Capítulo Cuatro

1.9K 141 135
                                    

Conociéndolo.

Narra 2D

La escena frente a nosotros se había tornado algo incomoda e intrigante. Noodle y Russel estaban fundidos en un abrazo interminable y el resto de nosotros solo observábamos expectantes de una explicación. Murdoc comenzó a desesperarse y se acercó a ellos con furia notoria.

—¡Por Satán! ¡Pueden decirnos que mierda está pasando aquí! —Exclamó Murdoc separándolos. Noodle parecía tener los ojos cristalizados con lagrimas a punto de salir.

—Es una larga historia, Mudz... —Contestó Russel aún sosteniendo a Noodle en uno de sus grandes brazos, como si la estuviera protegiendo.

—¡No me salgas con esa mierda, Russel! —Farfulló Murdoc.

—No hay problema, Russ... Diles. —Dijo Noodle con voz tranquila y una sonrisa en su fino rostro, Russel suspiró.

—De acuerdo, princesa... Yo solía ser el niñero de Noodle cuando ella tenía diez años, eso es todo. —Murdoc empezó a carcajearse, Russ lo veía con ojos de quererlo matar y Noodle solo observaba divertida la escena.

—¿¡Niñero!? ¿¡TÚ!? —Se burló Murdoc, Paula le siguió el juego y comenzó a reír también.

—Q-Qué pequeño es el mundo. —Dije con una sonrisita en mis labios.

—Dímelo a mí. —Contestó Noodle.

—En fin... Basta de tontos reencuentros cursis. Necesitamos practicar, escribir y componer. —Dijo Murdoc— una jodida banda no se hace famosa de la noche a la mañana.

—Quizá podríamos empezar mañana y celebrar hoy. —Dijo Noodle, todos en la habitación dirigieron sus ojos hacia ella.

—Mñe, está bien. —Gruñó Murdoc— Pero después practicaremos día y noche sin descanso alguno. Iré por las cervezas... —Vaya que convencer a Murdoc de una fiesta era sencillo.

—¡Yo iré contigo! —Paula saltó al instante en cuanto escuchó las palabras de Murdoc, este la miro indiferente.

—Joder. —Murmuró él— Vamos, antes de que me arrepienta.

Murdoc tomó las llaves y su billetera y salió sin esperar a Paula, quien desesperadamente tomó su chaqueta y salió detrás de él. El comportamiento de mi novia con Murdoc era extraño, pero siempre decidía dejarlo pasar, al fin y al cabo eran amigos y tenían una relación muy estrecha.

En la sala de estar solo quedamos Noodle, Russel y yo... Un silencio algo incomodo se formó en el ambiente.

—Bien... —Dijo Russ— creo que iré a preparar algunos bocadillos para la reunión.

—Te ayudaré... —Dijo Noodle parándose del sillón alegre.

—Muchas gracias pequeña, pero porqué mejor no te quedas aquí con Dents. Será bueno que se vayan conociendo... —Russel sonrió. Pude notar como la expresión alegre de Noodle se iba desvaneciendo a medida que volvía a sentarse, y esto solo provocaba que me pusiera más nervioso.

Russel desapareció por la cocina, dejándome nuevamente a solas con Noodle. Ninguno de los dos dijo nada, la situación ya era bastante incómoda como para decir si quiera una palabra. Quería hablar con ella, por alguna razón (aparte de la obvia atracción física) había algo en ella que me inspiraba confianza y mucha tranquilidad, pero al parecer ese sentimiento no era mutuo; Noodle se portaba distante y cortante, y aunque por momentos parecía desaparecer esa barrera que construía, al minuto aparecía de nuevo.

—Yo... ammm... iré por un cigarrillo. —Dijo Noodle levantándose del sofá, la mire cauteloso.— N-No sé porque te aviso... Lo siento.

DESIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora