Síndrome de Estocolmo

Capitulo 73

Keyla

-Keyla, deberías hablar, ha pasado más de una semana, solamente necesitas decirme todo lo que paso estos meses, libera el dolor que oprime tu pecho solamente quiero ayud...
-¿Ayudarme?- interrumpo a la doctora- A usted le están pagando una gran cantidad de dinero por intentar sacarme información y ¡luego va a ir con la puta Policía y yo seré una maldita traidora!
Me mira con sus enormes ojos cafés y se pone de pie colocando los papeles sobre su escritorio y rodeandolo.
-Tranquilizate ¿Has estado tomando las pastillas? Keyla, escucha yo no haré...
-No intente, no le diré nada.
-Bien, nuevamente hemos terminado, te espero el viernes- dice con su tono dulce mientras acomoda un mechón rubio detrás de su oreja.

Claro que no a mi ya nadie me engaña.

-Seguro -gruño mientras tomó mi chaqueta y me levantó del sofá.
Salgo azotando la puerta con fuerza y camino hasta el auto.
-Hola cariño ¿Cómo te fue?- pregunta mi padre.
-Igual- le respondo.
Enciende el motor y comenzamos a andar hasta la casa.
-He estado pensando que...te haría bien volver a tus clases de piano con el señor Kant, ha pasado una semana desde que volviste y te la pasas encerrada en tu habitación, cariño, quiero que vuelvas a ser tu- extiende su mano para tocar mi mejilla pero logró esquivarlo, pero el continua- Abre tus ojos, tu vida sigue tienes el futuro por delante sigues siendo Keyla Bell Wood la chica que tenía sueños y ambiciones.
Suspiró mientras veo hacia la ventana. Sí, la vida sigue, observo las miles de luces navideñas que ha colocado la gente fuera de sus casas, en una semana será Navidad y entonces caigo en la realidad.
¿Qué me paso? Justin me cambió en todos los aspectos y sinceramente no puedo evitar ser está nueva yo, amargada, cruel y dura. Parpadeo una vez más sintiendo un espesor en mi mente, estoy en mi ciudad, con mi padre, todo sigue en pie, pero se me está haciendo muy duro no estar con Justin.
No sentir sus manos fuertes acariciar mi cabello con suavidad temiendo lastimarme y extraño su voz de una manera irreparable, extraño a Dominik y sus bromas pesadas, esa vida modesta y lujosa al mismo tiempo, llena de excentricidades y locuras, llena de adrenalina.
¿Cómo alguien extraña eso?

Tal vez de verdad estoy enferma.

-Me ha citado el detective Johnson, bueno realmente quiere hablar con los dos- dice rompiendo mis pensamientos.
-¿Por qué esta metida la policía en esto?- digo molesta - ¿No entiendes? Justin ya no volvera por mi, si quisiera hacerlo ya lo hubiera hecho, ya olvidemos esto, ha terminado.
-Sólo quiere darme alguna información.
Dice mientras aparca el auto en el estacionamiento de una cafetería, donde me obliga a bajar de el y acompañarlo.
-Tomen asiento- dice el detective.
Comienzan a hablar de no se cuanta mierda, mientras yo me sumergo en mis pensamientos, pasan varios minutos y no se porque no me importa ya nada, lo que tengan que hablar yo ya lo sé, pero no lo digo.
-...Tenemos a este sujeto y ha dicho que el trabajaba para Franco Carias y no para Bieber, ha dicho que ellos estuvieron el día del altercado cuando a iba a lograr la recuperación de la señorita y que tenían órdenes de asesinarlos a ustedes y capturar a Keyla.
Abro los ojos atenta. Eso no lo sabía ¿Franco Carias? El sujeto que Justin degollo.
-¡¿Qué ?!- responde mi papá - Eso quiere decir que ¿aparte de el maldito de Justin, había alguien más que buscaba a mi hija? ¿Por qué?
-Era una guerra de enemigos, es muy común en ese negocio, tenían problemas entre ellos y...
-¿Eso quiere decir que... quien mató a mi madre no fue Justin, sino los otros sujetos?-pregunto.
-Así es, el sujeto identificado como Matthew ha confesado que las órdenes de su líder Franco eran matar a los padres y secuestrarte, ha dicho que se infiltraron y se mezclaron con los hombres de Justin afirmando que nadie noto su presencia, pero el elemento extra que nadie esperaba era la policía...

Cuando dice esto caigo en cuenta en todo lo que paso. Aun recuerdo a Justin jurar que el no había jalado el gatillo, el no asesinó a mi madre. El dijo que nunca me haría algo así.

-...Por eso es que ahora están libres todas las chicas que secuestraron aquel día en...

-¡¿Chicas?! ¡¿Amber?!- interrumpo- ¿Liberaron a Amber?
-Si, ella pudo volver a su casa hace más de cinco meses cuando asesinaron a Franco- dice mi padre.

Entre abro la boca. Ella esta aquí, ella también sufrió en manos de ese hombre.

-Bien, esos han sido todos los cabos que hemos podido unir con lo que tenemos- masculla el detective - lo cierto es que ya hay una alerta en Costa Rica para que las autoridades estén pendientes de Bieber. Lo vamos atrapar Señor Bell.

No,no lo harán.

Después de eso regresamos al auto y nos encaminamos a casa, mi mente va a mil por hora recordando todo desde el inicio, uniendo todo y sin saber exactamente que pensar.

-Tengo una sorpresa para ti amor- escucho la voz de mi padre sacandome de los pensamientos.
-¿Que-e?
-Ya verás cuando llegues a casa ¿Quieres comer algo?

Después de habernos detenido en un restaurante lujoso y haber cenado algo que ya no me gusta llegamos a mi casa, hoy esta haciendo mucho frío y estoy temblando sólo quiero quedarme en mi habitación con una taza de chocolate y escuchar a Mozart, pero las cosas no son como uno quiere y aquí hay otro ejemplo.

-¡Sorpresa!- dice mi padre sobre mi oreja cuando abre la puerta y sentado en el sofá...

Veo esos ojos verdes, su cabello castaño, su hermosa casi perfecta sonrisa.

-¡Princesa!- grita y viene a abrazarme.

Un escalofrío recorre mi cuerpo y provoca que no pueda moverme.

Princesa.

Adam.