Capítulo Veintidos

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Un día con 2D.

Narrador Omnisciente

Paula estaba sentada a la orilla de la cama poniéndose su blusa roja de escote, lo acababa de hacer, aunque a estas alturas realmente ya no le importaba, sus sentimientos hacia Stuart habían disminuido, sin embargo aun quería tenerlo a sus pies. 

Murdoc, como después de cada encuentro sexual ya había encendido un cigarrillo y sin importarle en ponerse si quiera unos calzoncillos bajo por un par de cervezas. Estando ya de vuelta en la habitación se recostó en su cama, miró a Paula de reojo con desinterés notorio.

—¿Pretendes seguir con esto a pesar de haber terminado con el face-ache? Porque en ese caso, amor, voy a decirte que yo no me apunto para tener ninguna clase de relación contigo. —Paula algo molesta giró su cara hacia Murdoc.

—¡Stuart y yo no hemos terminado! Solo lo estoy haciendo extrañarme un poco. —Dijo con una sonrisa arrogante.— Y con respecto a que no estás para una relación... creo que podría hacerte cambiar de opinión... —El tono de Paula se hizo quedo y aterciopelado, movió su mano con delicadeza y seguridad hacia la zona íntima del bajista; Murdoc no hizo protesta.

—Solo eres una puta, Paula... pero debo decir... que eres buena en lo que haces. —Murdoc apagó el cigarro en la mesita de noche mientras besaba a Paula al mismo tiempo.— Por cierto, hoy no podrás deambular por la casa, Lynn vendrá por la tarde. —Dijo aventando a Paula hacia la cama y posicionándose sobre ella.

—No puedo creer que sigas saliendo con esa mocosa... ¿Qué le ves? —Dijo ella mientras Murdoc exploraba su cuello y volvía a deshacerse de la blusa escotada de la morena. 

—No es de tu incumbencia. —Respondió él con sequedad.

Y así empezaron su segunda ronda del día. Casi siempre era la misma rutina... Paula llegaba a Wobble Street a hurtadillas —sobre todo en las últimas semanas debido a su pelea con 2D—, se metía a la habitación de Murdoc y hacían lo que tenían qué hacer, en ocasiones más de una vez. Al terminar Paula se vestía, intentaba establecer un vínculo más allá de lo sexual con Murdoc pero siempre fracasaba y se iba molesta.

—Wow... —Expresó Paula sin aliento.— Definitivamente esta vez fue mejor que la primera. —Murdoc rodó los ojos y esta vez se colocó sus calzoncillos y su pantalón encima.

—Sí, sí... Ahora largo, zorra. 

—Aun queda tiempo antes de que esa niña salga del colegio, déjame...

—¡Que no, entiende! Largo de mi casa. —Paula frunció el ceño y no dijo nada más, solo se dedicó a recoger nuevamente sus prendas tiradas en el piso.— Y será mejor que te des prisa que Noodle y el idiota estás por irse... 

—¡Eres un ímbecil, Murdoc!

—Pero aun así vienes a que te coja. —Paula se quedó sin palabras, Murdoc estaba portándose más serio de lo normal.

Narra Noodle

Las vacaciones navideñas habían terminado más rápido de lo debido, ahora tenía que volver a la misma rutina. A la cual al parecer este semestre me costaría más trabajo volver, pues todavía no empezaba ni el primer día y ya iba tarde... 

Me puse mi uniforme a pesar de que estuviera todo arrugado y sin planchar, mi cabello era un desorden y ya no me quedaba tiempo de arreglarlo más que hacerme dos coletas rápidas; cepillé mis dientes deprisa, me eché la mochila a la espalda y salí corriendo de mi cuarto. 

Una voz femenina proveniente del cuarto de Murdoc captó mi atención, la curiosidad me llamó para acercarme un poco a la puerta a pesar de lo tarde que iba...

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