Síndrome de Estocolmo

Capitulo 62

Justin

Nunca creí verme en esta posición tan... Estúpida.

Pero es tan inevitable, simplemente ella es todo lo que una vez espere. No se como fue que me deje llevar, no se como pare en este punto donde ya no veo mi vida sin ella, pero lo que si se es que a pesar de que no lo entienda puedo sentirlo, lo siento justo aquí en mi pecho, y esa es suficiente prueba de que esto que siento es real.

- Hmm... - Se removió entre mis brazos Keyla. Acaricie suavemente su brazo asegurándome de no despertarla. Verla dormir, verla con esa tranquilidad es tan gratificante, verla con tanta paz, fuera de peligro me llena de una calma intensa.

Ayer luego de que me tocara un poco el piano no pude soportar mas y la bese transmitiéndole todo el amor y el deseo que guardaba dentro de mi, una cosa llevo a la otra, y terminamos en la cama rompiendo un florero en el camino.

- Buenos días. - No pude evitar la sorpresa al escuchar su voz, con ese tono mañanero, sacarme de mis pensamientos.

- Buenos días princesa. - Le di un suave beso en los labios. 

- Justin... - Sonreí al escuchar mi nombre salir de esos hermosos labios que me vuelven loco. -  Tengo hambre. - Reí para después dejar un beso en su cuello.  

Bajamos a desayunar recibiendo comentarios estúpidos de Alfredo, Shane y Scootter, los cuales nos acompañaron a desayunar. Debo admitir que me gustaba el ambiente en el cual nos encontrabamos, divertido, tranquilo, como si no tuviera a un asesino detrás de mi, como si yo no fuera un asesino. Pero toda esa paz se termino cuando la puta entro a la cocina.

- Dejaste esto tirado. - Dijo a Keyla entregándole un papel; esta al verlo se puso muy nerviosa lo cual me alarmo.

- ¿Qué es eso? - Pregunte sin ocultar mi intranquilidad, y eso solo logro ponerla mas nerviosa.

- Ehh... Solo una pequeña invitación...

- ¿Invitación?

- Ayer salimos a comer a un restaurante llamado: Bombos y tarolas. - Empezó diciendo la perra esa. - ¡Ni siquiera nos cobraron! Y nos dieron la invitación a una noche de copas o algo así. - La ultima parte no la escuche realmente ya que mi mente se quedo en una simple frase.

"Ayer salimos a comer..."

- ¿Por qué...? - Tome una respiración profunda. - ¿¡POR QUÉ CARAJOS SALISTE DE ESTA MALDITA CASA KEYLA!? - El ambiente cambio completamente en el lugar, paso de estar a uno muy animado a uno completamente tenso. Sentia mis venas temblar, todo mi cuerpo temblaba por querer golpear algo.

- Justin...

- ¿¡POR QUÉ PUTAS DEJARON QUE SALIERA CON ESA ESTÚPIDA!? ¿¡A caso no fui claro con mis ordenes!? - Me levante de mi asiento dispuesto a golpear a todos los imbéciles de mis perros.

- ¡No es culpa de ellos! - Me sorprendió la valentía que tenia al hablarme así. - Yo-o les mentí... Yo les hice creer que podía salir y, y.... - No deje que siguiera, la tome por el brazo y la lleve a la fuerza a nuestra habitación. 

- ¿¡A caso nunca soy claro!? ¿¡Eh!? ¡Mierda! - La tenia acorralada contra la pared, estaba asustada entre mis brazos, eso podía notarlo, pero si sigue con su mierda debe aguantar la mía.

- ¡Quería salir! Te fuiste sin decirme nada y solo que...

- Estaba cabreado Keyla ¡Maldición! Me fui porque no quería desquitarme contigo. Pero al final siempre terminas por hacer algo que me cabrea el doble y termino desquitandome contigo.

- No fuimos solas, fue Kora y otros dos...

- ¡ESCUCHAME MALDICIÓN! - Grite ya fuera de mi. - ¡Hay un loco allá afuera que quiere acabar conmigo! ¿Sabes cual es el punto justo para matarme? ¡Eres tu carajo! - Di un golpe a la pared haciendo un pequeño agujero. Primero vi su ceño fruncido y luego como una pequeña sonrisa tímida se asomaba por sus labios.

- ¿Yo soy tu punto débil? - Pregunto en un susurro. La furia fue bajando con cada segundo en que mis ojos se perdían en los suyos.

- Claro que si, joder. - Junte nuestras frentes. - Ahora que te tengo y eres mía, no quiero perderte.

- No lo harás... - Susurró dejando un pequeño beso en mis labios, pero la atraje hacia mi y profundice el beso. 

- Bien. Vuelves a salir sin mi consentimiento y te iré a jalar de tus hermosos cabellos estés donde estés ¿Soy claro?

- Si. - Dijo con una sonrisa. Deje de acorralarla y salí de la habitación, no sin antes escuchar como decía algo que me dejo con una opresión en el pecho horrible.

- Hoy no me has gritado ni lastimado mucho Justin... Eso eh... Es bueno. 

No le respondí siquiera.

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- PINCHES CABRONES DE MIERDA ¡SE LOS ADVERTÍ, PENDEJOS! - Todos temblaban ante mis gritos, la habitación de repente se sentía pequeña con todo el desastre que quería hacer.

  - Drew no sabemos como sucedió tal-l... - Kora no siguió con su intento de justificación al ver mi rostro.

- Mis reglas estaban claras al llegar aquí y por la gran puta ¡Saben lo que ella es para mi cabrones! - La mayoría bajo la cabeza sabiendo que yo tenia la puta razón y me habían fallado.

Volví a ver todas las fotos, estaban tomadas de distintos ángulos, Keyla saliendo del auto, entrando al restaurante, comiendo, platicando, sonriendo, estando seria, hablando con un mesero, hablando con un tipo, era ella en todos esos ángulos; venían en un sobre junto a un papel que decía "¿Perros guardianes? Los que necesitaras serán ángeles guardianes si quieres intentar salvar a tu princesa"

- Y a toda esta mierda ¿Quién es él? - Señale a un sujeto de traje que hablaba con ella afuera del restaurante. 

- Solo un sujeto, su nombre era... Empezaba con "S", solo se saludaron. 

- ¿Y dejaron que se acercara a ella? - Dije entre dientes, sintiéndome estúpido por confiar en ellos.

- Estuvimos vigilandola y a el, estaba que se cagaba, no le vimos amenaza alguna.

- TODOS SON UNOS IMBÉCILES DE MIERDA...

- ¿Justin...? - Escuchar esa suave voz entre todos los ruidos de mis demonios fue alucinante.

- ¿Qué sucede? - Dije saliendo de la habitación, encontrándome con ella en el pasillo.

- No te enfades...

- Habla de una maldita vez que no estoy para jueguitos en este instante. - La corte valiendome madres si sonaba muy brusco.

- Quiero que me enseñes a disparar. 

Este puto día si que no puede empeorar, mierda.