One Shots • Marvel

92.-Steve Rogers

Título: El cumpleaños del Cap

Steve entró al gimnasio como cada mañana y se quedó estoico al escuchar golpes rítmicos en el piso y una respiración agitada.

Nadie se levantaba tan temprano para entrenar, a excepción de Bucky, que normalmente llegaba después que el.

Steve se acercó y te vio descalza practicando con un palo de madera.

Él vio algunos de tus movimientos y se sorprendió un poco, te había visto disparar pero jamás pelear con tu cuerpo.

-Alguien madrugo.

Tú te giraste y sonreíste al ver al Cap.

-Desperté y no pude volver a dormir.

Tus ojos no se apartaron de los de el, era una persona agradable y a pesar de que no se trataban mucho podías decir que era una de tus personas favoritas.

El apartó su mirada de inmediato y sonrió ocultando su nerviosismo lo mejor que pudo, estaba tan enamorado de ti y tú ni siquiera lo notabas.

Porque la mayoría de las personas lo notaba.

Los amigos de Steve siempre le decían: "Ve por esa chica, eres el Capitán America, ¿quien podría rechazarte?"

Él estaba casi seguro que tú podrías hacerlo.

-No podrás usarlo en una misión-dijo señalando el palo de madera que te negabas a soltar.

Sabias que tenía razón pero sinceramente ya estabas harta de las armas a pesar de su gran facilidad.

-¿Por que no? Tú usas un freezbee.

El se tocó el pecho con fingida indignación haciéndote reír.

-Me siento ofendido.

Lo apuntaste y giraste el palo con tremenda agilidad.

-¿Quieres probarlo?

El se acercó más y asintió con la cabeza.

Haría cualquier cosa que tú le pidieras.

Arremetiste contra él sin avisar y esquivo el golpe por poco, le sonreíste con malicia y no te detuviste ni un momento.

El veía cada uno de tus movimientos antes de que lanzaras el golpe haciendo que los esquivara con facilidad.

Para el momento en que tu blusa estaba sudada en su totalidad, tú ya no controlabas tus respiraciones por el esfuerzo que conllevaba seguirle el ritmo a Steve.

-Con alguien humano funcionará-dijiste jadeando-Permíteme traer a Clint y te demostraré que esto-alzaste el palo-Es mejor que un escudo.

El soltó una risa y tomó el palo de tus manos.

-Soy humano, tan hombre como cualquiera.

-No hay hombres como tú.

El alzó la mirada y tu sonrisa ladina lo dejo sin aire, su pulso no se había siquiera agitado por el esfuerzo de esquivar tus golpes pero ahora podría decir que su corazón quería salírsele del pecho.

-Es un milagro verte a estas horas, ___-dijo Bucky al verte.

Entró a la sala aun bostezando y reíste por lo que dijo.

Te dispusiste a salir pero Steve te detuvo.

-¿Te veré en la fiesta?

Tenía el rostro sonrojado y seguía con el palo de madera en la mano.