Juliana envió el mensaje a Valentina y simplemente observo la pantalla, esperando una respuesta que no sabia en que momento llegaría (o si llegaría en primer lugar), una respuesta que quizá no iba a querer leer, pero a final de cuentas el mensaje ya estaba enviado y no había nada que pudiera hacer.
Paso una canción, dos, tres, sonando por toda su habitación desde la pequeña bocina, había entrado y salido de la aplicación varias veces y no había señal alguna de que fuera a tener una respuesta por parte de la chica de ojos turquesa.
Ya había perdido la esperanza, aunque internamente no le gustaba admitirlo, ya se había hecho la idea de que quizá solo le envió mensaje por error y que no debía esperar una respuesta que no iba a llegar.
Sus ojos habían comenzado a cerrarse y ya había perdido la cuenta de cuantas canciones habían pasado cuando inesperadamente su celular vibró, dos veces seguidas, una tras otra. Dos notificaciones, ambas de Twitter, dos mensajes.
Decidió verlos desde la barra de notificaciones de su celular, no quería verse tan desesperada como para abrirlos tan rápido.
Como esperaba, ambos eran mensajes de Valentina.
-"Durazno"- Decía simplemente el primer mensaje, nada mas. No es como si Juliana hubiera esperado un cordial saludo, ni nada por el estilo, pero leer el mensaje simplemente así la confundió un poco.
-"Escuche que tus amigas te decían así."
La cara de Juliana agarro un tono rojizo, poco habitual en ella. Finalmente ahora lo entendía todo.
Maldita, maldita Daisy, ella y sus estúpidos apodos.
Decidió esperar un poco antes de contestarle, si bien no iba a esperar el mismo tiempo que había esperado ella, porque la curiosidad y las ganas de contestarle eran mayor a su fuerza de voluntad, si podía esperar unas cuantas canciones para que no fuera tan claro que había estado esperando su mensaje.
-"No se de que me hablas."- Contesto simplemente después de unos minutos. Se sentía muy estúpida al admitir que ese era su apodo (aunque no oficial), además, Juliana estaba segura de que no tenia porque confirmar o explicarle alguna información a Valentina, a pesar del extraño momento que habían vivido la mañana de ese día, ellas seguían siendo unas completas desconocidas.
-"Quizá escuché mal."-
"Pero dudo que sea el caso."-
Esta vez la respuesta de Valentina había sido muy rápida, ambos mensajes habían llegado casi al instante, lo que aunque no le gustaría admitir, hizo sonreír internamente a Juliana.
-"Quizá."-Contesto simplemente Juliana, era un mensaje corto, pero no quería verse muy interesada por Valentina, después de lo que había pasado en el árbol y como ella la había ignorado completamente en el salón, como si nada hubiera pasado, solo hizo que Juliana tomará, (quizá inconscientemente) algunas precauciones al momento de acercarse a la chica de ojos turquesa.
No esperaba respuesta alguna, sabia que no había muchas cosas que contestar a un simple "quizá", así que bloqueo su celular y dejo que la música que seguía sonando en su cuarto la distrajera un poco, había tenido un día que no podía ponerse mas loco y quizá lo único que necesitaba era descansar un poco y desestresarse de todo.
No había pasado ni siquiera dos canciones cuando su celular volvió a vibrar, esta vez fue solo una vez y aunque aun no lo revisaba Juliana creía (o quería creer) que era una notificación de Twitter.
Desbloqueo su celular y bajo la barra de notificaciones, de nuevo no se metió directo a la aplicación y decidió leer el mensaje desde ahí, ya que si la respuesta de la ojiazul era un simple "okey", o algo por el estilo decidiría que lo mejor era no contestar y dejar por terminada la platica (pero aun así no quería que Valentina se diera cuenta de que había, hasta cierto punto "ignorado" su mensaje, así que no lo dejaría "en visto" como tal).
Sintió casi literalmente como todo su cuerpo se detuvo un segundo antes de volver a la normalidad, cuando leyó el mensaje de Valentina, sabia que si hubiera estado de pie y no sobre su cama, era probable que su cuerpo cayera al suelo porque sus piernas flaquearan.
-"Te veías muy linda hoy."
Juliana leyó el mensaje un par de veces. ¿de verdad estaba leyendo bien?, ¿Valentina Carvajal, la millonaria y popular chica que era tan aclamada en la escuela y que siempre se comportaba tan indiferente con todos le acababa de escribir ese mensaje?
Era algo difícil de creer.
Ademas, ¿por qué mierda se había emocionado tanto por ese simple mensaje?
Observó la pantalla un par de veces pensando en que contestar, ¿gracias?, ¿tu también?, por supuesto que Valentina también se veía linda hoy, como todos los días, pero Juliana jamas había sido la mejor contestando cumplidos.
No quería simplemente agradecer, y tampoco quería hacer un cumplido típico por su físico, sentía que podía expresar más que eso.
Le contesto sobre algo que no se pudo sacar de la cabeza a lo largo del día.
-"Tu voz es aun mas linda con guitarra."
Se arrepintió de mandar el mensaje al instante que presiono la palabra "enviar", obviamente, pero ya no había nada que pudiera hacer, el mensaje ya estaba enviado.
Salio de la aplicación y volvió a bloquear su celular, quedando solo el sonido de la canción de fondo y los agitados latidos de su corazón que podía literalmente sentir hasta sus orejas.
Que estúpida había sido, lo sabia, no debió haber mandado ese mensaje, no sabia de que manera lo pudiera tomar Valentina, solo debió haber agradecido como lo haría cualquier persona. Ahora Juliana estaba casi segura de que no tendría respuesta por parte de la chica de ojos turquesa.
Quizá a Valentina le incomodaba que hablaran de su voz y de su habilidad para cantar, quizá y como lo había hecho el resto de la mañana la ojiazul simplemente quería olvidar el pequeño momento que habían tenido en el patio de la escuela, pero si era tan incomodo para ella ¿por qué se veía tan tranquila en la pequeña charla que tuvieron antes de que se marchara?
Juliana reviso un par de veces su celular antes de quedarse dormida con las canciones aun sonando desde la pequeña bocina sobre su buró. Había tenido un día realmente extraño y tenia cientos de preguntas rodando por su cabeza y a ninguna tenia una respuesta concreta.
Lo único en lo que había tenido razón en todo el día, era en que la respuesta de Valentina nunca llegó.