Capítulo 94

113 6 6
                                    

Perdonen la tardanza, tuvimos pequeños problemitas :c

¡Disfruten!

+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+

Justin

No podía explicar la adrenalina y la emoción que recorría todo mi cuerpo. ¡Había aceptado venir conmigo! ¡Joder! ¡Esta vez no tuve que obligarla a nada! Al contrario, la puse a escoger y siempre terminó escogiendome a mi.

- Porque no comparten con nosotros, par de imbéciles, su alegría por México. - Instantáneamente Alfredo y yo nos volteamos a ver dándonos cuenta de nuestra arranque de adrenalina; aunque sean por distintas razones.

- Todo está saliendo perfecto. - No pude evitar ver directamente a los ojos a Keyla mientras lo decía.

- Maldición, es México ¿Qué podemos encontrar de bueno en México? - Se quejó Scootter.

- Justin, Shane, Lucas y yo estuvimos sólo una vez allí. - Empezó a contar Alfredo. - Solo nosotros cuatro, sin nadie más, Justin ya era un poco conocido, nada importante, pero luego de nuestra visita; dejó algo más que su marca sino que dejó tantas cuentas, planes, amigos y enemigos que nunca nos atrevimos a volver...

- ¿No se atrevieron a volver? - Preguntó Keyla.

- Preciosa, soy Justin Drew Bieber. - Dije con arrogancia. - Soy el diablo de todos los diablos y muy invencible puedo ser. Pero allí es la raíz de todo esto. Es imposible que compares a México con otro cualquier lugar del mundo.

- ¿Peor qué Colombia? - Se escuchó la risa de Shane a esa pregunta.

- Joder, Colombia es un juego de niños comparado a México. - Note que todos se quedaron igual de confundidos ante nuestra alegría por, prácticamente, este intento de suicido.

Pero ¿Dónde estaría la adrenalina de vivir sin un poco de riego?

+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+

Todo se veía borroso, como si mi vista fuera obstaculizada por alguna capa de tierra. Podía sentir una suave brisa envolver mi cuerpo, humedad, frescura. Intente levantarme de la superficie donde me encontraba pero todo mi cuerpo dolía como si hubiese sido golpeado como una piñata por dos horas, había un dolor puntiagudo en mi brazo derecho que dificultaba las cosas; pero a pesar del dolor físico había un dolor en mi pecho que me alentaba a levantarme y luchar, una preocupación, un dolor que me estaba rasgando el alma poco a poco.

- Morirás estúpida niña. -  Le apuntó con el arma. - Salúdame a mis amigos en el infierno.

No había terminado de hablar cuando yo ya iba corriendo hacia él, sin siquiera pensarlo me lance sobre él derribandolo, se escucho un disparo que desee que no la hubiese lastimado y seguí peleando con él; pero me encontraba mas que débil por lo tanto fue muy fácil para él vencerme y hacer que quedara sobre mi. Me apunto con su arma listo para acabar con lo que quedaba de mi pero una bala cruzo su cabeza, quitándole la vida en segundos; quite su cuerpo sin vida de sobre mi encontrándome con la pequeña con un arma en sus manos, temblando de pies a cabeza.

Arme todas mis fuerzas y me acerque a ella; dejó caer el arma al suelo totalmente en shock, sorprendida de haberle disparado a alguien a tan corta edad. 

Aunque las circunstancias lo meritaba, era quedarse con este trauma de quitar una vida o dejar que le quitaran la vida a su único hermano...

Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora