Habían pasado algunas semanas desde que Juliana le habia contado todo a Daisy y parecia que las cosas no podían ir mejor; su amistad seguía siendo tan unida como siempre, ahora la chica morena tenía alguien con quien hablar de Valentina Carvajal y hasta ahora Daisy había cumplido su palabra de guardar su secreto, como lo había hecho siempre desde que habían comenzado a ser amigas; por otro lado, la relación entre Juliana y la chica de ojos azules también iba marchando bastante bien, aun no eran nada "oficial" y no solían hablar directamente del tema, ambas estaban contentas con el lugar en el que estaban a este punto, ya que, sea lo que sea que existiera entre ambas, iba marchando a la perfección. Su relación en el instituto seguía siendo bastante escasa a petición de Valentina, que decía no querer meter a la chica morena en problemas con la prensa o algo por el estilo si algo de lo que existía entre ambas se llegara a saber; pero a diferencia del principio cuando comenzaban a conocerse ya existía una relación cordial entre ellas cuando estaban en publico, nada que pudiera parecer demasiado, solo algunos saludos o sonrisas en el pasillo, sin contar algunas ocasiones en las que se enviaban mensajes discretos en clase mediante papelitos escritos y de maneras ocasionales, cuando se seguían encontrando aún con discreción en el patio del instituto.
El proyecto de ingles estaba entregado desde hace unas semanas atrás, algo que no impidió que Juliana siguiera visitando la casa Carvajal constantemente, lugar en donde ya era conocida por todos los trabajadores de ahí e incluso por Guille, (Eva y los padres de Valentina aun siendo un misterio para la chica morena). A demas, la ya conocida casa Carvajal siendo donde, más de una vez, se había repetido la situación que habían vivido cuando fueron interrumpidas por el hermano de Valentina, los besos y los acercamientos íntimos siendo ya algo común de parte de ambas chicas, todo quedándose solo en acercamientos, y a pesar de la tensión que existía entre ambas chicas, hasta ahora sin llegar a algo más.
Era como un sueño.
Es triste que ningún sueño dure demasiado.
Las tres chicas estaban en clase de ingles en un ya muy avanzado punto del semestre, Daisy y Juliana como era costumbre estaban sentadas una tras otra, y solo una fila a su lado (como comenzaba a ser costumbre también, a pesar de que los demás compañeros no lo notaran) se encontraba Valentina, quien extrañamente hoy estaba más distraída de lo normal, mostrando claramente que su mente estaba en cualquier otro lugar lejos de ahí. Juliana dedico mucho tiempo de la clase observandola, sus ojos ligeramente obscuros a pesar de que no con la misma intensidad, si de la misma manera en la que estaban aquella vez hace más de un mes en la casa de Valles; pensó en preguntarle que ocurría, si todo estaba en orden, o si habia algo de lo que quisiera hablar, pero desecho rápidamente la idea al recordar que nadie de la clase, a excepción de Daisy sabían que existía ni siquiera la más mínima relación entre ambas.
Decidió simplemente ignorar el tema.
Ojalá no lo hubiera hecho.
Su mente comenzaba a concentrarse en la actividad que el Teacher había dejado unos minutos atrás, y realmente sintió que entendía lo que estaba haciendo en su libreta cuando un pequeño y doblado papel aparecio inesperadamente sobre la orilla de su butaca; era un mensaje de Valentina, lo sabia, era su ya habitual manera de comunicarse en clase sin hablar directamente. Por un momento pensó que la chica de ojos azules le contaría si algo realmente estuviera pasando, la confianza que se tenían en ese punto era la suficiente para contarse cualquier cosa, al menos desde el punto de vista de Juliana.
Una sonrisa que no pudo esconder se extendio en su rostro cuando finalmente termino de desdoblar el pequeño papel.
"Te vez hermosa hoy."-Estaba escrito en la perfecta y delicada letra ya conocida de Valentina.
-¿Es de Postrecito?-Escucho a su lado en un tono bajo la voz de Daisy, quien dirigía su mirada al pequeño papel.
"Postrecito" era la forma con la que Daisy había decidido recientemente dirigirse a Valentina para que "las demás personas no sepan de quien hablan", además argumentaba la razón de el nombre "Postrecito", ya que, según palabras textuales de la misma Diasy "Juliana se la comía todos los dias", cosa que a pesar de no ser literal, no era del todo falsa.
La chica morena simplemente asintió.
-Creo que nunca te había visto tan feliz como lo has estado estas ultimas semanas.-Continuo dirigiendole una delicada sonrisa que fue correspondida por la chica de ojos obscuros.
Ante la inexistente respuesta de Juliana otro papel apareció sobre su banca. A pesar de estar doblado era notorio que era más grande que el anterior y algunas letras alcanzaban a notarse entre los dobleces por el extenso texto.
"Se que quizá un papel en clase no sea la mejor forma de pedirlo, pero odio ponerme nerviosa cuando hablo contigo. ¿Podemos ir juntas a algún lado, como lo suelen hacer las personas que están saliendo?, se que quizá no podamos ir a muchos lugares, por la privacidad de mi familia y esas cosas pero aun así, me gustaria hacer algo nuevo. En fin, ¿Aceptarías ir a cenar conmigo?"
De nuevo y aun más grande que la anterior, una sonrisa se extendió por la cara de Juliana, leyendo en repetidas ocasiones el mensaje en esa pequeña hoja, mientras tomaba una lapicera para finalmente contestar.
"¿Es una cita?"-Escribió en el pequeño espacio que quedaba al papel, antes de volver a doblarlo y regresarlo a la chica de ojos azules.
A pesar de no obtener una respuesta especifica, sabia que la contestación a su pregunta era afirmativa cuando el no tan pequeño papel volvió a sus manos, leyendo de la parte de atrás de este.
"Llego a tu casa a las ocho en punto, Valdes."