Capítulo Treinta y Dos

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Reunion.

Narra Noodle 

El lunes se acercaba y no hubiera deseado un mejor momento para haberme enfermado como este, así no tendría que ir mañana y afrontar a Daiki y a sus preguntas, desgraciadamente las cosas no eran así; mis días de reposo habían terminado y la salmonelosis había salido por completo de mi cuerpo... Toochi ni siquiera se había contagiado como para yo "beber accidentalmente de su vaso" y contagiarme de nuevo. Había que afrontar las cosas.

Jamie y Damon habían venido de visita, más que para hablar de negocios, simplemente para convivir un rato; habíamos hecho de este día un domingo familiar, Chaz y Lynn estaban por llegar también.

—No quiero bajar... —Susurro Toochi-san en mi oído, hundiendo su nariz en mi cuello y depositando besos húmedos; la sensación me provocó escalofríos al instante y cerré mis ojos por instinto.

—N-No... Toochi, —2D ignoró mis palabras, tomó mi mentón delicadamente y me giró hasta quedar frente a su rostro y así sin más, me robó un beso, un beso con la combinación de ternura y lujuria en él.

Pronto puso su cuerpo sobre el mío, mis manos como ya era una costumbre se enredaron en los mechones azules que sobresalían por detrás y las manos de él viajando el recorrido de mi cintura hasta mis piernas. En la habitación de Toochi solo se escuchaban nuestras respiraciones desesperadas, desesperadas de estar juntos de nuevo. No sé qué había tenido Toochi en estos días pero había estado increíble a la hora de... 

—¡2D, Noodle! ¿¡Están ahí!? —Russel gritó desde el otro lado, menos mal que respetaba la privacidad pues la puerta no tenía pestillo. Ambos nos congelamos al escuchar su voz, nos separamos e intentamos arreglar nuestra ropa, sobre todo la mía, que estaba toda por ningún lado. 

—¡S-Sí! ¡Ya bajamos, Russ! —Grité intentando ocultar mi nerviosismo lo mejor posible, Russ abrió la puerta y Toochi y yo deprisa nos enderezamos como si fuéramos un par de niños pequeños que acababan de cometer una terrible travesura. 

—¿Qué están haciendo? —Siguió Russel-san con el rol de padre.— ¿No se estarán fumando un porro? ¿O sí?

—¿¡Qué!? —Preguntamos al unísono.

—¡No! —Exclamé yo. 

—Dents, no metas a mi niña en esos vicios... —Amenazó Russ.

—¡P-Pero tú también lo has hecho! —Se defendió 2D-san.— N-No le puedes prohibir algo que tu haces, eso es doble moral. —Sus palabras me hicieron abrir los ojos, ¿desde cuándo Toochi echaba así las cosas en cara? Además ni siquiera estábamos fumando nada. 

—No me hagas enojar, D.

—Tranquilos los dos; Russ, no estábamos haciendo nada de eso... Ya bajamos. —Russ me miró unos segundos y ablandó su expresión.

—De acuerdo, no tarden... —Finalizó y cerró la puerta. En cuanto se fue, dirigí mis ojos hacia 2D. 

—¿Estás bien? —Pregunté acercándome a él.— ¿Dede cuándo le echas así las cosas en cara a Russel-san? Y por algo que ni siquiera estábamos haciendo.


Narra 2D

¿Cómo le explicaba que mi actitud recaía en mi miedo de perderla? De que volviera a estar en los brazos de ese japonés insípido, como lo llamaba Murdoc. Me había dado cuenta de la dureza de mis palabras hacia Russ en cuanto salieron de mi boca y ahora me sentía avergonzado.

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