Capítulo 4

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Drew

- Adelante. - Dije al escuchar como tocaban la puerta de mi oficina.

- Ya tengo lo que me pediste. - Sonreí de oreja a oreja.

- Así me gusta, rápido y eficiente Lucas.

Me levanté de un salto y salimos juntos de mi oficina. Nos dirigimos a la "Sala Cibernética" donde es que se monitorea todo el trabajo por computadoras.

- Va a gustarte esto. - Lo aparte de un empujón de la computadora y me senté en la silla que se encuentra frente a esta.

Una sonrisa se extendió en mi rostro al leer cada parte de ese expediente.

Expediente médico

Nombre: Keyla Bell Wood
Edad: 17 años
Dirección: ****
Padre: Cameron Bell
Madre: Lisa Wood
Fecha y lugar de nacimiento: 5/4/1997 en Londres, Inglaterra.

Empecé a reírme a carcajadas al tener cada uno de esos datos a mi disposición.

Me levanté de la silla y le di un golpe en la espalda a Lucas.

- ¡Al fin algo bien, inutil!

- Y hay más. - Tecleo una cosas en la computadora y de la nada apareció una página de Facebook.

Oh, no era sólo una página de facebook. Era su facebook...

Información, número de celular, fotos ¡Joder! Tenía unas... Ufff.

- Maldita sea. - Dije al leer el último estado que publicó.

"Muy poco para el baile. Espero tu voto;)"

Ah pendeja, ¿Por qué me deja todo en bandeja de plata?

- Llama a Domink. - Le ordene a Lucas mientras me quedaba un rato más espiando su muro.

Tiene unas fotos que...

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- ¿Donde mierdas esta Domink?

- Dij-o que no podría venir y qu-ue...

- ¿¡No vendrá el muy imbécil!?

- Dijo que está en una reunión co-on...

- Me importa un carajo donde esté, el es mi empleado, tiene que estar donde yo le digo cuando yo le digo.

- Dijo que el irá a tu casa más tarde para...

- Vete. - Sin siquiera titubear salió de mi oficina hecho un rayo.

Bien, obediente, así me gusta.

Seguí en mi computadora revisando más información sobre mi próxima obra de arte... Pero un anuncio me interrumpió.

Una risa se escapó de mi garganta al ver el anuncio de "Se busca a peligroso delincuente" 1.74, con tatuajes, y enfatizan el "es muy peligroso". Claro, pero no enfatizan mi sensual cuerpo de dios griego.

¿1.0000 por mi cabeza? Buaah que baah valgo más que eso cabrones.

El tiempo se me paso volando en mi oficina revisando encargos, entregas, pedidos, cuentas, ya saben, todo lo ilegal.

Ahora mismo camino por las frías calles de Londres, tengo como veinte autos pero para que sepan bola de criticones me gusta caminar... Mentiras, simplemente espero una visita "Inesperada" que sucederá en menos de un min...

- Drew. - Sonreí girando sobre mis talones para enfrentar a quien sea que tuviera los huevos para pronunciar mi nombre.

- ¿Y tu quien diablos eres?

- No me conoces, pero seguro conoces a mi jefe...

- Franco. - Apareció un segundo sujeto junto al "idiota 1".

- ¿Tan bajo cae Franco que ya no puede conseguir mejor mierda?

- ¿Seguro? - Escuche una tercera voz a mis espaldas, pero a diferencia de los dos idiotas, esta era mas robusta y grave. Al girarme vi a un gorila de dos metros, negro, alto, gorila.

- Trío de imbéciles, no saben con quien se meten.

- Tu no lo sabes... Nuestro jefe esta molesto, su mercancía aun no llega.

- Y ya sabes. - Empezó diciendo el idiota 2. - Quiso recordarte que con Franco Carias no se juega.

No vi en que momento se movió el idiota numero 1, pero en un segundo ya lo tenia detrás agarrando mis brazos en una llave inmovilizandome, el gorila se puso en frente de mi y lanzo un gancho a mi estomago que me hizo sacar todo el aire.

Y fue el peor error de sus vidas.

Empezaron a salir tipos de todas partes, tenían un pañuelo cubriendo su boca y un arma en sus manos. Al parecer los tres idiotas no lo vieron venir ya que intentaron escapar pero no lo lograron al encontrarse rodeados por mas de veinte hombres.

Mis hombres.

- Sujétenlos. - Sujetaron a las tres con la misma llave que me tenían a mi inmovilizándolos a mi disposición.

- Ahora si cabrones, quiero que le den un recado a Franco. - El primer golpe fue para el gorila, lo golpee clavando mi puño en su estomago, mandíbula, ojo, en sus huevos, en todas partes que se que le va a doler. Después de darle un buen gancho en su mejilla empezó a reír atragantándose con su propia sangre.

- Estas demente maldit... - No lo deje terminar esa frase porque una bala cruzo su cráneo.

- Maldito, tenias que manchar mi camisa.

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- ¿Qué? ¿Cinco? ¿Estas demente? - Apreté mi mandíbula intentando calmar las ganas de cortarle la lengua por llamarme así.

Ya tengo suficiente con lo de mi camisa.

- Maldito imbécil. No te estoy preguntando, tu sigues mis órdenes y ya ¿Entendido?

- ¿Esperas que secuestremos a cinco chicas? ¿Como carajos piensas hacer eso?

- El plan es muy sencillo para tu retrasada cabeza, escucha...

- Espera ¿Por qué tu camisa esta manchada de sangre? - Sonreí.

- Un imbécil se intento pasar de listo conmigo. Por cierto estúpido, deja de esconderte de los guardaespaldas, no lo vas a lograr, además de que la gente de Franco anda rondando por las oficinas.

- ¿¡Franco Carias!?

- No, hablo de tu madre, ¿Quién mas va ser? ¡Carajo! Despierta hombre.

- Espera... Es mucho para mi, primero háblame sobre el secuestro.

- Es mi próxima obra de arte Dominik... Alquila un traje y afeitate, estamos invitados a un baile.

Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora