¿Alguna vez has pensado que un embarazo cambiaría tu vida?
El destino de Marina Hardy cambia radicalmente cuando se vuelve nodriza del único hijo de Alec Mulroy, un viudo alcalde ruso aparentemente normal que esconde mucho más que corrupción. Ella s...
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Llamando a mi esposo con todas mis fuerzas escuché un estruendo ensordecedor que se formó en la cubierta, mi corazón se detuvo por la impresión de ver a ese cretino sujeto frente a mí otra vez, era Claver, el tipo de las malditas bebidas. De dos golpes sometió a Malcom fácilmente, y yo estaba a punto de desmayarme por el miedo, sacó un pañuelo de su bolsillo y lo colocó en la nariz de su jefe. En un segundo mi tormenta oscura perdió la conciencia y el criminal aprovechó para atarlo con unas cuerdas, con las escasas fuerzas que me quedaban intenté escapar de mis ataduras pero fue demasiado tarde, tenía al asqueroso y estrafalario tipo frente a mí.
—¡Aléjate de mí, malnacido!
—Hola, niña perdida... Cuánto tiempo sin vernos, ¿eh...? —Se burló el criminal sacando una navaja de otro bolsillo, cortó las sogas que me mantenían prisionera, y luego me ofreció agua embotellada—. ¿Quieres agua, respetable cuñada?
—¿Agua? ¡AGUA! ¡De ti no recibo ni las gracias, maldito! ¡Púdrete en el infierno, cretino! —Lancé una patada en sus testículos para subir corriendo la escalera escuchando sus gritos detrás de mí.
—¡No huyas, Marina! ¡Mi señora...! Por favor no corra, usted está delicada, ¡señora Mulroy...! —Su insistencia me alertó demasiado, me detuve cuando llegué a la cubierta y me di cuenta que estábamos en medio del mar.
—¡Maldita sea...!
¿Mi señora...? ¿Desde cuando era la cuñada de ese tipo estrafalario...?
—¡Alabada señora Mulroy! Usted quedó muy frágil de salud... Por favor no se esfuerce, su hijo podría morir, y él me cortará en trozos...—el criminal llegó a mi encuentro y por instinto retrocedí lentamente para alejarme de su presencia.
—¡Ojalá que te mueras, maldito infeliz...! ¡Aléjate de mí...! Yo... Yo no tengo la culpa de que ataques a tu propio jefe... Ojalá que Angus te mate lentamente por lastimar a su hijo...—continuaba retrocediendo por el pánico de volver a ser secuestrada por ese sujeto—. No otra vez... ¡No más...! No lo soportaría, no me volverás a vender como esclava...
—¿Venderla...? ¿El jefe no le dijo nada? Oh mierda... ¿Entonces tú...? ¿Sigues pensando que yo...? ¡Mierda! Escúchame, niña americana... Yo no trabajo para Angus, no temas.
—¡No te acerques! ¡Yo no volveré a ser vendida a otra mafia...!
—¡Mira los barcos municipales! ¡El alcalde Mulroy está cerca! Por favor no huyas.
Giré de golpe a ver el mar y fue cuando me di cuenta que estaba al borde del barco, me tropecé y estaba a punto de caer pero el maldito sujeto saltó como un guerrero samurái y llegó veloz para sujetarme, estaba perdida. Forcejeando con Claver sin obtener resultados favorables el desgraciado me arrastró lejos del borde, y fue cuando aproveché para morder su mano y escapar.
—¡AH! ¡Maldita niña!
Una bofetada suya impactó en mi mejilla y me obligó a caer, entonces algo sonó sobre la crujiente madera, aturdida por el golpe me fijé y ahí estaba, era enorme y estaba arriba del barco. Alec había llegado a rescatarme, finalmente estaba a salvo, su expresión era de furia extrema, caminó a grandes zancadas hasta llegar junto al sujeto para lanzarle un puñetazo en la cara.