One Shots • Marvel

53.-Pietro Maximoff

Título: La típica amnesia

La reunión se había tomado más tiempo del necesario, iba caminando por el pasillo junto a Natasha Romanoff quién sería mi compañera de equipo en la siguiente misión

Sentí como mi corazón se aceleraba cuando vi a quien menos necesitabas ver en estos momento.

DESGRACIADA VIDA.

Nuestras miradas chocaron por menos de medio segundo haciéndonos sonrojar a ambos.
No lo soportamos así que giramos nuestras miradas en direcciones opuestas y seguimos en nuestro camino.

-¿Eso qué acabo de ver que fue?

La voz de la pelirroja era relajada, parecía querer bromear.

-¿Qué?-pregunté nerviosamente-¿Qué viste?

-¿Cuánto has bebido?-preguntó el chico de cabello platinado sujetando mi bebida.

-Casi nada-le conteste riendo como estupida.

El me sonrió y acaricio mi hombro.

-¿Te la estás pasando bien?

Yo asentí cerrando los ojos.

-El chico Maximoff...

-¿Estarás lista a las 8?-pregunte juntando todas las palabras debido a la rapidez con la que las solté-Tengo algunas cosas que verificar antes de irnos, nos vemos en el quinjet.

-Está bien-dijo sin más.

Le sonreíste como despedida y te dirigiste a tu habitación.

Sentí como me sujetó del brazo y me llevó hasta el elevador. Con una mano me baje el vestido ya que se me había hecho un poco hacia arriba y no quería mostrar de más.

-Ven, te llevaré a tu habitación.

-¿Porque no a la tuya?-dije riendo.

Estaba en un estado de lucidez pero entre ratos parecía perdida en el alcohol.

Me coloqué enfrente de él y lleve mi mano a su pecho pasándola hasta su abdomen, sentí como se tensaba ante mi tacto pero no me importó en ese momento.

-No sabes lo que dices, ___-susurró Pietro.

-Que no sea cierto, que no se cierto-murmuraba en el camino.

Lo más probable era que si lo fuera si no, ¿por qué Pietro se comportó tan extraño? 

-Claro que si, vamos a divertirnos, tú siempre lo haces y no entiendo porque yo nunca lo hago.

-Porque yo soy un idiota y tú una chica muy bonita y sensata.

-¿Me acabas de llamar bonita?

Sentí como mis mejillas se encendieron, era una estupida, no puedo creer como me ridiculice de esa manera.

Entre a mi habitación y cerré la puerta con seguro, me despojé de mi ropa y me metí en la ducha. Me había levantado muy tarde y ni siquiera me había dado tiempo de ducharme antes de ir a la reunión porque ya iba tarde.