One Shots • Marvel

88.-Steve Rogers

Título: Celos

Estabas entrenando con Natasha como era tu costumbre pero los dos "invitados" del día te hacían perder la paciencia hasta el punto de querer arrojarles unas pesas.

Odiabas trepar la barra pero si Natasha te pedía que te revolcaras en el suelo tu debías hacerlo.

De hecho, odiabas muchas cosas.

Pero lo que te traía estresada estos días era el comportamiento de tu novio.

Nadie le quitaba ser el hombre más bueno, tierno y amable pero cuando estaba en "sus días" como a Tony le gustaba decir, era casi insoportable.

Anoche habían tenido una ligera discusión sobre tu actitud ante los problemas del equipo, eras realista hasta el punto de ser casi negativa pero siempre eras así, a Steve jamás le había molestado eso pero ayer su humor no ayudó y se desquitó contigo.

Y podías pasarle muchas cosas como él hacía contigo, pero que te gritara no era una de esas.

Y él te había pedido disculpas cuando se le había bajado el impulso pero tú no te contentaste tan fácil y lo ignoraste durante la mañana.

No le tomaste mucha importancia al asunto porque al ser un incidente estupido lo arreglarían rápido.

Estabas por la tercera serie cuando los dos "invitados" del día se te acercaron con claras intenciones de molestar.

Tony y Pietro te sonrieron pero no detuviste tu ejercicio, lo que querías era terminar lo más rápido para poder irte de este infierno con Natasha como el demonio torturador.

-¿Como vas, linda?

-Excelente-le respondiste a Pietro, con cierta dificultad.

-¿Que ejercicios puedes asignarnos?-preguntó Tony sin quitarse sus gafas de sol.

Iban vestidos con ropa deportiva pero ciertamente no veías sus ganas de entrenar.

-Natasha es la que se encarga de eso-respondiste-Puedo llamarla si gustan.

-No-respondieron alarmados al unísono.

Tú soltaste una risita y te bajaste.

-¿Que es lo que quieren?

-¿Estas cansada?-preguntó Tony.

-¿Estresada?-complemento el sokoviano con su peculiar acento.

Te masajeaste la cíen y sin ningún pudor te secaste el sudor con tu playera.

-Solo quiero irme a mi habitación a descansar-murmuraste.

-¿Por que no le damos un masaje a la novia del capitán?-le pregunto a Tony-Tiene pinta de que lo necesita.

-¿Steve te da esos masajes?-preguntó el moreno alzando una ceja provocativamente.

Tu reíste y negaste con la cabeza.

Siempre te molestaban así pero jamás llegaban al punto de incomodarte, eran unos mujeriegos pero tenían un límite y te respetaban.