Capitulo 44.

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Se quedo un momento simplemente de pie fuera de la casa de Valles.

A pesar de que su intension de estar ahí desde el principio habia sido encontrarse nuevamente con la chica de ojos azules, verla, hablar con ella y ponerse al tanto de todo lo que había pasado en el tiempo que habían estado separadas, el hecho de ver la puerta abierta, de saber que relmente había una gran probabilidad de que ella estuviera ahí y que tal solo en un par de minutos podría finalmente volver a verla hacia que todos los nervios que ya sentía anteriormente se incrementaran de una manera exorbitante.

Se debatió un momento internamente aún sin moverse, ¿realmente quería entrar?, obviamente quería ver de nuevo a la chica de ojos azules, pero ¿y si las cosas no salían bien?, no tenía idea de que esperar o de que sucedería cuando entrara, muchas cosas pueden cambiar en más de un mes y a esas alturas nada era seguro. Sus piernas se habían detenido un segundo, como si su cuerpo hubiera dejado de reaccionar, como una clase de alarma advirtiéndole que las cosas podrían no salir bien. A pesar de eso, necesitaba la respuesta de todas sus preguntas.

Finalmente abrio la puerta de manera lenta, como si tuviera miedo de romperla, como si tuviera miedo de desmayarse.

Con pasos cohibidos entro a la ya conocida casa de Valles.

Si no fuera por que se encontro con la puerta abierta podria jurar que todo estaba exactamente igual que unas horas antes. Todo completamente ordenado, la casa en silencio, las luces apagadas, igual que hace la última vez que había ido, igual que todas las veces que había estado ahí. Al menos se alegraba de no tener que escalar la barda de nuevo.

Un escalofrío recorrió su cuerpo apenas estuvo dentro. A pasos lentos comenzó a recorrer la casa en dirección al patio trasero. Paso por la sala principal y sintió como algunos recuerdos con la ojiazul aparecían bruscamente, haciendo que su corazón se acelerara aún más de lo que ya estaba, como si acaso fuer posible. Aún así, resistió con todas sus fuerzas para no seguir sus instintos de dar media vuelta y salir corriendo.

Conforme siguió caminando reconoció un olor. Llegó de manera discreta, casi imperceptible y se metió por su nariz de una manera tan profunda que pudo sentir como el aire se atoraba repentinamente en sus pulmones, podría reconocer ese olor en cualquier lugar. El miedo la golpeó nuevamente, casi sintió como si fuera a tener un ataque de pánico; estuvo a punto de retroceder, de volver a casa, de olvidar todo... pero entonces, la vio.

Cuando Juliana era niña su madre se habia ido de vacaciones dos semanas con una de sus tias a la cual no solían frecuentar. Puede que quince dias no fuera demasiado, pero para la pequeña niña que era la morena en ese entonces, se sintió como no ver a su madre por meses. Recordaba el dia que finalmente habian ido por ella al aeropuerto, recordaba los nervios, recordaba la espera y la emocion que sintio al ver a su madre a la distacia despues de tanto tiempo, todo era como estar en una montaña rusa con un choque de emociones entre la ansiedad, el miedo y la emoción, todos golpeando de una manera tan fuerte, que no sabes realmente cuál de los tres es el que finalmente sientes.

Justo de esa manera se sentia ahora... solo que habia un sentimiento más.

Aquellos ojos turqueza la admiraban exactamente igual que como lo recordaba, con el mismo brillo con el que la habian visto siempre, con el que la habían visto la última vez.

Por un momento sintió como si el tiempo no pasara, como si todo se detuviera. Se permitió observarla unos segundos de pies a cabeza sin pudor alguno y lentamente comenzaba a darse cuenta de las diferencias. Estaba más delgada, notablemente más delgada y su cabello que caía de manera despreocupada sobre sus hombros estaba un poco más corto de lo habitual, había unas ligeras ojeras que sobresalian de su pálida piel y su expresion, sin una sola gota de maquillaje, hacian ver lo cansada que estaba, como si ese par de semanas hubieran caído sobre ella como un par de meses.

Tuvo que resistir una pequeña sonrisa para sus adentros. Sin importar cada detalle distinto que pudiera encontrar, era su Valentina. Si, un poco diferente pero su Valentina despues de todo.

Su primer impulso fue correr hacia ella, abrazarla, besarla, decirle toda la falta que le había hecho, todas las noches en angustia pensando en que había pasado, las lagrimas que habia llorado pensando que jamas volvería a verla. Decirle que en todo el tiempo en el que habían estado separadas no habia hecho nada más que pensar en ella y que la amaba más de lo que le gustaría admitir. Podía correr a los delgados brazos de la ojiazul y pedirle que no se fuera de nuevo, que ella estaría con ella, que no la dejara sola.

Despues pensó en quedarse parada y esperar que la ojiazul llegara hasta ella, que fuera ella la que finalmente rompiera los ultimos pasos que las uniria despue de tanto tiempo separadas. Pensó en detenerse, siplemente esperar, esperar lo que Valentina tenia que decir y escucharla. Queria una verdadera explicación del porque no había hablado con ella antes de irse, porque no le había dado la oportunidad de salir de todo eso juntas, de permanecer unidas. Quería escuchar de sus labios las razones por las que se había ido y quería intentar entenderlas.

Un silencio aún mayor se extendió por toda la casa, como si acaso fuera posible. Ninguna de las dos chicas se movió, se limitaron simplemente a mirarse la una a la otra como si el tiempo de alguna manera se hubiera detenido.

Poco despues Juliana finalmente comenzo a acercarse a la ojiazul, sus pasos eran lentos y su mirada parecia ligeramente perdida, a pesar de que sus cejas estaban un tanto fruncidas.

Una sonrisa comenzó a formarse lentamente en los labios de la chica de ojos turquesa. La comisura de los mismos, así como sus brazos, comenzaron a elevarse de una manera casi imperceptible, anticipando la tan esperada llegada de la morena hacia ella, lista para recibirla en sus brazos y transmitirle su calor.

Es una lástima que eso no sucedió.

Su rostro de expectación cambio abruptamente a uno de sorpresa y confusión al sentir la mano de la morena golpeando fuertemente contra su mejilla.

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For Her. (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora