Capítulo Treinta y Cinco

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Viaje Sorpresa.

Narra Noodle

—¡T-Tienes que llamarlo, Noods! —Insistía 2D mientras dejaba un rastro de dulces besos desde mi oreja, hasta mi cuello, claramente nublaba mi concentración, no quería que se fuera pero tenía que hacer esto lo más pronto posible. Ambos estábamos sentados en el borde de mi cama, la noche era joven aunque con cada minuto que pasaba mis nervios incrementaban.

—Ni siquiera creo que vaya a contestarme, Toochi,  —Dije con un dejo de desconfianza y tristeza, giré mi cuerpo hacia 2D, quien me dedicaba una mirada comprensiva.— el hombre ni siquiera me ha hablado en meses y antes siempre que lo hacía era a través de Daiki. —Le estaba mostrando a 2D-san un lado mío que solamente él y otra persona conocían, mi lado débil y vulnerable, mi lado inseguro... Y todo gracias a una persona.

—P-Puedes hacerlo, Noods. —Alentó él con una tierna sonrisa, yo estaba al borde de una crisis nerviosa. 

La banda estaba siendo de las mejores cosas que me pudieron pasar en años y vernos crecer era maravilloso, sin embargo sentía que al llamar a mi padre ese sueño se esfumaría y sería solo algo más que siempre quise y que por temor a mi seguridad mi papá me negaría.— P-Puedo marcar el número por ti si eso deseas... 

—N-No, 2D-san, gracias... pero creo que esto es algo que debo hacer por mi cuenta. —Respondí mirándolo a los ojos, deposité un beso en su mejilla.— ¿Podrías dejarme sola? 

—¿Segura? —Yo asentí y suspiré.

—Estaré bien, bajaré en unos minutos. —Toochi sonrió preocupado, jugó con sus dedos, creo que hasta él podía sentir mi nerviosismo; se puso de pie y caminó hacia la puerta hasta salir y cerrarla lentamente. 

Cerré mis ojos para no dejar salir mis lágrimas... No entendía porqué si tanto anhelaba escuchar su voz me daba tanto pánico el marcar su número telefónico, ¿a qué le tenía miedo? ¿a su rechazo? ¿o simplemente a que no me dejara cumplir mis sueños? 

Inspiré profundamente con la esperanza de deshacer ese apretado nudo en mi garganta, debía estar tranquila y relajada. Solté el aire de mis pulmones y marqué el número telefónico de mi padre, la verdad es que desconocía si seguía siendo el mismo que yo tenía para emergencias, él solía cambiar sus números con regularidad y la única persona que los conocía era Daiki. 

Esperanzada de que la típica voz monótona no me dijera algo como: "este número está suspendido", esperé hasta que entrara la llamada, solté más aire que no sabía que tenía en mis pulmones una vez que sonó el primer tono. 

—Si no contesta al sexto, cuelgo. —Me dije a mi misma, segura de que no sería víctima de un rechazo más. 

Pasó el segundo tono... el tercero, así hasta llegar al quinto y nada. Cerré con fuerza mis ojos justo cuando el sexto tono llegó al fin de su corta existencia, ¡al diablo con esto! Me despegué el teléfono de la oreja y estuve a punto de colgar.

¿Hola? —Mi voz  y mis acciones se paralizaron en el momento que la voz de mi padre resonó por la bocina.— ¿Quién es? Si esto es una broma sepan que...

—¿P-Papá...? S-Soy yo... Noodle. —Hubo un silencio del otro lado de la línea, un silencio que sentí durar eternidades, ¿y si él realmente no quería hablar conmigo?

P-Pequeña, hola... —Su voz sonaba temerosa, como si tuviera miedo, la verdad es que eso me tranquilizó un poco. 

—Hola, —Dije más tranquila.— ¿c-cómo has estado? 

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