All their little things | Fan-fic de Louis Tomlinson y One Direction

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[Punto de Vista Niall]

Cuando me desperté esa mañana, por alguna razón, sabía lo que se me avecinaba. Lo pensé inmediatamente después de abrir los ojos y estuve seguro en el momento en que cogí el móvil. Tenía un mensaje de Harry.

“¿Qué vas a hacer hoy?”, decía simplemente.

No era extraño que Harry quisiera quedar conmigo, siempre lo habíamos hecho. Pero estaba convencido de que hoy no era una simple quedada entre colegas para tomar cerveza y hablar de cualquier cosa sin sentido. Era algo más.

Harry quería hablar conmigo. De Rosa. No hacía falta ser un genio para saber que se trataba de eso.

“Fútbol y cerveza en casa, ¿te apuntas?”, contesté fingiendo que no me esperaba nada.

A las tres y media se presentó en casa con una gran sonrisa en su cara y un paquete de cervezas. Liam se había ido con Sophia y Zayn con Perrie; los domingos eran días para pasar en parejas. Harry y yo nos habíamos transformado en pareja de hecho en ese sentido; la mayoría los pasábamos juntos. Muchos días también se nos unía Louis, pero hoy se había ido a casa de Judith para darle una sorpresa, según me había contado por teléfono.

- Ahí va la primera –dijo Hazza abriéndola.

No estaba nervioso, porque al lado de Harry nunca podría estarlo, pero no quería que esa conversación empezara y sabía que, tarde o temprano, lo haría. Harry no era tonto… Bueno, no era muy tonto. Siempre estaba muy empanado y parecía no enterarse de nada, pero acababa haciéndolo. Y a nadie se le escapaba la forma en que yo miraba a Rosa, así que él también tendría que verlo alguna vez.

- Oye, Niall, quiero hablar contigo de una cosa –dijo al cabo de media hora.

- Dime –di un sorbo a mi cerveza, cogiendo fuerzas.

- ¿Sientes algo por Rosa?

Fue más directo de lo que me esperaba, haciendo que estuviera a punto de atragantarme.

- Eh…

- Tío, quiero que seas sincero –me miró fijamente, con esa cara que te ponía Harry cuando quería hablarte de algo serio-. Tú y yo siempre nos lo hemos contado todo y no quiero que ahora sea diferente.

- Hazza, no sé lo que siento por ella –di otro trago a la cerveza-. Quiero decir, me gusta, pero…

- ¿Te gusta?

- Sí –afirmé.

- ¿Y por qué no me habías dicho nada? –Preguntó con calma, con su habitual calma.

- ¿Para qué? –Hice una mueca-. Rosa está muy bien contigo, es evidente. No quería estropear nada.

- ¿Pero te duele verme con ella?

- En parte.

- Entonces tendrías que habérmelo dicho.

Nos quedamos callados durante unos segundos, mirando a la televisión pero sin ver nada. Apenas podía creerme que estuviera teniendo esta conversación con Harry. Nunca, en tres años que llevábamos conociéndonos, nos había pasado algo así. Nunca, entre los cinco, había habido problemas con las chicas. Y de repente…

- ¿Tú que sientes por ella? –Le pregunté.

- Me cae bien –respondió indiferente.

- No me refiero a eso.

Suspiró.

- Siento que es como un imán para mí –se encogió de hombros-. La deseo constantemente.