Celos.
Narra Paula
Había despertado hace horas pero me aterrorizaba moverme hacia cualquier dirección, no quería despertar a Stu, aunque mis extremidades ya estaban completamente entumidas, los segundos cada vez se hacían más lentos.
Quería ir a ver a Murdoc, era el momento perfecto, era temprano y lo más seguro es que todos seguían dormidos —en especial Stuart—. Las cosas con Murdoc se habían intensificado, era como un vicio... Había tratado de dejarlo por Stu, pero Murdoc, Dios, Murdoc sabe conseguir lo que quiere y conservarlo... Stuart era muy meloso, muy cariñoso. No que no me gustara pero no era lo que yo quería.
Y anoche había sido sensacional, cuando Stu bebe y se toma sus pastillas de verdad se convierte en otro, hasta que pasa el efecto y le da el bajón... Era entonces cuando yo volvía a Murdoc, cosa que gracias a la desesperación de no poder moverme del costado de mi novio me llevo a ir hasta su habitación.
Me escabullí de las sábanas con todo el sigilo posible, aunque Stuart tomara un montón de pastillas en ocasiones seguía teniendo el sueño ligero. Traía puesta una de sus camisetas, busqué la de T Virus anoche, es de mis favoritas pero no la encontré.
Con los pies descalzos atravesé milagrosamente el cuarto de Stu —y digo milagrosamente porque por obra del Señor no me tropecé con nada, había un verdadero desastre—, bajé las escaleras y antes de llegar al piso de Murdoc vi a Noodle y a su amiga parlanchina, me senté en las escaleras y saqué un cigarro para disfrutar del espectáculo; la mocosa iba saliendo del cuarto de Murdoc con una sonrisa enorme y corrió a abrazar a Noodle.
Noodle le correspondió sin entender y... espera... Noodle estaba usando la playera de Stu, sentí mi corazón palpitar con fuerza del enojo, me puse de pie y bajé las escaleras con pasos firmes, demostrando presencia.
—Paula... no sabía que habías pasado la noche aquí. —Dijo la japonesa, odiaba esa fachada suya de querer hacerse la inocente.
—Oh, disculpa, no sabía que tenía que pedirte permiso. —Dije sacudiendo las cenizas de mi cigarrillo.
—No me refería a eso. —Respondió Noodle.— Esta casa es más tuya que mía. —Al menos se había dado cuenta de lo obvio. Sonreí.
—No te preocupes, nena... Sabes es muy bueno lo que hizo Stu por ti, dejar que te quedes... Siempre ha tenido un gran corazón.
—Lo sé. —Dijo ella con una sonrisa.
—Linda camiseta. —Dije con un tono tan serio que pude notar como a su amiga se le erizaba la piel, torcí una sonrisa y tiré la colilla del cigarrillo al piso.
—Fue un regalo de cumpleaños. —Dijo sonriente.
—De Stuart supongo... y aparte ese collar... —Noodle tomó el dije entre sus dedos y lo miró.— Lindo. —Sonreí sin ganas, después suspiré.— Iré a preparar café, ¿gustan? —La amiga de Noodle no dijo nada, solo negó con la cabeza, me causaba gracia su miedo.
—No, muchas gracias, Paula. —Musitó Noodle aun con esa molesta sonrisita suya.
—Bien, —Dije de golpe.— linda charla, deberíamos repetirlo...
—Sí... luego será... —Respondió Noodle, le devolví la sonrisa, hice como si bajara las escaleras y cuando ambas se metieron a la habitación subí de nuevo y entré al cuarto de Murdoc. Estaba acostado, con su pecho descubierto y un cigarrillo ya en manos.
—Parece que hubo pijamada aquí. —La molestia en mi voz era evidente, Murdoc soltó una risa y apagó el cigarro en su mesita de noche.
—¿Estás celosa? —Se burló.— Te recuerdo que tu estás cuerneando al face-ache...
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DESIRE
FanfictionNoodle conoce a 2D tras un encuentro poco común en una fiesta, la conexión y extrema atracción que sienten el uno por el otro es instantánea y bastante fuerte. Sin embargo tendrán que lidiar contra sus deseos, ¿pero podrán? Los personajes originale...