Juliana pensó muy bien como formular su pregunta antes de que esta saliera de sus labios, sabía que si hacia un mal comentario o si decía algo que Valentina pudiera mal interpretar podía terminar completamente con la poca confianza que comenzaba a formarse con la chica de ojos azules.
-¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?-Inicio de manera cautelosa, tanteando un poco el terreno antes de continuar.
-Era tu primer día de clases, el director Guerra y el maestro Rivera te presentaron ante en salón. Tu y yo no nos conocíamos, yo no sabía nada de ti y jamás habíamos cruzado palabras pero al terminar la clase...-Se pauso un momento considerando si realmente quería cuestionar a Valentina cuando apenas comenzaban a convivir, pero la realidad es que la curiosidad era muy grande y sabía que ya llevaba medio camino, si se detenía ahora probablemente se arrepentiría después.-Al terminar la clase, cuando todos se habían ido, tu y yo nos quedamos ahí solas, no sé si fue apropósito o fue casualidad, pero...-Juliana se detuvo de nuevo, dándose cuenta de que por el nerviosismo había comenzado a divagar, se sintió estúpida al sentirse tan nerviosa cuando Valentina frente a ella había adoptado su ya conocida expresión neutra, así que tomo un poco de aire antes de terminar-¿Recuerdas lo que me dijiste?-
Un gesto de confusión se formó en la cara de Valentina cuando la chica morena dejo de hablar.
-¿Tu pregunta es si recuerdo lo que te dije?-Su voz sonaba un poco confundida.-Bueno si, te pedí que dejaras de hacerlo.-Dijo de manera seca como si la respuesta fuera lo más obvio del mundo.
Juliana se sintió estúpida al no poder exponer bien su punto, claramente esa no era su pregunta, ella recordaba perfectamente las palabras de Valentina, incluso podía recordar el tono de voz que había usado, pero no se refería a eso.
-Recuerdo lo que dijiste, pero la verdad es que desde ese día eso me tiene un poco confundida, ¿A qué te refieras con "Deja de hacerlo"?-Dijo finalmente lo que quería decir desde que había sucedido.
Valentina se quedó en silencio unos segundos, fijando su mirada en el ventanal que iluminaba la habitación.
Se veía simplemente hermosa.
Su mirada se veía un poco perdida, y como ya era costumbre Juliana pensó que la chica castaña la ignoraría, como siempre que ella sacaba un tema de él que Valentina no quisiera hablar, así que cuando la dulce voz comenzó a salir de sus delicados labios, fue una completa sorpresa.
-Cuando era pequeña no entendía que era ser rico o pobre, mi vida siempre ha sido igual a la que ves ahora y para mí no existía algo más. Pensé que todas las personas vivían de la misma forma, al menos todas las personas que yo conocía lo hacían.-Su mirada seguía fija en el ventanal y el ambiente en el que se encontraban rápidamente se había convertido en uno mucho más espeso que el de antes.-Cuando crecí me di cuenta de que no era así, no todas las personas vivían como yo vivía, cuando comencé a conocer a más personas que no vivían con la misma suerte que yo comenzaron a verme con esa mirada. No podría explicarte como es, pero siento siempre que me ven así; no sé si sea interés, desprecio, curiosidad no por mí, obviamente, si no por mi familia, su dinero y su fama. Es una mierda.-No fue hasta que terminó de decir todo eso que despego la mirada del ventanal, para fijar su penetrante mirada azul en los oscuros ojos de Juliana.-Pero tú no me mirabas así.-Dijo viendo la oscura profundidad de los negros ojos de la morena, quien casi podía sentir literalmente como se quedaba sin aliento con tal mirada azul viéndola de esa manera tan intensa.-Tú me mirabas con curiosidad, sí, pero por primera vez en mi vida sentía que me miradas a mí, por ser yo, y no por ser una Carvajal.-
-Bueno, creo que es un buen momento para decir que no tenía la menor idea de quien eras.-La interrumpió Juliana, en un tono irónico a lo que ambas soltaron una ligera risa.
-El problema es que yo no quería que me vieras así.-Siguió Valentina poniéndose seria de nuevo.-Era algo extraño y nuevo para mí y me incomodaba aún más que las miradas del resto del salón, a ese tipo de miradas estaba acostumbrada, pero tú, tú me mirabas de una manera diferente, una manera de la que no estaba acostumbrada y no quería que lo hicieras, así que simplemente te lo dije, aunque quizá no fui lo suficiente directa.-Concluyo y Juliana no sabía a ciencia cierta si le había servido la explicación de Valentina, o si simplemente estaba más confundida que antes.
Lo que si sabía era que de manera extraña y repentina, a su cuerpo habían llegado unas inusuales ganas de besarla.
No sabia de donde habían salido y jamas había sentido algo así, no que pudiera recordarlo, no de esa forma, pero estaba segura de que no lo haría, era un hecho, jamás había besado a una chica y no sabía ni siquiera si aquello estaba bien.
Pero no lo haría no porque Valentina fuera una chica o no, si no porque simplemente sabía que no era lo correcto, estaba segura de que no era lo que esperaba Valentina en respuesta después de todo lo que le había dicho, además de que a pesar de que comenzaban a conocerse, aun eran en su mayoría simples extrañas, sin contar el hecho de a pesar de que Juliana no sabía si la ojiazul era heterosexual o no, las probabilidades de que Valentina la corriera de su casa, le pusiera una demanda, una orden de alejamiento, y que no volviera a dirigirle la palabra el resto de su vida, eran considerablemente altas, algo a lo que la chica morena simplemente decidió mejor no arriesgarse.
De cualquier manera Juliana no menciono nada, simplemente dejo el tema por terminado, y ninguna de las dos volvió a hablar de eso. Ambas continuaron con los planes su proyecto de inglés, lo que le sirvió mucho a Juliana a manera de distracción. Claramente la plática que había tenido con Valentina seguía en su cabeza, pero fuera de eso el día había continuado con normalidad, había estado juntas casi todo el día, y comenzaban a caerse cada vez mejor, realmente se notaba la forma en la que comenzaron a conectar, como entre platicas y risas la confianza comenzaba a surgir.
Ese día, Juliana Valdez y Valentina Carvajal comenzaron a conocerse.
Ese día, una de las dos chicas comenzaba lentamente a enamorase.