De la mano de Valentina, el camino a la casa Carvajal se paso realmente rápido.
Sus dedos no estaban entrelazados, ni siquiera existía una presión real entre ambas manos, aun así, era una sensación extraordinaria ese delicado toque.
Cuando la camioneta se detuvo en la ya conocida finca Carvajal, Valentina rápidamente quito su mano poniéndola sobre su propia pierna, Juliana pensó un momento en preguntarle si todo estaba bien, pero antes de que pudiera voltear Alirio ya se encontraba a su lado sosteniendo la puerta para que ambas chicas pudieran bajar.
Mientras caminaban por los ya rutinarios pasillos hacia la habitación de Valentina, una voz varonil inundo el pasillo principal, era una voz desconocida para la chica morena, no era de Alirio ni de ninguna otra persona de servicio que hubiera visto en algún momento.
-¿Esta tu padre en casa?-Le pregunto a la chica de ojos azules, mientras seguían caminando por los largos pasillos. Sentía un poco de nerviosismo al pensar que podía conocer a alguien de la familia de Valentina.
-No, es mi hermano Guille. Creo que esta en la cocina con Chivis.-Contesto la ojiazul mientras ambas entraban en su habitación.
Era la primera vez que alguien de la familia Carvajal, ademas de la chica de ojos turquesa estaba en casa mientras Juliana estaba ahí, a menos era la primera vez que la chica morena estaba enterada. No estaba segura de si quería conocer a la familia de la ojiazul, no pensaba tener la suerte de caerles igual de bien a todos como a Valentina.
Apenas la puerta del cuarto estuvo cerrada el ambiente cambio, las palabras de Valentina comenzaban a dar vueltas por la cabeza de Juliana "Quiero volver a besarte Juliana Valdes", casi podía sentir los suaves labios de la ojiazul sobre los de ella al recordar el momento que habían vivido en la casa de Valles.
Ambas se sentaron sobre la cama de Valentina, sacando sus cuadernos y el libro con el que estaban trabajando, con la intención de seguir avanzando el proyecto que hasta ahora iba bastante atrasado, el hecho de que ninguna de las dos chicas dominara el ingles era un factor en contra y que cada vez que intentaban avanzar terminaban hablando de cualquier tema, menos del proyecto, tampoco ayudaba mucho.
Juliana intentaba con todas sus fuerzas concentrarse en el trabajo, pero le era imposible no perderse mientras veía a Valentina, tan hermosa frente a ella, con su mirada azul sobre el libro en el intento de comprender la lectura.
"Si tan solo una de las dos hablara ingles, esto seria mas fácil"-Pensó mientras regresaba su mirada de la pálida chica, hacia el cuaderno que tenia sobre sus piernas.
Volvió a su intento de concentración. Parecía que realmente lo estaba logrando, el texto frente a ella cada vez comenzaba a tomar mas forma y Juliana internamente agradeció que por fin daba la impresión de que realmente comenzaban a avanzar el trabajo.
Claro que eso no duro demasiado.
Tan solo unos minutos después sintió como una intensa mirada azul recorría lentamente su rostro; pensó que la mejor opción era ignorarla, o al menos fingir que lo hacia, el hecho de jugar un poco con Valentina le parecía, bastante interesante.
Pensó en provocarla un poco, aun con su mirada sobre su libreta, fingiendo su completa atención en ella, levando su brazo derecho, poniendo dos de sus dedos sobre sus labios con su boca ligeramente abierta. Al principio solo los dejo ahí descansando ligeramente sobre su labio inferior, expectante a la reacción de la chica de ojos azules, su mirada seguía sobre ella, lo sentía, específicamente sobre sus dedos. Pensó que seria mas divertido provocarla un poco mas ¿qué podría pasar?, aun con sus dedos sobre sus labios comenzó a poner un poco mas de presión en ellos, estirándolos un poco hacia abajo y manteniendo su mejor cara de tranquilidad para Valentina, que comenzaba a alterarse un poco.
-Juliana.-Dijo después de unos segundos en un tono de reproche.
La morena la ignoro, su mirada seguía sobre el cuaderno entre sus piernas como si realmente estuviera prestando atención, pensó en tratar algo nuevo en su provocador juego, subió su mano de sus labios hasta su oreja, haciendo su cabello a un lado dejando su cuello completamente expuesto a la mirada azul de Valentina, volteo a verla unos segundos, asegurándose que la pálida chica tuviera su atención sobre ella antes de continuar los movimientos que anteriormente hacían sus dedos, ahora con su lengua pasándola delicadamente por su labio inferior, antes de terminar todo con una ligera mordida a los mismos.
Escuchó un pequeño quejido por parte de Valentina.
-Juliana.-Repitió la ojiazul en un tono mas serio.
La morena ni siquiera la volteo a ver, simplemente hizo un movimiento con la cabeza haciéndole saber que la había escuchado para que así esta continuara de hablar.
-Mírame Juliana.-Insistió en el mismo tono serio que había usado anteriormente.
Claramente la chica de ojos marrones la volvió a ignorar.
Comenzaba a gustarle el provocar a Valentina, comenzaba a gustarle mas de lo que pensaba, siguió ignorando todas las veces que la ojiazul la llamaba. Cada vez con menos paciencia en su voz, hasta que simplemente esta se detuvo. Pensó que se había rendido, que había desistido a la idea de llamar a Juliana y que con esto la chica morena podía continuar con su juego, pero poco después se dio cuenta de que estaba muy equivocada.
Sintió por el movimiento de bajo de ella como la chica de ojos turquesa se levantaba de la cama como si fuera a irse de la habitación, giro un poco su vista hacia ella y por el rabillo del ojo notó como, efectivamente la ojiazul se había levantado, pero para su sorpresa no iba en dirección a la puerta de su cuarto.
Iba hacia Juliana.
A penas pudo reaccionar cuando sorpresivamente Valentina ya estaba a solo unos centímetros de ella. Quito el cuaderno que aun estaba sobre sus piernas, aventandolo hacia el piso de su habitación como si existiera un tipo de resentimiento hacia el por ser la atención de la chica morena hasta ahora y no ella.
La sorpresa de Juliana era casi palpable. Sintió como literalmente toda su sangre se fue hasta sus piernas cuando en un rápido movimiento la ojiazul subió a ella, aun en la cama quedando cada una de las piernas de la pálida chica a cada lado de su cuerpo.
Estaban demasiado cerca.
El ambiente de la habitación subió rápidamente de temperatura.
-Mírame cuando te hablo Valdés.-
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No suelo escribir cosas así pero me pareció muy entretenido.
Escribir esto es muy nuevo para mi, así que todos los comentarios son bien recibidos, sobre si escribo mas cosas así, o no, que esperan de la historia, realmente cualquier cosa, me gusta leer sus comentarios .
Gracias por leer.