La peculiar letra de Valentina no era algo fácil de olvidar. La delicadeza con la que escribía cada una de las letras era algo que simplemente destacaba.
Además, Juliana no podría olvidar ni al más mínimo detalle de algo relacionado la chica de ojos turquesa.
Apenas vio su nombre escrito en el interior de aquel sobre blanco sintió como el aire se atoraba entre sus pulmones y su garganta y su corazón se detenía por unos segundos.
Se quedó simplemente así, observándolo, preguntándose si realmente era buena idea sacar la carta que había dentro, si realmente quería saber lo que este tenía.
La respuesta era clara.
Aún con un claro nerviosismo, coordino lo mejor posible sus temblorosos dedos con todos los pensamientos que tenía en su cabeza, sacando la hoja que estaba dentro del sobre y finalmente comenzando a leer su contenido.
"Te extraño."- Era lo primero que se leía en una delicada tinta negra.
Era suficiente para convencerse de leer el resto del contenido.
"Sé que quizá no es lo primero que quisieras leer, pero en definitiva es lo primero que te quería decir. No importa nada de lo que haya pasado antes, no importa todo lo que esté pasando ahora mismo y lo que vaya a pasar cuando termines de leer esta carta, quiero que sepas lo mucho que te he extrañado.
El último mes ha sido una locura en tantos sentidos diferentes Juliana, que aún me cuesta aceptar a veces todo lo que ha pasado.
He hecho tanto tratando de encontrar respuestas a todo lo que sentía, a todo lo que estaba pasando que en un punto sentí que había perdido de cierta manera el objetivo de lo que estaba haciendo realmente, pero supongo que lo que dicen es cierto, el tiempo contesta tus preguntas o hace que ya no te importen las respuestas.
Ahora estoy bien.
No te diré en dónde estuve, o que he estado haciendo, no puedo hacerlo, pero quiero que sepas que estoy bien, que estoy mejor y que ahora veo las cosas de otra manera. Aprendí y entendí tantas cosas en un tiempo tan corto que cuando pienso en ello me hace sentir físicamente agitada en ocasiones.
La vida es tan corta Juliana.
Cuando por fin comencé a asimilar todo lo sucedido, la muerte de mi madre, de lo rápido que fue todo, como un día todo estaba bien y unos meses después ella simplemente ya no estaba me di cuenta de que no tenemos nada asegurado. La vida pasa tan rápido, que ni siquiera somos conscientes de que realmente está pasando; nos preocupamos por tantas estupideces, por tantas cosas sin importancia, problemas temporales que podríamos resolver rápidamente, en los que simplemente dejamos que nos inunden, que ni siquiera nos damos tiempo de vivir.
Somos tan egoístas con la vida que ni siquiera la merecemos, y aun así, es el primer regalo que ésta nos da.
Me preocupé tanto en mi propio dolor que no me di la oportunidad de realmente sentir, de pasar ese momento tan difícil con mi familia, con mis hermanos, con mi padre, contigo, de sentirme querida y apoyada, y de apoyar a los demás que estaban sufriendo.
Aun así, había tomado la decisión de irme mucho tiempo atrás.
Lo que hice después de perder a mi madre no fue algo precipitado, no fue solo por el golpe de sentimientos que pase ese día, ni fue un impulso por la situación.
Tomé la decisión de irme hace ya algún tiempo, mucho tiempo antes de conocerte, cuando finalmente comencé a asimilar que iba a perder a mi madre.
Hice tantas cosas en mi intento desesperado porque ella estuviera bien. Perdí tantas cosas intentando no perderla a ella, que al final me di cuenta que siempre que perdemos a alguien que amamos, perdemos una parte de nosotros también.
Y está bien, me costó mucho asimilarlo pero ahora lo hago y está bien, estoy bien con eso ahora, porque entendí que es parte de la vida, es parte de la vida y a final de cuentas, no hay nada que se pueda hacer.
Espero que no me odies, de verdad, no soportaría que tú me odiaras Juliana, sería demasiado.
¿Estuvo mal lo que hice?, quizá sí, quizá no, depende de qué manera se enfoque; ¿me arrepiento de haberlo hecho?, no, la realidad es que no, en lo absoluto. Lo hice porqué en ese momento sentí que era lo correcto. Sabía que me iría de tu lado Juliana, mucho antes de saber que lo estaría.
Aun así, muchas cosas cambiaron cuando te conocí.
Cuando entré al instituto no tenía ni en mis más lejanos planes el de socializar, con nadie, no era algo que me funcionara ni que quisiera hacer, había tenido tantas experiencias malas en ese tema a lo largo de mi vida, que no tenía las más mínimas ganas de hablar con nadie. Estaba en ese instituto únicamente para estar de alguna manera más cerca de mi madre y no tenía ningún otro objetivo al estar ahí. Pero después te vi, noté como me estabas viendo desde el momento que entre al salón, por qué no me veías de la misma manera que como lo hacían todos, pero no hablare de todo eso, porque ya lo sabes, ya te lo dije. Comenzaste a entrar en mi vida de una manera que no pude evitar, no importaba todo lo que había pensado antes, no importaba mi idea sobre no dejar entrar a nadie más en mi vida, ahí estabas tú, con tu manera despreocupada de ser, con tu grande sonrisa y tus oscuros ojos negros cambiando completamente mis planes. Ni siquiera había manera de poner resistencia a ello Juliana, porque cuando me di cuenta de todo lo que estaba pasando ya no había nada que pudiera hacer.
Sabía que me iría de tu lado Juliana, siempre lo supe, mientras nos conocíamos, cuando comencé a enamorarme de ti, la vez que hable con Daisy, cuando hicimos la promesa, sabía que me iría y aun así fui lo suficientemente egoísta para permitirme amarte.
Lo lamento por ello, pero fue algo difícil también para mí.
Jamás había querido a alguien de una manera tan pura como contigo Juliana, eres tan fácil de amar. Tú forma de ser, tu risa, tu manera de hablar, de entender las cosas, podría escribirte mil cosas que me hacen amarte pero sé que hay una manera mucho más simple de hacer que lo entiendas. Estoy enamorada de ti como persona Juliana, y estoy enamorada de la persona que soy cuando estoy contigo, y eso es algo que jamás nadie había provocado."
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