Después de quedarse sentada, casi una hora en el mismo árbol donde había estado Valentina tiempo atrás, Juliana decidió que era momento de entrar a la escuela y comenzar con sus clases.
En todo el tiempo en el que había estado ahí sentada, no había podido procesar completamente todo lo que acababa de pasar, la voz de Valentina, acompañada del sonido de la guitarra era algo difícil de superar en primer lugar; la forma en la que habían tenido una corta conversación, en la que extrañamente la ojiazul no se había visto incomoda era algo diferente a lo que se estaba acostumbrado a ver cuándo los demás compañeros había intentado socializar con ella, pero a pesar del nerviosismo y lo extraño de la situación, lo cierto es que Juliana se había sentido cómoda también al haber tenido, aunque sea un corto acercamiento con la chica de ojos turquesa.
Lo mejor de todo esto, era que el aire fresco logro calmar su dolor de cabeza, y la confusión que sentía no la dejaba pensar en lo mal que había comenzado su día.
Durante su primera clase estuvo más que desconcentrada, la voz de la Maestra Aguilera no logro nunca llamar su atención, su mente estaba en todo momento en lo sucedido en el patio y la voz de la chica de ojos turquesa no podía salir ni un minuto de su cabeza, estaba ahí dando vueltas, como un disco rayado.
Valentina que estaba sentada en la fila pegada a la pared, a un par de filas de Juliana, en ningún momento conecto la mirada con la chica de ojos oscuros, fue como si nada hubiera pasado. Incluso por un segundo Juliana pensó si todo había sido solo imaginación suya.
Estaba desconcertada, por lo sucedido y por como Valentina actuaba como si nada hubiera pasado.
Su cabeza claramente estaba en otro lado y pudo haber seguido así el resto de la clase, hasta que la voz de Daisy la saco de sus pensamientos.
-Durazno, vamos, ¿qué mierda te pasa?, ¿me estas escuchando?-Su tono de voz, más que de molestia, tenía un poco de preocupación.- ¿Estas bien?-Cuestionó a la respuesta inexistente de su amiga.
-Estoy bien y no me digas durazno.-Dijo secamente Juliana, odiaba ese apodo, ademas tenia la intensión de calmar a su amiga y evitar que siguiera haciéndole preguntas.-Solo estoy un poco distraída, es todo.
-Te conozco Juli, sé cuándo estas "un poco distraída", pero ni siquiera en esos casos me ignoras de la forma en la que lo estás haciendo hoy. Llevo toda la clase hablando contigo, e incluso e imitado algunas veces la voz de la maestra Aguilera, que en cualquier circunstancia te hubiera hecho morir de risa, y parece que ni siquiera estabas escuchando.-Dijo Daisy un poco triste.
Juliana se sintió un poco mal por ella, si bien era cierto que Lucy y Natasha también eran parte del grupo de amigas, Daisy y Juliana siempre había sido más unidas. Aún así, no era una opción contarle la razón por la cual estaba tan distraída, a pesar de lo unidas y muy amigas que eran, lo mejor era guardárselo para ella, Daisy iba a comenzar a interrogarla por la situación, por el hecho de que nadie más había podido acercarse a Valentina e iba a sacar miles de especulaciones de todo, además de que por alguna razón Juliana sintió que la habilidad para cantar y tocar la guitarra de Valentina era como un "secreto" que debía de conservar.
-Te digo que estoy bien Dais, solo estoy pensativa.-Le reafirmo a su amiga, antes de fijar sus ojos en su cuaderno vacío y terminar de lleno el intento de conversación de parte de Daisy.
El resto del día fue prácticamente lo mismo, Juliana no logro concentrarse en ninguna clase y sus amigas se habían cansado de preguntarle tantas veces que pasaba con ella, su mente no estaba en clase realmente, seguía unas horas atras en el patio y en la voz de Valentina.
No sabia porque le daba tanta importancia a ese corto momento y eso la estresaba mas de lo que le gustaría admitir.
Valentina no se presento a ninguna de las demás clases y Juliana no volvió a ver a la chica de ojos turquesa durante el resto del día, (y mentiría si no dijera que estaba un poco decepcionada por ello), pero al no tener ninguna señal de ella, decidió que lo mejor era dejar de pensar en toda la situación y concentrarse en cualquier otra cosa.
Decidió volver a su casa, al fin y al cabo, no estaba prestando atención en ninguna materia, y solo le quedaba una clase, sabia que no tendría ningún problema si faltaba y prefería estar en su cuarto escuchando música que en el salón de clases desgastándose para intentar poner un poco de atención.
"Estas poniéndole mucha importancia a algo pequeño, Juliana", pensó mientras caminaba de regreso a su casa, "De seguro ella esta como si nada hubiera pasado y tu estas haciendo un drama por algo insignificante."
Entró a su casa, sola como siempre y comió antes de irse a su habitación donde sabia que pasaría el resto de la tarde escuchando música.
Subio a su cuarto y puso música en la pequeña bocina que estaba sobre su buró, se recostó y agradeció internamente porque el pensamiento de Valentina se iba desvaneciendo poco a poco. Decidió despejarse un poco en las redes sociales y después de no encontrar nada interesante en el resto de ellas entro a Twitter.
Normalmente no había nada nuevo, solía dar hacia abajo sin un ritmo alguno hasta que veía algo que le llamaba la atención, pero esta vez fue diferente.
Tenia un mensaje.
Claramente la desconcertó porque no hablaba con nadie en Twitter, sus trece seguidores desconocidos no era alguien con quien hablara mucho a decir verdad. Su confusión paso a cantidades desconocidas cuando lo abrió y vio que era de, ni mas ni menos, Valentina Carvajal.
Cuando pensó que no podía sentirse más confundida, lo abrió para saber que era lo que decía.
En el mensaje solo había un simple durazno, ni siquiera estaba escrito con letra, ni había un saludo antes de ese mensaje, solo era una un pequeño durazno solitario.
Inicialmente no tenia ni idea de que contestar, podía ser que Valentina simplemente se hubiera equivocado, pero que fuera solo unas horas después de lo que había pasado en el patio era demasiada casualidad.
Duró unos minutos solo viendo su celular, pensando entre si contestar o no, hasta que después de tener un gran debate interno decidió que lo mejor era no darle mucha importancia y contestar secamente.
"¿Qué?"
