Los días siguieron pasando, y la semana estaba por terminar. Era Viernes y por ende el ultimo día que la morena iría a la casa de los Carvajal, al menos hasta el siguiente Lunes.
Juliana y Valentina se vieron cada uno de esos días sin falta después de la clases, regresando a su rutina de ser llevadas por Alirio a la residencia Carvajal.
Su vinculo era cada vez mas fuerte, poco a poco Valentina comenzaba a abrirse mas con la chica morena y Juliana podría jurar que la ojiazul ahora confiaba aun mas en ella; a pesar de saber que no era así del todo, había muchas cosas que Valentina le ocultaba, lo notaba, jamas habían hablado de su familia y a pesar de que la chica de ojos marrones pasaba gran parte de su tarde en la casa de los Carvajal jamas había visto a nadie que no fuera personal del servicio; a demás de que Valentina siempre la ignoraba cuando trataba de sacar el tema. Nunca hablaron de lo que había sucedido hace unos días en la casa de Valles, de como la ojiazul se había derrumbado o de los motivos de esto; tampoco habían hablado del beso, cosa que hasta ahora no había vuelto a suceder.
Las dos chicas estaban en su ultima clase del Viernes que para ventaja de ambas, compartían. Daisy seguía en sus vacaciones en Colombia así que Juliana solía pasar toda la clase aburrida sin hablar con absolutamente nadie, a pesar de compartir clase con la ojiazul, ninguna de las dos solía tener iniciativa para convivir de alguna manera dentro del instituto.
Para su sorpresa hoy Valentina se había sentado detrás de ella.
Sabia que la chica de ojos turquesa lo había hecho a propósito porque había muchos lugares vacíos cuando esta entro al salón, entre ellos el lugar donde usualmente se sentaba pegado a la pared, cerca de la puerta. Así que no fue tanta su sorpresa cuando a la mitad de la clase sintió algo que le tocaba la pierna. Bajo su mirada solo para comprobar lo que estaba pensando al ver la pálida mano de Valentina, sobre su pierna con un papel pequeño por la cantidad de dobleces, entre sus dedos. Confirmo que la maestra no estuviera viendo antes de tomarlo.
"No puedo parar de pensar en ti."-Estaba escrito con una perfecta y delicada letra.
Levantó su mirada hacia el escritorio de la maestra, asegurándose de que esta no la estuviera viendo antes de tomar una pluma y contestar a la ojiazul.
"Yo tampoco puedo parar de pensar en ti."-Escribió intentando hacer su mejor letra, antes de hacerle un dobles al papel y dejarlo de la manera mas discreta posible sobre la banca de Valentina.
Los minutos comenzaron a pasar y la morena aun no tenia respuesta por parte de la ojiazul, por un momento pudo asegurar que su corta conversación había terminado, hasta que sintió de nuevo algo tocando su pierna. Repitió el proceso que había hecho anteriormente observando hacia el frente para no correr el riesgo de ser descubiertas y tomo el papel leyendo su contenido, el texto era mas largo que el anterior.
"No me estas entendiendo, pienso en ti todo el tiempo, en cualquier lugar. Pienso en ti de muchas maneras."
"Explícame."-Contesto simplemente, con la esperanza de que Valentina realmente dijera lo que había en su cabeza.
No puso evitar su sorpresa cuando la blanca hojas regreso a sus manos.
"Necesito volver a besarte Juliana Valdés."
Sus mejillas se tiñeron de un ligero tono rojizo. La confesión de Valentina en conjunto con lo perfecto que se veía el nombre de la morena en la delicada letra de la ojiazul era una combinación irreal, además, el hecho de estar en el instituto rodeadas de personas que eran completamente ajenas a la situación hizo que de alguna manera sus mejillas se enrojecieran aun mas.
Pensó unos momento acerca de que contestarle. Claramente ella también quería besarla de nuevo, lo había pensando todos los días después de que había pasado en la casa de Valles pero jamas vio la oportunidad de sacar de nuevo el tema.
Ahora, al saber que al igual que ella Valentina también quería que pasara otra vez sintió como si perdiera un peso de encima.
"Supongo que es un alivio que estemos haciendo un proyecto juntas."-Escribió, haciendo referencia a como pasaban juntas todas las tardes, incluyendo la de ese día.
La respuesta de Valentina jamas llego, pero la chica morena sabia que ambas tenían en la mente lo mismo.
El resto de la clase le pareció una eternidad, contaba los minutos para que el timbre sonara y así poder dirigirse a la casa de los Carvajal pero las manecillas del reloj sobre la pared parecían que cada vez se movían mas lento.
Después de lo que parecieron años por fin sonó el timbre que indicaba que las clases, al menos para ellas, habían terminado. Al levantarse y tomar su mochila sintió sorpresivamente una delicada piel sobre su mano. No necesitaba bajar la vista para saber que era la mano de la ojiazul; por un momento pensó que esta entrelazaría sus dedos, algo que hubiera sido de lo más extraño dado que seguían en el aula y aun había un par de compañeros a su alrededor, pero tan solo unos segundos después su mano se alejo de ella de la misma manera repentina como la había tomado, viendo poco después como Valentina salia del aula justo frente a ella. Juliana termino de guardar sus cosas sin prisa alguna, sabiendo que como ya era costumbre la ojiazul estaría en el estacionamiento con Alirio esperándola.
Salio del instituto encontrándose con la ya conocida camioneta negra que había sido su transporte la ultima semana.
-Buenas tardes señorita Juliana.-Escuchó en el mismo todo educado de siempre, apenas termino de bajar las escaleras, mientras Alirio le abría la puerta de la camioneta, donde ya se encontraba Valentina.
El camino iba en silencio como era costumbre, solo la ligera música de fondo inundaba el ambiente. Juliana tenia su mirada fija en la ventana y observaba el cada vez mas conocido camino a casa de los Carvajal. Sin despegar su mirada de la ventana pudo darse cuenta como Valentina recorría un poco su cuerpo para estar aun mas cerca de ella. Bajo su mirada hacia las piernas de la chica que ahora estaban mucho mas cerca de ella y pudo ver como ponía su pálida mano sobre una de sus piernas extendiendola, como un tipo de señal hacia la chica morena. Juliana lo pensó un segundo, ¿era una indirecta hacia ella, o simplemente estaba malinterpretando las cosas?, decidió no pensarlo demasiado y simplemente puso su mano delicadamente sobre la de la ojiazul, mientras por la ventana el camino seguía avanzando.