DESIRE

Capítulo Treinta

Maratón 3/3

Paseo en coche.

Narra Noodle

—Noodle, quiero que me llames por cualquier cosa que pase. —Decía Russel mientras caminaba hacia la puerta de mi habitación. Aun no se me quitaba la salmonelosis, debía estar en reposo otro par de días, pero eso no detendría que los chicos tuvieran una entrevista, sin embargo solo irían Murdoc y Russel-san.

—Estaremos bien, Russ. —Contestó 2D sentado en la silla que estaba al lado de mi cama, Russel le echó una mirada a 2D.

—Dents, —Suspiró.— Ya no diré nada... solo cuídense. 

—Solo será un día Russel-san, además ya estoy mejor. —Y era verdad, las nauseas casi desaparecían. 

—Ya vámonos a la mierda, Russel. Se nos hace tarde. —Entró Murdoc a la habitación.— ¡Tu face-ache! Así como le hagas algo a mi guitarrista te parto tu...

—¡Shhh! ¡Ya! Entendió el punto. —Regañé a Murdoc.— Tengan un buen viaje... 

—¡Lo haremos! ¡Diviértanse encerrados, perdedores! —Murdoc se despidió y cerró la puerta. 

Un día entero en casa, solos Toochi y yo, aunque por desgracia debíamos conformarnos con abrazarnos y besarnos la mejilla pues si Toochi tocaba mis labios lo más probable es que terminaría contagiado también. 2D se paró de la silla y se cambió hasta hacerse un lugar en la cama.

—¿Cómo te sientes, Noods? —Dijo sosteniéndome entre sus brazos, desde que me cuidó la otra noche habíamos estado más cariñosos y eso me gustaba, a pesar de no poder darnos uno que otro beso nos las arreglábamos para pasar un buen rato, después de todo esto no solo se trataba de contacto físico, ¿o sí?

—Toochi, de verdad que estoy bien, no te preocupes. —La puerta empezó a abrirse despacio, 2D y yo nos separamos al instante.

—Solo es Mike... —Soltó con alivió 2D-san al ver como el pequeño mono se acercaba a la cama y se trepaba.

—¡Mike! ¿Dónde habías estado, pequeño mono? —Reí y Mike se acomodó en mi regazo.— Estoy harta de estar acostada... —Dije dejándome caer sobre la almohada.— Hagamos algo, 2D-san.

—N-Noods, aun estás enferma, d-debes descansar. —Tartamudeó.

—Sí... pero puedo descansar en el auto... —Dije con picardía, 2D entrecerró los ojos intentando comprender mis palabras.

—N-No creo que te esté siguiendo el hilo, Noodsy... 

—Murdoc dejó el Stylo, ¿Y si salimos a dar una vuelta? —De pronto me sentía inquieta y llena de energía, la adrenalina de hacer lo prohibido ya inundaba mis venas y curaba el resto de la salmonelosis, porque sí, tomar el auto de Murdoc sin permiso contaba como hacer lo prohibido.

—Mejor hay que evitarnos los problemas, Noods, ¿para qué quieres al pepinillo molesto mañana? A-Además siempre está buscando algo con que hacerme la vida imposible, n-no quiero darle verdaderos motivos.

—Él no tendría porque enterarse, yo no diré nada... ¿tú dirás algo Mike? —Dije volteando hacia el mono.— No, él tampoco dirá nada... —Ambos reímos.— Escucha, Toochi, si no quieres está bien, no te obligaré.

—¿D-De verdad tienes tantas ganas de salir? —Asentí.— De acuerdo, quizá solo una pequeña vuelta bastará, podemos ir a un pequeño lago que está cerca de aquí, no tendrás ni siquiera que quitarle el pijama.