Capitulo 3.

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Los días siguientes pasaron relativamente con normalidad. 

Eran mediados del años escolar así que no había gran cantidad de exámenes o trabajos finales, era algo mas como una rutina obligatoria de ir al colegio a aburrirse durante algunas horas, desayunar con las chicas y volver a casa; ponerse pijama, comer, ver películas, escuchar música, y terminar con la mente llena de pensamientos que al final de el día deseas que desaparezcan, así que decides dormir para dejar de pensar tantas cosas que aun que al principio parecían realmente coherentes pero que ahora las vez sin sentido.

Juliana seguía viendo a la chica de ojos azules todos los días, y ella seguía transmitiendo la misma incomodidad que el primer día cuando ella lo hacia, pero ya no habían vuelto a hablar, (bueno si compartir tres escasas palabras que para la chica de ojos obscuros fueron sin sentido contaban como hablar, claro). Algunos días sus miradas permanecían conectadas más de la cuenta y parecía que por fin iban a comenzar una conversación, pero a los segundos alguna de las dos (regularmente Valentina) retiraba la mirada y el momento terminada con la misma rapidez con la que iniciaba.

Aunque a diferencia de la sorpresa de el primer día, ahora Juliana ya había escuchado mas la voz de la ojiazul. Quizá no había hablado con ella directamente pero en mas de una ocasión  la chica de ojos turquesa había tenido que expresar, con muy pocos ánimos a decir verdad, su opinión acerca de temas de la clase.

Era jueves por la noche, había pasado ya mas de una semana de que la chica de ojos azules había llegado al colegio.

El día estaba a punto de terminar y Juliana estaba en su habitación.

Realmente amaba estar ahí, la mayoría del tiempo su casa estaba en silencio así que lo único que hacia era colocarse los audífonos para estar completamente en calma.

Algunas personas cuando se sienten mal, cuando necesitan pensar sobre algo, y necesitan un lugar para aclarar su mente, para sentirse cómodos, prefieren estar en una playa o un bosque, pero Juliana no, lo único que ella necesitaba, el lugar que realmente la hacia sentir en calma, en casa, era su habitación.

Después de varias horas escuchando música, y haciendo algunas cosas, (poco productivas a decir verdad), comenzó a revisar su inicio de Twitter. Era lo mismo que veía siempre, noticias y anuncios irrelevantes, alguna historia poco creíble, Tweets de algunos famosos que le gustaban (lo común en un día normal en Twitter) hasta que a su mente llego la idea de buscar el perfil de la chica de ojos turquesa, por supuesto que ella debía de tener Twitter, como cualquiera a sus 18 años, ¿no?

Abrió el buscador y tecleo el nombre de la ojiazul aun un tanto indecisa acerca de, ¿por qué quería ver su cuenta?, en realidad ni siquiera habían tenido una verdadera conversación como para estar interesada en saber mas sobre ella, pero siendo ella alguien tan importante y conocida, no solo en la escuela, si no en el país, probablemente era normal la simple curiosidad.

Después de unos segundo la pagina cargo.

"Vaya, gran cantidad de seguidores Carvajal, nada mal para tener diecinueve años e ir a la escuela como cualquier adolescente normal"-Pensó mientras comenzaba lentamente a revisar.

A decir verdad era solo un perfil más. 

Pocos Tweets eran realmente suyos, la mayoría solo los había  compartido de otras cuentas, y después de una buena cantidad de publicaciones, alguna u otra foto suya. Realmente nada de otro mundo.

Volvió al inicio y comenzó a seguirla, total si ya seguía a Oprah winfrey que mas da seguir a la hija de uno de los empresarios mas millonarios de el país, que además era su compañera de clase.

Bloqueo su celular y aun con la música en su cabeza comenzó a pensar en Valentina, en lo extraña que era, en como se comportaba. Era  lógico que al ser alguien tan importante y conocida, tuviera a mucha gente detrás suyo, era común ver tanto a hombres como mujeres atrás de ella en los pasillos o a la hora del almuerzo, pero todos parecían recibir la misma respuesta de la chica de ojos turquesa, porque así como llegaban a su lado, se alejaban de ella. Todo era tan extraño, como alguien tan millonaria, y popular podía ser tan callada y cerrada con las demás personas como lo era la ojiazul. Quizá era por el cambio de ambiente, de escuela, el hecho de estar en una escuela que a pesar de no ser de mala calidad probablemente no se comparaba ni un poco con las escuelas y los lugares con los que ella debía estar familiarizada a estar. De alguna forma u otra, Juliana no la podía culpar por como actuaba, a fin de cuentas, ella no tenia ni idea de como debía ser la vida de Valentina Carvajal. Lo que si estaba claro, era que desde el primer día que llego, y a pesar de solo haber compartido unas cuantas palabras con ella (que quizá no cuenten como "compartir" porque Valentina hablo y Juliana solo se quedo expectante) Juliana no podía negar que la chica castaña solía rodar por su mente mas de una vez al día. Había algo en ella, algo extraño que hacia que llamara su atención, y no tenia absolutamente nada que ver con que fuera famosa, o de dinero, de hecho era algo completamente diferente, como algo misterioso, como si ocultara algo.

Pensó en ella durante bastante tiempo, mientras la música de sus audífonos se seguía reproduciendo, en su extraña forma de mirar, en como se incomodaba cuando alguien estaba cerca de ella, el hecho de que siempre llevaba chaquetas de cuero. Había tantas cosas en Valentina Carvajal que Juliana podría durar toda su lista de reproducción pensando en ella.

Supongo que hay personas que lo valen.

Sus pensamientos vagaron entre la chica millonaria, pero jodidamente extraña y misteriosa y sus ojos azul turquesa que podían lograr que Juliana durara horas intentando descifrarlos sin éxito; su voz tan peculiar, y en el como siempre parecía ser tan indiferente a todo, su mente se inundo en una lluvia de pensamientos que terminaban siendo uno mismo, hasta que sin darse cuenta como, pero aun con la música en sus oídos, simplemente se quedo dormida.

Pensando en lo que, quizá sin notarlo, había estado pensando los últimos días, antes de ir a dormir: 

Valentina Carvajal.

For Her. (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora