Capítulo 36.

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Después del fuerte sentimiento que la golpeó apenas termino de leer eso, se tomó unos segundos antes de poder continuar leyendo.

"Supe que había estado contigo ese día, no porque ella me lo hubiera dicho, si no por como volvió al hospital.

Después de escuchar la noticia Vale se veía más que destrozada. Estaba teniendo un ataque de pánico pero su rostro era una mezcla de miedo y molestia. Tomo su auto en el que había llegado al hospital aunque no lo manejara frecuentemente y simplemente se fue sin decirnos a donde a pesar de que todos intentamos impedirlo.

Cuando volvió al hospital muchas horas más tarde de haberse marchado supe que había estado contigo. Era una Vale completamente distinta a la que se había ido de aquí; se veía mucho mejor en todos los sentidos, ya no había molestia en su cara, podría jurar incluso que sus ojos brillaban un poco como lo hacían antes y a pesar de que intento no mostrar sus sentimientos por la situación que estábamos pasando se veía feliz."

Juliana recordaba ese día, o al menos el día que creía que era. Fue el día en casa de Valles, el día de su primer beso. Recordaba la furia que expresaba el rostro de Valentina cuando había llegado a recogerla al instituto en su Audi y como se había derrumbado a penas habían llegado, como nunca había mencionado el porque estaba así,(aunque Juliana tampoco quizo volver a tocar  el tema), y por supuesto, recordaba la manera en la que se habían besado aquel día.

"Es esa una de las razones por la que te escribí esta carta. Quería agradecerte, agradecerte de verdad, de manera honesta desde el más puro corazón de una madre que está muriendo, por todo lo que habías hecho y aun haces por mi pequeña Vale, por como la estabas cambiando, pero lo más importante, por dejarme verla feliz incluso en mis últimos días."

Las palabras en la carta de la madre de la ojiazul hacían que el corazón de Juliana latiera fuertemente.

"Se que quizá pido mucho y más aún por el hecho de que nunca nos conocimos en persona, pero por favor, no dejes sola a mi pedazo de océano.

La conozco, la conozco más de lo que probablemente ella cree y se que cuando yo me muera ella intentara alejarse de todo, tanto de mi familia como de ti, porque así es su mecanismo de defensa, porque así es su intento por no salir lastimada o por no lastimar a las personas que la aman y simplemente huirá; quizá no de manera literal..."

"Bueno, si que fue de manera literal", pensó la morena al recordar como no ha sabido nada de la ojiazul desde hace ya un par de días atrás.

"...pero hará lo posible para mantenerte alejada de ella, tanto a ti como a todos los que la quieren; pero se lo importante que te has vuelto para ella, sé la confianza que te a tomado Valentina, porque si las sospechas de Alirio no fallan, y que aunque me costó un poco aceptarlo al principio, debes de ser especial para ella como para que te haya traído a la casa Juliana."

El corazón de la morena se detuvo un segundo. Si esto hubiera sido una caricatura vieja su mandíbula hubiera caído literalmente al suelo.

Leyó un par de veces la misma palabras.

"Juliana."

"Juliana."

"Juliana."

La madre de Valentina la conocía, o al menos sabía de su existencia. Pero, ¿desde cuándo?, ¿por qué no lo había mencionado antes en la carta?, además ¿sospechas de Alirio?, ¿el había visto algo o Valentina quizá lo había mencionado?

Nuevamente se sintió mareada, eran demasiadas preguntas, demasiada información para poderla digerir tan de repente.

Dejo la carta unos minutos sobre su cama mientras respiraba un poco intentando asimilar todo lo que estaba pasando.

Finalmente cuando se volvió a sentir lista para leer el resto del texto, tomó nuevamente la carta sobre sus manos.

"Solo te pido que por favor no la dejes sola, porque será en el momento que más te va a necesitar. Valentina se va a aislar, intentara salir de todo sola y simplemente se hundirá más. Es demasiado terca y cerrada como para dejarse ayudarf.

Yo solo quiero lo mejor para ella, espero tu lo quieras también, porque no sabes la tranquilidad que me inunda al saber que  a pesar de todo hay alguien que quiera de manera pura a mi pequeña.

Me voy dejándote lo más importante para mi Juliana. Por favor cuídalo como hasta ahora has demostrado que solo tu sabes cuidar. No la dejes sola ahora que yo ya no estare, es lo único que pido como madre."

Y era todo.

La carta finalizaba con un pequeño "Gracias", en la esquina inferior de la hoja, concluyendo un texto tan importante.

Leyó la carta un par de veces sin lograr que se dejara de sentir como algo irreal.  Todo lo que estaba pasando, la repentina desaparición de Valentina, la carta y ahora la noticia de que su madre había muerto era más de lo que podía soportar desde el principio.

Pensó en todo lo que el texto negro decía y la razón que tenía hasta ahora.

Valentina se había marchado.

Había desaparecido sin dejar el más mínimo rastro para ella y hacia completamente más difícil la tarea de cumplir la petición de la señora Carvajal de no dejarla sola.

A pesar de ser demasiada informacion en conjunto ahora comenzaba a entenderlo todo.

Entendía el comportamiento de Valentina desde que había llegado al instituto, el porque siempre había intentado estar aislada y pasar desapercibida a pesar de ser casi imposible, todas las veces que se habían visto en el patio, en aquel árbol, el escucharla tocar la guitarra.

Leer las palabras de la madre de Valentina de alguna manera la conectaban con el pasado de la ojiazul.

Al terminar de leer toda la carta por última vez y después de darse más de un par de minutos para poder procesar todo lo que estaba pasando llego a una decidida conclusión.

Debía encontrar a Valentina.

For Her. (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora