One Shots • Marvel

77.-Steve Rogers

Titulo: Una tarde de pareja

Advertencias: Un poquito de ya saben que

-¿Estás bien, Steve?-preguntaste-Te he notado extraño.

Sorprendiste a Steve sentado en su cama con un cuaderno en su regazo.

-No es nada-dijo arrugando la hoja de papel-Solo estoy pensando.

-¿Y en que piensas?

Te acercaste a su cama y te sentaste a su lado, él te miro a los ojos y sonrió al ver tu rostro.

-En ti, amor-dijo tomando tu mano y besándola-No quiero perderte.

-Y no lo harás a menos que no hagas nada estupido.

El soltó una risa y te mostró el dibujo que había estado haciendo estos días.

Lo tomate entre tus manos y viste un dibujo de una gran rosa con un león dentro, tocaste la hoja de papel como si pudieras sentir los detalles que cada pétalo.

-Es realmente hermoso.

-¿No lo reconoces?

Enarcaste tus cejas ante su pregunta y observaste con más detenimiento el dibujo a lápiz.

-La verdad es que no.

-Estaba en tu blusa lila-dijo-La que traías la semana pasada cuando fuimos al parque.

Abriste los ojos al recordarlo.

-¿Como te acuerdas de esas cosas?

-¿De que fuimos al parque hace una semana?

-Sabes a lo que me refiero-dijiste con una sonrisa.

El asintió y cerró su cuaderno para dejarlo a un lado.

Sabias que Steve no tenía mucho tiempo para sus hobbits y cuando tenía el día libre a veces optabas por dejar al hombre solo insistiéndole que debía tomarse tiempo para el mismo.

Casi siempre te buscaba y pasaban el día juntos cuando tú insistías en dejarlo solo, él fingía estar herido pero tú le dejabas en claro que estar solos a veces era saludable.

-Debes tomarte más tiempo para esto-dijiste-Tus dibujos son realmente hermosos.

El té agradeció el comentario con un casto beso.

Te recargaste en su cuerpo empujándolo para que cayera de espaldas y tuvieras total soporte al intensificar el beso.

El té acarició la espalda y cuando necesitaste respirar te separaste de él.

Diste un rápido beso en sus enrojecidos labios y te recargaste en su pecho.

-¿Estas libre en la tarde?

El asintió al instante.

-¿Quieres salir?

Tú negaste con la cabeza.

-¿Vemos películas en mi habitación?-preguntaste con una sonrisa tímida.

Eras fan número uno del cine.

Y era casi una ofensa que Steve no tuviera televisión en su habitación

El te beso quedando de verte en tu habitación a las cinco.