Capítulo Veintinueve

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Maratón 2/3

Enferma.

Narra 2D

Habían pasado dos días enteros en los que Noodle y yo no hablábamos, ya no sabía si era enojo o pura vergüenza de arreglar las cosas por parte de ambos. Ahora me encontraba alistándome para el trabajo, iba tarde pues me había acostumbrado a tenerla a mi lado para despertarme. 

Vi la hora, ella debía estar ya lista para la escuela, quizá podía aprovechar para acompañarla hasta allá, pero al pasar al lado de su habitación noté la puerta cerrada —quizá ya está abajo—, pensé, pero no... solo estaba Russ.

—Oye, ¿y Noods? —Pregunté sin querer demostrar mucho interés. 

—¿No ha despertado? —Miró el reloj.— Diablos, llegará tarde... odia llegar tarde. —Russ dejó una pequeña bolsa de papel de almuerzo sobre la mesa y subió deprisa las escaleras, yo fui tras de él. Se paró justo al frente de la puerta de Noods y tocó con calma.— ¿Princesa? ¡Llegarás tarde!

—Ya voy. —La voz al otro lado de la puerta no parecía la suya, bueno sí, pero una versión más melancólica y triste, comencé a entrar en pánico. 

—¿Estás bien, Noods? —Russ pegó su oreja a la puerta con tal de obtener un mejor sonido, también se notaba preocupado. Justo en ese momento Noods abrió la puerta.

—Estoy bien. —Mencionó debilmente. Russel y yo abrimos los ojos con espanto y nos echamos una mirada rápida el uno al otro. ¡Lucía terrible!

Y no lo decía por ser grosero, de verdad tenía un aspecto terrible: su cabello se veía opaco, su piel pálida y grisácea, los ojos achicados y cansados, además se movía con una pesadez enorme y sin mencionar cómo traía puesto el uniforme.

—¿E-Estás seguro que te sientes bien? —Me atreví a preguntar, sin duda la preocupación ahora no era un juego. Noodle asintió, pero algo me decía que solo intentaba hacerse la fuerte, cómo de costumbre.

—Princesa, no te ves nada bien. —Insistió Russel acercándose a ella y tocando su frente.— ¡Estás caliente! 

—Russel-san... de verdad estoy bien. —Noods intentó dar un paso adelante y se tambaleó, Russel y yo pensamos que iba a caerse en cualquier momento, ella se sostuvo de la pared con una mano mientras que con la otra sostenía su espalda.

—Noodle, admítelo, no estás bien. —Esta vez dijo severo Russel.— No irás a la escuela. —Noodle intentó recobrar la postura y se enderezó, cerró sus ojos tomó aire y...

—¡Buenas, idiotas! —Dijo Murdoc saliendo de su habitación.

—¡Cuidado! —Gritamos Russ y yo al mismo tiempo, pero era demasiado tarde... Noods había vomitado sobre sus zapatos. Cerré mis ojos, no quería ver... 

—¿¡Pero qué mierda!? —Gritó él.

—Y eso solo confirma que efectivamente no estás bien. —Noods cayó agotada de rodillas al suelo, Russel la cargó entre brazos y la llevó de vuelta a su habitación.— ¡Dents, llama al doctor! 

—¡Alguien explíqueme que putas está pasando! —Siguió gritando Murdoc.

—S-Solo cállate y ayuda. —Musité enojado, Murdoc me miró inhalando y exhalando con mucha furia, parecía un toro enojado. 

Corriendo fui a buscar el teléfono, busqué en el directorio el número de algún doctor y marqué, su asistente contestó y le dije que era una emergencia, según ella el doctor estaría aquí en quince minutos. De nuevo fui corriendo hasta donde Noodle.

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