Me costaba asimilar la imagen que reflejaba el espejo, no quedaba rastro de la torpe chica americana que había llegado a Rusia en busca de su padre fugitivo, y un fuerte latido me devolvió el aliento. Doce asistentes en total se encargaron de prepararme para mi ceremonia nupcial, tenía una mujer en cada mano pintando mis uñas, dos maquilladoras, un artista francés para el cabello, un joyero personal, Delia Manzur asegurándose que pronunciara correctamente el idioma ruso, y entendiera el ritual hindú al mismo tiempo, Dasha controlando las travesuras de Ray, y el resto de modistas acomodando la enorme cola de la falda de mi vestido de novia. Esa era mi nueva vida de casada, y no dejaría entrar a cualquiera al mundo de lujo que tanto me costó conseguir. No fue complicado elegir al soberbio alcalde Mulroy para casarme, quizás mi mente lo era, prefería ser la esposa de un hombre consentidor en lugar de una simple servidora sexual disfrazada de sirvienta. Todo el misterio sobre el viaje de Misha me hizo cuestionar si estaba haciendo las cosas mal o bien, las conversaciones que mantuve con Alec me hicieron pensar en una existencia de algo más grande que una simple batalla amorosa familiar. ¿Qué más ocultaba?
—¡La novia del honorable alcalde Mulroy está lista! —Anunció el maquillador lanzando la pomposa brocha por los aires, y todos los empleados aplaudieron exclamando sus buenos deseos para mí matrimonio—. ¡Larga vida a madame Mari!
—¡Estoy irreconocible...! ¡Dios mío...! Gracias, camaradas. Muchas gracias... Dasha… Sirve aperitivos para todos por favor, asegúrate que todos los sectores de empleados coman y beban en exceso este día —mi sonrisa no podía ser más amplia, estaba feliz con mi aspecto, era justo lo que siempre había soñado para mi boda, ellos me habían convertido en una novia perfecta.
—Como usted ordene, madame Mari...—apenas logré escuchar la voz de la pelirroja entre el bullicio que se formó.
—¿Madame...? Su pedido...—Edevane me entregó mis aros nupciales, era un anciano joyero que contrató a Alec especialmente para mí, absorta no podía dejar de admirar lo bella que me veía con el velo de novia puesto.
—¿Son los aros de su enlace? —Consultó Manzur, le ordené abrir la caja para verificar la entrega, fue el primer gasto oficial que hice con el dinero de mi esposo, dinero bañado de sangre inocente—. ¿Tere sadjaa...?
—"Tere sadjaa..." —Repetí el grabado que ordené colocar en el anillo de mi rubio amigo—. Por siempre y para siempre lo voy a adorar.
—¡Fuera todo el mundo! La marcha nupcial está a punto de sonar... ¿Madame Mari...? —Nafar llegó para apresurar mi salida del vestidor, los asistentes salieron de prisa para alcanzar asientos en la ceremonia—. Llegó la hora, niña. Debe cumplir con su labor como nodriza y esposa del príncipe Ali.
—Puede dejar de hacerse el tonto, Nafar... Sabes perfectamente que soy más que una simple esposa para Alec —sujeté mi pomposa falda de tul brillante sin dejar de mirarme al espejo, me veía espectacular, tenía muchas ganas de llorar por tanta felicidad.
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Lactancia Materna
Fiksi Umum¿Alguna vez has pensado que un embarazo cambiaría tu vida? El destino de Marina Hardy cambia radicalmente cuando se vuelve nodriza del único hijo de Alec Mulroy, un viudo alcalde ruso aparentemente normal que esconde mucho más que corrupción. Ella s...