamos mirándonos un buen rato, como si no hiciera falta decir nada más. Después, como solía hacer, empezó a preguntarme por todos los detalles de mi vida.
Y más tarde decidimos desayunar, mientras Niall y Zayn veían la televisión.
Rosa se había marchado a la universidad temprano y Liam se ofreció a llevarme a casa a media mañana.
Esta vez, se despidió de mí con un beso en la comisura de los labios.
Y salí del coche con la sonrisa más grande que había tenido en mi vida.

[Punto de Vista Louis]
A eso de las seis de la tarde, Zayn se marchó de casa después de destrozarle en un campeonato de fútbol en la Play. Había quedado con Perrie y... Y yo había quedado con Judith. Harry llevaba todo el día encerrado en su cuarto, de vez en cuando le oía cantar, así que imaginé que estaría componiendo algo. Así era Harry.
Había quedado con ella a las siete, para cenar juntos y después dormir juntos. Todas las rayadas que tenía ayer en la cabeza habían desaparecido; pero quería saber más cosas del tal Alex.
A las seis y media vibró mi móvil y lo cogí.
"Chico guapo, salgo para tu casa. Me paso a por unas pizzas y así tenemos la cena preparada, ¿te parece? Echa a Harry de casa, te quiero para mi solito... ;) No, es broma, no le eches. Pero sí te quiero para mí... :)".
Sonreí como un idiota.
Puede que no se diera cuenta, pero nadie más conseguía hacerme sonreír de esa manera.

[Punto de Vista Judith]
- Hola, pequeña -Louis se inclinó hacia mí y me besó con tanta rapidez que casi no pudo ni abrir la puerta del todo.
Le miré anonadada.
- ¿Y si no era yo?
- Pues hubiera besado a otra chica y eso que me llevo.
Lo pegué en el pecho mientras reía y entré, pasando por su lado. Sentí cómo cerraba la puerta detrás de mí y al instante le tenía rodeándome con sus brazos.
- ¡Cuidado! Las pizzas.
- ¿Te abrazo así y tú te preocupas por las pizzas? -Me soltó y caminó hacia la cocina con teatralidad-. Olvídame.
Reí y fui tras él. Adoraba cuando estaba así de animado. Y el 99% de las veces estaba así, así que... La conclusión era evidente.
- Es nuestra cena, tenemos que cuidarla.
- Y yo soy... Tu chico guapo -bebió un trago de su Coca-Cola mientras elevaba las cejas y caminé hasta él.
- No sé si besarte o dejar que lo haga otra chica que llame a tu puerta...
Me abrazó y me besó en el cuello.
- Sabía que eras tú. Llamas diferente a los demás -me separé de él y le miré con una sonrisa, pero con ojos de "explícamelo"-. Siempre llamas al timbre tres veces muy seguidas, supongo que porque eres muy impaciente y no aguantas más sin verme. Ya me conozco como lo haces. ¿Cenamos ahora o esperamos?
- Mejor esperamos un poco. Y eso no es verdad.
- ¿Lo de que llamas tres veces, lo de que eres impaciente o lo de que no aguantas más sin verme?
- Mmmm... Lo último.
Me hizo cosquillas y después cogió mi mano y salimos de la cocina.
- Te conozco bien, señorita.
- No tanto como crees...
- Sí, no te empeñes en negarlo.
Nos sentamos en el sofá y cogió mi cara para besarme con dulzura. También adoraba que hiciera eso. Me besaba como si no quisiera soltarme nunca; y saber que Louis no quería soltarme era la mejor sensación del mundo.
Cuando se apartó de mí, mantuve los ojos cerrados.
- Una pequeña prueba para ver si me conoces también... ¿De qué color tengo los ojos?
- Marrones -dijo al instante-. Cuando te da el sol se aclaran -los abrí y estaba mirándome fijamente. Acarició mis mejillas-. Y cuando bebes te salen unos coloretes preciosos, justo aquí. Igual que cuando hace frío. Lo de frío es una historia aparte, porque además de los coloretes, tu nariz y tus manos están congeladas. Siempre dices que es por mala circulación pero yo creo que simplemente eres una friolera y que deberías volver a España -silencio-. Esto último no iba en serio, por supuesto.
Reí y me besó. Y yo a él, porque yo tampoco quería soltarle nunca.
Realmente me conocía muy bien... Valoraba cada detalle de una manera que me dejaba fascinada.
- A ver, listilla, de qué color tengo yo los ojos -me imitó sin abrirlos y se los acaricié.
- Negros -dije, burlona.
Me subí sobre él y se apoyó en el sofá. Me mordí los labios y volví a besarle de nuevo.
- ¿Quieres que siga demostrándote lo mucho que te conozco? Apuesto, por ejemplo, a que tu color favorito es el amarillo. Y nunca me lo has dicho pero sé que es así.
- Venga ya, por qué.
- Porque sí. Porque te pega el amarillo. Porque lo sé y punto -le miré fascinada de nuevo-. He acertado.
- Sí... ¿Te lo he confesado en sueños?
- No, simplemente te conozco -dijo con una expresión de "llevo razón y lo sabes". Me abalancé sobre él abrazándole y suspirando-. Pero sí hablas en sueños, que lo sepas.
No tenía palabras para él.

All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora