Capítulo Diez

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La pesadilla y la tormenta.

Narra 2D

—¿E-Estás segura que estarás bien? —Le pregunté a Noodle quien sostenía la puerta principal de su apartamento, era casi media noche y no quería dejarla sola.

—Segura, Toochi... Gracias por todo. —Sus mejillas relucían un rojo brillante pero su rostro permanecía pálido, se veía mejor, eso sin duda.

—D-De acuerdo, ll-llama en cualquier caso de que necesites algo...

—Solo avisame cuando estés en casa. —Sonrió tímida y beso mi mejilla, me quedé un par de segundos embobado y sentí la sangre subir a mis mejillas con apuro.

Noods entró a su apartamento y cerró la puerta; en estas ultimas tres horas había pasado mucho, tantas cosas que me costaba un poco de trabajo procesarlo. Primero el terrible pasado que perseguía a Noods, si yo pensaba que tuve un pasado conflictivo gracias a Murdoc había estado completamente errado.

Al llegar a casa colgué mi chaqueta en el perchero, escuché algo de desorden proveniente de la sala y subí las escaleras para mirar... Eran Murdoc y Paula quienes habían tirado un par de botellas de cerveza, Paula tenía toda la blusa empapada por lo que se transparentaba un poco de su brassier.

—¿Dónde mierda te habías metido, face-ache? —Regañó Murdoc.— Paula estuvo molestando por horas que quería verte, tuve que invitarle unas cervezas para que pudiera callarse...

—Fui a... —Iba a decir que había ido a ver cómo estaba Noodle, pero no me pareció correcto decírselo a Paula, temía que se pusiera celosa.— Fui a dar un paseo...

—¿Solo y de noche? Stu, tu no sueles hacer eso. —Se le veía nerviosa, pero quizá solo era el efecto del alcohol, me acerqué a ella y le di un piquito.— Pudiste haberme esperado para ir juntos.

—Quería ir estar solo un rato... —Reí nervioso, Paula me analizó con la mirada.

—Cómo sea, me aburren... A la próxima no me dejes solo con tu estúpida novia, face-ache. —Dijo Murdoc y tomó un six pack de cerveza que se encontraba en el piso y lo único que hizo fue salir de la sala.

—Buenas noches, Murdoc. —Dijo mi novia.

Ambos nos quedamos en silencio, uno incómodo a decir verdad... Un par de cervezas quedaron en la estancia y agarré una para después sentarme en el sofá con tranquilidad; Paula imitó mis acciones y se acurrucó a mi lado, la incomodidad aumentó.

—Has estado pasando mucho tiempo con Murdoc, ¿no crees? —Dije una vez que di un trago a mi cerveza, me pareció bien acompañarla con un cigarrillo así que saqué uno y lo encendí tras una calada.

—Stu... ¿Estás celoso? —Preguntó juguetona acariciando mi pecho con suavidad, sin embargo sus acciones no provocaron ningún efecto en mi tal como siempre lo hacían.

—N-No... No fue mi intención sonar posesivo o-o celoso. Es solo que Murdoc suele ser muy duro con todos.

—Puedo manejarlo... Solo hay que saber como acercase a él. —Me respondió con una sonrisa pícara y dio un sorbo a su cerveza.

—Es lindo que se lleven tan bien —Sonreí.— Él es muy talentoso, quizá algún día quiera enseñarte todo lo que sabe...

—Sí, se ve que es buen maestro. —Ella rió.

—Por cierto, ¿cómo van tus clases con Noodle?

—Oh... No volví a llamarla, pienso que tienes razón y es mejor que aprenda de alguien con más experiencia como Murdoc. —Asentí, realmente no me importaba mucho, Murdoc sabía muchas cosas acerca de música al igual que Noodle y en mi opinión ambos debían ser buenos maestros, aunque Noodle era más paciente.

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