capitulo 9

378 33 14
                                    

Keyla

Fue la peor noche de mi vida.

El me hizo suya con sus manos sucias y asquerosas. Le suplique con todas mis fuerzas que no lo hiciera y el hizo caso omiso a mis palabras, jamas me imagine que fuera de mi mundo existiera tal muestra de maldad y ruindad.

Después de desatarme los tobillos y volver a cubrir mi boca con la misma venda , me tomo de ellos  arrastrándome hacia el, quito mi sostén y apretó mis senos con sus manos, cerré los ojos simplemente los apreté queriendo desaparecer en ese mismo instante, morir si es posible, no me importaba se que después de esto no volveré a ser la misma, el es malo muy malo, me dio tres bofetadas hasta que tuve que aguantar mi llanto. 

Maldije en ese momento, el día en que lo conocí , maldije la hora en la que me atreví a gritarle, Maldije todo.

Era el peor momento de mi vida. 

Me dejo un momento y abrí los ojos,se quito los pantalones luego los boxers, me sonrió de una forma repulsiva y continuo  besando mi cuello y chupando mi piel de una forma asquerosa, quito al fin mis bragas y en ese instante me sentí la persona mas sucia de este planeta y la mas desdichada.

Cuando termino, yo seguía llorando hecha una mierda y sentí que lo odiaba de una manera descomunal. Se quito su playera enorme y me vistió con ella, me arrastre hasta la esquina del cuarto y llore como nunca y lo maldije en mi interior.

El se acerco a mi de manera lenta observándome y yo me alteraba cada vez mas al tenerlo cerca otra vez.

Me tomo del cabello con fuerza  y me hizo mirarlo :

- Descuida, no permitiré que nadie mas te toque - murmuro ,luego beso mis labios y volvió atar mis tobillos con la misma pañoleta de su cabello.

Salio del maldito cuarto y cerro con llave. En cuanto el se fue me puse de pie como pude e intente abrir la puerta para escapar, busque algo que me sirviera pero no halle nada,  mis muñecas ardían por las vendas que las apretaban, No había ninguna ventana, no había nada , el suelo estaba frió y yo no tenia escapatoria.

 No se escuchaba ninguna clase de ruido y supuse que estaba en un lugar lejos de todo, lejos de la cualquier salvación.

Pasaron horas y horas mientras yo lloraba, mi alma me dolía al igual que el cuerpo.

Es de día lo pude saber por la linea fina de luz que se filtraba bajo la puerta, pero no escucho nada mas que mis sollozos.

No puedo parar. 

No puedo detener las  lágrimas.

Recuerdo sus ojos mieles llenos de maldad y tiembla mi cuerpo.

No es tan malo lo que le hice y ahora el acaba de arruinarme para siempre.

Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora