One Shots • Marvel

12.-Steve Rogers

Título: Siempre cuidándonos.

Advertencias: Ninguna.

Totalmente adolorida, saliste de la sala de entrenamiento.

Era mediodía y habías comenzado a entrenar desde las cinco de la mañana.

Te dirigiste hacia la cocina ya que tantos golpes te habían dejado hambrienta.

-Buenos días, amor.

Te encontraste a tu novio comiendo y le sonreíste llendo hacia él para abrazarlo.

Su gesto cambio en el instante que te observo, no te abrazo y te separó de su cuerpo.

-¿Qué te pasó?

-¿De qué?

-Tu ojo.

Automáticamente te llevaste tú mano allí intentando cubrir tu moretón.

-Oh, esto-dijiste restándole importancia-No es nada, un simple golpe.

-______, retira tu mano-ordeno.

Tú lo miraste desafiante por unos segundos pero sabías que no se rendiría.

Lentamente fuiste quitando tu mano de tu ojo izquierdo.

-¿Quién te ha golpeado?-exclamó viendo tu moretón.

-Nadie-respondiste con calma.

-No me mientas.

-Estaba entrenando-explicaste-Fue un accidente.

Steve denotaba rabia en los ojos y eso hizo que te intimidaras.

-¿Con quién estabas entrenando?-preguntó rechinando los dientes.

-Clint...-dijiste rezando por la pobre alma del susodicho.

-Iré a hablar con Barton-dijo Steve poniéndose de pie.

Te pusiste enfrente de su camino evitándole el paso.

-No fue su culpa, Steve-espetaste-Fue la mía, me distraje y no me fijé.

Y era cierto, cuando comenzaron a pelear cuerpo a cuerpo, te distrajiste al oír a Natasha hablando con Wanda y Clint creyó que estabas concentrada en la pelea por lo que te lanzo un golpe en la cara con su pie.

Después del pequeño accidente, él se había disculpado como treinta seis mil veces, pero le hiciste saber que no era su culpa.

-No aceptó que entrenes demasiado-dijo autoritariamente.

-No te estoy pidiendo permiso.

-____....

-Steve....

Te miro fijamente y se giró hacia la mesa a seguir comiendo e ignorándote completamente.

Soltaste un suspiro de cansancio.

Sabías, de las pocas veces que peleabas con Steve, que el se enfadaba de verdad y no te miraba y hablaba por horas.

-Cariño...-dijiste sentándote frente a él-No puedes enojarte por esto.

Su rostro inexpresivo evitaba tu mirada sin responderte.

-Fue solo un golpe, Steve. Tampoco es como si me hubiera disparado o lastimado a propósito.

Viste su mandíbula moverse en cada bocado que daba y su entrecejo fruncido mientras observaba hacia la pared.

-Pero cuando tú vas a una misión y sales herido, ahí sí yo no puedo decirte nada-espetaste con disgusto.

Siguió sin mirarte.

-¿Recuerdas la vez que te golpeaste con Pietro por qué me tocó el trasero? ¿Recuerdas que no te reproché por qué te rompiste la quijada?-exclamaste-¿O también recuerdas cuando en una misión te apuñalaron en el hombro?

Te miro de reojo pero siguió sin decir nada.

-No me vas a tratar igual que los demás ¿porque? ¿Porque soy mujer? O ¿porque soy una simple humana? O porque...

-Por qué eres mi novia-exclamó viéndote a los ojos finalmente-Y no quiero que te pase nada.

Te removiste en tu asiento, triunfante, al haber logrado que se desenfadara.

-Awwww que tierno-dijiste con una sonrisa en tus labios.

El dejo a un lado su expresión de indiferencia y te miro con seriedad.

-Cuídate más, ¿Quieres?

Tu asentiste.

-Yo sé que tú estarás para cuidarme, así como yo estoy ahí para ti.

Te pusiste de pie y fuiste hasta su asiento, te sentaste en una de sus piernas y tomaste su rostro entre tus manos besando sus labios suavemente.

Te sujeto por la cabeza y acaricio tu espalda.

-Me encanta que seas sobreprotector-admitiste entre el beso.

-Me preocupas-respondió.

Te separaste de él un poco para tomar aliento.

-Y por eso te amo.

Él te acerco a sus labios nuevamente y te volvió a besar, solo que esta vez, con más intensidad.

-Yo también te amo, ____-dijo con una sonrisa-Y nos tenemos el uno al otro para cuidarnos.