One Shots • Marvel

33.-Bucky Barnes

Título: Tal y como eres.

Advertencias: Ninguna

Dedicado a: : @vale13141314

Saliste de la habitación con timidez y vergüenza.

Escuchabas las risas de tus compañeras y compañeros de trabajo haciendo que tu corazón se achicará más.

Tus ojos estaban lloroso e irritados, tus oídos no captaban los sonidos en tiempo real.

Bucky te llamaba desde lo lejos del pasillo, no lo escuchaste y seguiste caminando a toda marcha a tu lugar seguro, tu habitación.

Te encerraste y te tiraste en una esquina a sollozar en silencio.

No eras como todos, y no querías serlo.

Pero no por eso debían ser crueles. Tú no te metías con nadie, pero al parecer ellos contigo si.

Bucky mientras tanto, fue a la sala encolerizado y se encontró aún con los chicos.

-No deberían tratarla así-dijo tajante-Y si lo vuelven a hacer, desearan no haber nacido.

Su voz sonó más dura y gruesa de lo normal, tus compañeros se tensaron y se miraron entre sí.

-Si, señor-dijo una chica reconociendo quién era la autoridad.

Bucky no dijo nada más y se dio la vuelta para ir en tu búsqueda.

Tus supuestos amigos hablaron muy mal burlándose de ti de diferentes maneras.

No te dolía que te traicionaran, siempre has sabido que no se puede confiar plenamente en alguien más. Pero lo que te dolía eran sus palabras y como todos se juntaron para atacarte.

Habían hablado horrible de ti, te juzgaban por tu forma de ser y de pensar, por tu aspecto físico....

Y no te lo habían dicho en la cara, si no que fueron "sutiles" y lo susurraban lo suficientemente alto para que lo escucharas.

Golpeaste el suelo con tus pies y te pusiste de pie, sentías ira y dolor en tu cuerpo.

Te miraste al espejo buscando algo perfecto en ti.

-No hay nada-dijiste agachando la cabeza-Nada bello y perfecto.

Pero lo que más te dolía, era que Bucky había escuchado todo eso, y te daba vergüenza y miedo.

Vergüenza por saber que el ya te veía como todos, y miedo porque ya no te tratara igual que antes.

Te gustaba, y sabías que era algo platónico, el siendo tan atractivo jamás se fijaría en una chica como tú.

Escuchaste que tocaron la puerta suavemente.

-Valentina...-habló esa voz que tanto amabas-¿Estás bien?

Su voz sonaba preocupada, pero suave.

Te secaste las lágrimas secas que tenías en las mejillas, y te sentaste en la cama.