Aun con el libro en las manos ambas chicas caminaron fuera del aula.
A pesar de que ninguna de las dos dijo ninguna palabra, no se detuvieron después de cruzar la puerta del salón. Aun en silencio siguieron caminando y aunque ninguna de las dos lo dijo ambas caminaron instintivamente hacia la puerta del patio del instituto, sin compartir ninguna palabra; no era necesario, ambas sabían perfectamente a donde se dirijan.
Cruzaron la puerta dirigiéndose directamente al árbol donde habían tenido una conversación algunas horas antes. Ahí se sentaron de frente, ambas en el pasto, aun en silencio. Pero, sorprendentemente no era un silencio incomodo, era un silencio expectante.
Juliana aun con el libro en las manos comenzó a ver la portada, sus letras negras en ingles, con el pequeño dibujo de un ruiseñor sobre la rama de un árbol. Lo abrió con curiosidad. Era la primera vez que tenia en sus manos un libro en ingles, así que paso rápidamente todas las hojas que eran completamente desconocidas para ella, mirándolas. Sabia que iba a ser una tarea difícil, no solo el ensayo, que ya por si solo seria complicado, si no el simple hecho de leerlo todo y en un lapso de tiempo tan corto. Al pasar rápidamente las paginas se dio cuenta de que había una gran cantidad de palabras de las cuales no tenia ni idea de su significado. Comenzaba a formarse un gran conflicto en su mente, le daba ansiedad el pensar como harían el trabajo.
La voz de Valentina la saco de sus pensamientos.
-¿Conoces el libro?-Preguntó con clara curiosidad mientras observaba el libro que Juliana sostenía en las manos.
-No.-Negó la morena.-Es la primera vez que lo veo en mi vida, ni siquiera comprendo completamente lo que dice el titulo.-Dijo con un poco de estrés en su voz, para luego extenderle el libro a la ojiazul, que lo tomo en sus manos, y le dedico una penetrante mirada a la portada color gris.
-Matar a un ruiseñor.-Dijo casi en un susurro Valentina antes de pasar lentamente algunas de las paginas del libro en sus manos.
-¿Tu, lo has leído?-Cuestiono Juliana al ver como la chica de ojos turquesas en efecto, conocía el titulo.
-Algo así.-Dijo secamente Valentina, antes de dirigir su mirada del libro sobre sus manos, a los ojos oscuros de Juliana.-¿Tienes alguna idea para hacerlo?, supongo que por lo recortado del tiempo nos juntaremos después de clases o algo así, ¿verdad?-
Juliana simplemente acepto con la cabeza, la realidad es que no había pensado a detalle como lo harían, pero no tenia muchas opciones a decir verdad, no le importa que decisión tomara Valentina, ultimada mente ella tenia mucho tiempo libres por las tardes, así que fuera cual fuera la forma en la que trabajarían, estaba bien para ella.
-Puede ser en mi casa.-Volvió a hablar Valentina, después de unos segundos.-Podría ser también aquí, en el patio. Pero creo que nos concentraríamos mas en un lugar mas cerrado.-
-Por mi, esta bien.-Aceptó simplemente Juliana.-¿Cuando comenzamos?, ya sabes para que no se nos lleguen los tiempos.-
-¿Porque no hoy?-Cuestionó Valentina, y aunque por fuera Juliana mantuvo la expresión neutra que tenia, por dentro su corazón comenzó a latir muy rápido, era demasiado pronto.-Si quieres. Si no puede ser después.-Añadió la ojiazul a la respuesta inexistente de Juliana.
-No, no, no.-Negó rápidamente Juliana, apenas la ojiazul termino de hablar.-Por mi hoy esta perfecto.-Añadió Juliana y aunque le costara admitirlo sonó un poco mas emocionada de lo que le hubiera gustado.
-Pues vamos.-Dijo secamente la ojiazul mientras se levantaba del pasto y sacaba su teléfono del pantalón. Parecía que comenzaba a hacer una llamada.
Juliana se levanto un poco confundida, ¿a que se refería con el "vamos"?, ¿ahora?, ¿irían directo a su casa, así de repente?, no tenia problema alguno, claro esta, solo debía mandarle un mensaje a su madre avisándole. Pero aun así los nervios recorrieron su cuerpo de una manera sorprendente. Tomo su mochila y comenzó a caminar detrás de Valentina mientras ésta seguía hablando por teléfono.
"Si Alirio, en un minuto te veo", fueron las ultimas palabras que escucho decir a la ojiazul antes de terminar la llamada y clavar su mirada de nuevo hacia ella.
-Vamos al estacionamiento.-Le comentó a Juliana, probablemente al ver el gesto de confusión que había en su cara.-Mi chófer nos llevara.-
Juliana levanto las cejas con sorpresa. Por un momento había olvidado todo el dinero de la familia de Valentina. Cuando hablaba con ella, Juliana solo veía a "Valentina", la callada y misteriosa chica que le causaba tanta curiosidad conocer, no a la famosa y millonaria "Valentina Carvajal", como era vista por el resto de la escuela.
Ambas chicas caminaron por los pasillos de la escuela en silencio. Juliana podía sentir como una gran cantidad de miradas se dirigían a ellas, en especial al cuerpo de Valentina mientras ésta hacia una acción tan simple como lo era caminar. Se sintió incomoda, a pesar de que las miradas no iban dirigidas directamente a ella, y pensó en lo incomodo que debía ser que las personas todo el tiempo te observaran y como Valentina tenia que vivir con eso todos los días.
Siguieron caminando, Juliana solo un paso detrás de Valentina pero siguiendo su ritmo para no separarse de ella.
Cuando llegaron al estacionamiento una gran camioneta negra estaba estacionada, esperándolas. A pesar de que Valentina no comentó nada, Juliana sabia que era esa camioneta, lo sentía. Nadie mas en la escuela usaría una camioneta negra, de ese tamaño y polarizada, de secuestrador.
A penas bajaron las escaleras, un señor de unos cuarenta y cinco años bajo del asiento del chófer. Llevaba un traje negro y a pesar de su cara de seriedad apenas vio a Valentina le dedico una cálida sonrisa.
-Buenas tardes, señorita Valentina.-Saludo de una manera bastante educada, dedicándole otra sonrisa a Juliana en forma de saludo. El señor de traje, (que Juliana supuso que era "Alirio", por lo que había podido escuchar de la llamada que había tenido Valentina) abrió la puerta de la camioneta y espero pacientemente a que ambas chicas subieran en ella, antes de volver a su lugar en el asiento del chófer. Cuando todos estaban arriba, volteo su mirada por el retrovisor, dirigiéndola a los penetrantes ojos azules de la chica castaña.
-¿Hacia donde nos dirigimos, señorita Valentina?-Preguntó en el mismo tono educado con el que había hablado antes y espero a la respuesta de la ojiazul, antes de encender la camioneta.
-Directo a la casa Alirio.-Fueron las palabras de la chica de ojos turquesa, antes de que la camioneta avanzará.