Capítulo Treinta y Siete

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La canción de 2D.

Narra 2D

Al siguiente día cuando volvimos de casa de mis padres Murdoc y Russ estaban desayunando en la cocina, apenas entramos y el aroma a café recién hecho inundó nuestros sentidos, junto con las miradas acusadoras de ambos.

—Hola... —Saludó Noodle con un poco de vergüenza en su tono, Russel respondió al saludo con una sonrisa, mientras que Murdoc no me quitaba los ojos de encima por sobre el periódico que estaba leyendo.

—Recuerdo que habías pedido mi auto por un par de horas, face-ache, no por todo un puto día. —Murdoc estaba sorpresivamente tranquilo a pesar de las circunstancias y de nuestra desaparición. 

—No deberían irse así, D. Sin avisar... Sabes que no es muy seguro que te lleves a Noodle...

—¿De qué hablas, Russ? Ya soy mayor y si mal no recuerdo, 2D-san es un adulto. —Contestó algo molesta Noodle mientras tomaba un panqué de la mesa. 

—Exacto. —Russel se veía preocupado.

—Yo solo quiero saber por qué mierda se llevaron mi auto. Existen trenes, ¿sabían? Nada más un rasguño en ese Stylo y les juro por Satán que no dormirán en una semana. —Agregó Murdoc, el miedo me invadió, pues si de algo era consciente es que Murdoc cumplía sus amenazas. Noodle solo se encogió de hombros.

—Valió la pena. —Respondió ella mirándome a los ojos con una sonrisa que tenía un trasfondo enorme, sentí ruborizarme y sonreí tontamente. 

Los ojos de Russel y Murdoc seguían sobre nosotros, observando nuestras acciones y movimientos, como si literalmente nos hubiéramos largado a vender y comprar droga en algún punto muerto de Londres. La situación no era para tanto. 

Aun así, yo no podía despegar mis ojos de los de ella, este pequeño viaje no había hecho más que agrandar mis sentimientos hacia ella. Me preguntaba si ella sentiría lo mismo.

—Iré a ducharme. —Dijo Noods cortando nuestra conexión de pronto, sus mejillas estaban igual de rojas.— Este uniforme está empezando a ser incómodo. —Se paró de prisa y reacomodó la silla en su lugar para salir con pasos presurosos hasta su habitación. 

La seguí con la mirada y en ese instante las letras llegaron a mi mente, si no las anotaba pronto la idea se iría. Reaccioné y salí disparado igual.

—¿A dónde mierda crees que vas, cara de simio? —Preguntó Murdoc. 

—Yo... eh... no sé. —Y salí corriendo. 


Narra Russel

—¿Cuánto tiempo crees que pase para que esos dos nos cuenten que están juntos? —Dije tomando un segundo panqué.

—Meh, son tan estúpidos que deben seguir creyendo que nadie ha notado como van a besuquearse a hurtadillas. Dejémoslos en su burbuja otro rato. Eso sí, no sé cómo pretenden ser discretos si los ruidos que hace Noodle no lo son exactamente.

—¡Ugh! ¡Viejo, eso no me interesa! —Hice una mueca y sacudí mi cabeza intentando sacar aquella imagen de mi mente. 

—Acepta los hechos, gordo. Además por mi experiencia puedo decirte que no son exactamente una pareja... Los bobos quieren, pero simplemente son idiotas. 

—¿Quieres decir que no son novios? 

—Nah, por ahora solo andan jugándole al sexo sin compromiso.

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