Síndrome de Estocolmo

Capítulo 54

Drew

La playa es un lugar de tantos recuerdos.

Si alguien me preguntase que pienso a cerca de la playa diría que es un ridículo lugar donde hay arena apestosa, rocas rompe culos, y un sol asfixiante.

Pero la verdad es que mi madre adoraba la playa y esa es suficiente razón para que a mi me guste en cierta parte.

En mi ciudad natal vivíamos cerca de una pequeña playa, era muy pequeña, no tenia muchas ventas, y no era circulado por mucha gente.

Y eso era lo que mas le encantaba a mi madre.

- Vas muy callado Drew.  - Salí de mis pensamientos para ver como todos ponían su atención en mi.

- Por la puta ¿Por qué siempre están pendientes de todo lo que hago?

- Calmate. Solo quería picarte un poco ¿Si? - Mas que arrepentido Scootter parecía preocupado por lo que pudiera hacerle.

Íbamos en el auto hacia la playa,  Kora como piloto, Scootter a su lado, y en los asientos de atrás íbamos Keyla y yo. Harry intento meterse con nosotros en el auto pero lo mande a la mierda.

- Estas un poco tenso Justin... ¿Estas bien? - Keyla apretó mi mano suavemente pareciendo ligeramente preocupada.

- Si, si, estoy bien. - Aparte mi vista hacia la ventanilla.

******

El viento soplaba dulcemente en la tarde, refrescaba el ambiente quitando todo rastro de calor. El sol empezaba a ocultarse por el horizonte dejándole paso a la oscura noche no sin antes dar su espléndida demostración de colores.

El pequeño niño corría sobre la arena a toda la velocidad que sus pies le permitían, su pecho se movía de arriba abajo junto a los latidos de su desenfrenado corazón; mas de una vez se deslizo por la falta de calzado pero pudo mantenerse en pie hasta llegar a la pequeña cabaña.

Entro en esta siendo azotado por el calor que se reprimia en cada rincón del lugar, inspecciono la habitación en busca de su madre pero la dulce melodía de una canción le dio una pista de donde se encontraba.

- ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Esta pasando! ¡Tienes que venir afuera! Rápido ¡Rápido! - Al principio la mujer se vio asustada ante los gritos de su pequeño hijo pero solo fue suficiente un asomo por la ventana para entender la situación.