Lactancia Materna

PREFACIO

Lactancia materna, ¿quién no conoce todos sus beneficios? Las personas siempre elogian a las mujeres valientes que se atreven a dar de lactar a sus hijos, pero yo no tuve ese privilegio hasta el día que lo conocí. A mí me arrancaron sin escrúpulos lo que había en mi vientre prematuro, me negaron el derecho de ser madre y me impusieron la estricta norma de amamantar a un demonio que no es mío. Existe sólo un amor en la vida que es como una enfermedad silenciosa, esa clase de amor que entra sin hacer ruido, se cuela por tus poros como el frío, gentilmente se apodera de ti, se mueve en tus venas buscando el ritmo cardíaco, buscando la fuente de tu existencia misma, y cuando llega a encontrar el corazón lo ataca muy despacio, tan lento que se apodera de todos tus latidos. Cuando menos lo piensas te duele hasta respirar lejos de su presencia, cuando logras reaccionar te das con la sorpresa que ese amor se apoderó de cada exhalación, de cada suspiro que sueltas al viento. Mi demonio amante estaba vestido de traje elegante, avanzaba sus pasos con esa sonrisa siniestra plasmada en su perfecto rostro.

Estaba a punto de desmayarme...

Mi demonio amante, lo amaba demasiado.

Mi demonio amante, lo odiaba profundamente...

Me habían advertido hasta el cansancio sobre aquel demonio que yo me negaba a ver cegada por el infinito amor que se empeñó a generar dentro de mí solo para él, al fin había dejado de gritar porque le permití que bebiera a su placer la tibia leche que salía de mis senos lastimados. Los rayos de la luna silenciosa se filtraban dentro de mi enorme cama cubierta de seda importada, aquellos hermosos ojos azules de mi ángel se fijaron en los míos, enrojecidos a causa de todas las horas que se mantuvo despierto. Una de sus manos presionaba suavemente mi seno de donde se estaba alimentando y la otra mano enroscaba tiernamente un mechón de mi cabello castaño. El típico ronroneo que hace un bebé a la hora de lactar interrumpió mi suave arrullo y le sonreí mientras acariciaba su rubia cabellera. Era tan bello que no podía creer los rumores que había escuchado sobre él, aunque haya visto con sus propios todas sus malvadas travesuras mi corazón se negaba a pensar que ese precioso ser fuera el anticristo que todos en el pueblo temían. El intenso frío no me impedía tararear una dulce canción en ruso que aprendí a punta de azotes, mis ojos sabían que lo que estaba viendo era un error de ello, eso no podía ser verdad.

"Duerme, amor mío, prenda mía... ¡Arrurú, arrurú!".

La lactancia es el cordón umbilical que te mantiene unido con tu madre, es el amor y la sangre que corre por las venas, ¿pero qué sucede cuando ya sobrepasó la etapa de amamantar?

La leche materna provee la seguridad emocional necesaria para el inicio de vida que necesita todo ser humano, ¿pero qué sucede cuando se vuelve indispensable para la salud mental de un alma atormentada?

Miraba su perfecto rostro con absoluta adoración y todos mis anhelos de libertad grabados en mi corazón, no permití que mis temores por los grilletes de sujetaban mis muñecas me separen de él. El precioso demonio me mordió un pezón y apreté los labios para reprimir un gemido de dolor, no tenía permitido pronunciar queja alguna, eso significaría un día entero de castigos extendidos y no, no, de tan solo pensarlo todo mi debilitado cuerpo se estremecía. Cada mordida que me daba era un suplicio y ahogaba mis alaridos cada vez que su blanca dentadura se marcaba sobre mi piel.

¿Por qué me sucedía eso? ¿Alguien podría explicarme?

No había cometido ningún mal al mundo entonces, ¿por qué tenía que soportar ser tratada como una vaca lechera?

Puede que la lactancia no sea la mejor opción para la madre pero es la mejor opción para ellos. ¿Entonces por qué suspenden el pecho a tan temprana edad?

Si el pecho es el cordón umbilical que nunca fue cortado, ¿qué pasa con los huérfanos?

Si la lactancia es la fuente de vida, ¿entonces suspender la leche materna significa la muerte?

Recordé mi anterior hogar, donde día tras día las madres que daban de lactar a sus pequeños eran juzgadas y señaladas cuando alimentaban a sus hijos en público, pero yo estaba viviendo una distinta realidad lejos de casa, un mundo de reglas y demandas donde debía dar de lactar a un demonio que no me pertenecía y era tratada como una simple vaca para la ordeña, él siempre tenía lo que quería, siempre se salía con la suya, siempre me manipulaba a su antojo, y todo eso con tal de obtener..."Lo mejor de mí en el mejor de los envases".

Cuando eres esclavo te arrebatan la humanidad de una manera tan veloz que tardas en darte cuenta que cada respiración es una batalla ganada, cada sorbo de agua es un verdadero milagro, cada alimento que puedes llevarte a la boca es una bendición. Me embaracé del hombre incorrecto, y lo estaba pagando con creces. Había perdido todo lo bueno de mi vida en un instante. Malcom fue el mal que ensució mi vida, y su hermano fue el apuesto conserje dispuesto a limpiarla, y yo no lo supe valorar como merecía, ni siquiera tenía derecho de reclamarle el haberse casado con otra.

¿Qué es el amor?

¿Alguna vez te lo has preguntado?

¿Por qué lastima de esa profunda manera?

El amor te puede encontrar donde menos te lo esperas, detrás de una cara grotesca, detrás de un cuerpo intimidante, debajo de muchos kilos de musculatura excesiva, debajo de un traje elegante, escondido entre palabras de apoyo incondicional, disfrazado como una amistad particular, el amor me sorprendió en una persona que creí era mi mejor amigo, pero resultó siendo una divinidad absoluta.

Te odio tanto, te amo tanto, mi demonio amante...

¿Estás listo para conocer mi historia?