Capítulo Siete

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Largo camino a casa.

Narra Noodle

—Dios, Noodle... literalmente hace semanas que no sabía nada de ti. ¿Qué pasa con la amistad, huh? —Lynn replicaba mientras caminábamos por los pasillos de la escuela. Entre ensayos con los chicos, la escuela y a Daiki apenas y tenía tiempo, incluso había tenido que renunciar al negocio en la tienda de música, me había dolido dejarlo, pero sin duda el estar en una banda era importante para mí y no podía descuidar la escuela tampoco.

—Lo siento mucho, Lynn. —Me disculpé sonriente, a pesar de todo el estrés de los días pasados había estado teniendo una excelente época. La música y tener a personas nuevas en mi vida que se apasionaran de igual manera que yo era hermoso.— Quizá podrías venir a un ensayo conmigo alguno de estos días...

—¡Llevas diciendo eso por semanas y nunca me invitas! —Su irritabilidad no desaparecía, cosa que por alguna extraña razón me causaba gracia.

—Siempre te digo y no vas por vergüenza a hablar con Murdoc, pensé que el té gustaba... —Dije lanzándole una mirada burlona.

—B-Bueno... a-a él de seguro n-no le gustan las chicas c-como yo...

—A Murdoc le gustan toda clase de chicas. —Rodé los ojos recordando a todas las mujeres que había visto llegar a Wobble Street en tan solo un par de meses. —Vendrás conmigo al ensayo, hoy. —Sentencié finalmente, Lynn se hizo la indignada, aunque sabía que por dentro se moría de ganar por ir.

Llegamos al patio de la escuela para la hora del almuerzo, como siempre estaba tan abarrotado de estudiantes intentando buscar una mesa vacía, por suerte, Chaz y Daiki se nos habían adelantado y estaban ya en una pequeña mesa justo en medio del patio, caminamos hacia ellos y nos sentamos.

—¡Bijin! —Exclamó Daiki, dejando ver los finos hoyuelos de sus mejillas al sonreír enormemente, apartó la su mochila para dejarme sentar a su lado y plantó un beso en mis labios.

—¡Por favor, chicos! Me causarán nauseas. —Lynn murmuró molesta mientras sacaba su almuerzo, Daiki y yo reímos.

Hubo un pequeño momento de silencio, Lynn comía, Chaz como siempre parecía estar en otro mundo con esos enormes Beats rodeando sus orejas, Daiki configuraba algo en su cámara y yo solo repasaba la letra de una canción. Últimamente había estado muy inspirada, quizás por el buen humor que me cargaba desde hace tiempo. Con los chicos ya teníamos una gran cantidad de canciones, incluso ya estábamos considerado grabar un CD, pero nos hacía falta presupuesto... el sonido de un flashaso me distrajo, Daiki me había tomado una foto, siempre lo hacía... pero últimamente me sacaba fotografías a todas horas, a veces era molesto.

—Daiki... —Lo reprimí suavemente.

—Lo siento, Bijin... sabes que eres mi musa en esto, es inevitable. —Respondió con una sonrisa. Demonios, ¿Cómo se supone que debía molestarme cuando decía cosas así?

—Hey, Noods... —Dijo Chaz saliendo de su mundo por unos minutos— ¿Por qué nunca nos has invitado a uno de tus ensayos?

—Si, Noodle... ¿Por qué? —Cuestionó Lynn, rodeé los ojos y lancé una mirada desafiante. De pronto me había convertido en el centro de atención de la mesa.

—Podemos ir hoy si desean, justo de eso veníamos hablando con Lynn camino hacia acá...

—¿De verdad? —Preguntó Chaz emocionado.

—¡Por supuesto! —Dije justo cuando sonó el timbre para volver a clases, guardé mi cuaderno de canciones y me puse de pie.— los veré a la salida...

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