Capitulo 56

150 14 4
                                    

Drew

- ¡Justin! - Gire a verla. - ¡Ten cuidado!

¿Le esta deseando cuidado a unos de los mayores delincuentes de todo el mundo...?

¿¡Saben lo jodidamente tierno que es eso!?

- ¡Andando perros! - Al estar todos adentro de la camioneta arrancamos hacia el norte de la ciudad a salvar a una chica que ni conozco.

Estaba pensando en la estrategia que podríamos utilizar pero un malhumorado Dominik llamo mi atención.

- ¿A ti que diablos te sucede?

- Esto es una mala idea Drew. - Negó Dominik con la cabeza. - Bien, puede ser nuestras raíces pero ambos sabemos que las cosas han cambiado aquí.

- Todos siguen teniéndole el respeto de siempre al apellido Bieber. - Defendió Kora.

- Pero aun así esta mal. ¿Desde cuando le haces favores a mujeres que han sido tan pendejas como para arriesgar a su hija quedando en deudas?

- ¿Y tu que mierdas...? ¿Acaso se te olvidó que alguna vez fuiste un pequeño idiota necesitado de ayuda? ¿A cuántas personas le pediste ayuda y no te la dieron? Recuerda esa mierda de vida Alfredo, no todos pueden defenderse como tu o yo. - Apretó su mandíbula ante mis duras palabras y nadie dijo nada mas el resto del camino.

No se cuanto tiempo paso realmente, la tensión se notaba entre nosotros. Y no se porque tenia ese presentimiento de que algo no cuadraba.

- ¡Por la gran puta! ¿¡Qué!? ¡No! - Scootter se miraba realmente nervioso al ver una enorme mansión por la ventana, justo hacia donde íbamos.

- ¿Qué putas...? - No termine la frase ya que Scootter me interrumpió.

- ¡Mira la puta casa Kora! ¡Es aquí! - Kora apretaba su mandíbula viendo fijamente la casa.

Aquí hay algo que estos pendejos no me han dicho.

- A ver perros, explíquense.

- Este hijo de puta nos debe una. - Kora no dejaba de ver la casa mientras hablaba. - Mato a uno de mis mejores hombres. Quisimos encontrarlo después de eso pero nunca supimos su identidad.

- Hasta ahora. - Concluyo Scootter.

- Solo venimos por la chica. - Hablo fríamente Dominik. - Tomaremos a la puta y nos iremos de regreso sin mas.

- Tu no eres el jefe aquí. - Escupió Shane.

- ¡Basta! - Grite callándolos. - Seguirán mis putas ordenes. Recogeremos a la chica y hasta allí; mataremos a quienes sea necesario pero al payaso de Akuma no lo tocan. - Sabia que se veía muy marica que dijera eso pero lo menos que quiero ahora es una guerra con un tipejo que no conozco.

La camioneta se detuvo de golpe y todos salimos de ella con arma en mano, uno tipos que cuidaban la entrada fueron a parar al piso antes de que pudieran siquiera dispararnos.

Entramos a la casa con cautela... Habia un silencio estremecedor y la tensión se podía sentir en cualquier lado.

- Peinen la casa y recuerden mis órdenes pendejos. - Cada uno se fue por su su lado a investigar la casa. Decidí subir las escaleras hacia la segunda planta del lugar, habia un silencio incomodo que delataba el lugar.

Entré a una habitación empujando la puerta de una patada pero no había nada. Salí y entre a otra habitación de la misma manera.

- Oh ¿Interrumpo? Puedo regres...

- Mira mal nacido, no se que haces aquí pero vete. - Estaba un tipo sujetando a una chica por el cuello apuntándola con un arma en la cabeza.

- Te arrepentirás de eso. - Afirmé con una sonrisa. El tipo la sujetaba con demasiada fuerza, además le estaba temblando la mano con la cual sujetaba el arma.

Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora